*En estos meses el régimen consolidará posiciones afines

*Alarma a sus opositores la presencia de izquierdistas

*Todo cambio implica centralizar decisiones, historiador

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

EL PROYECTO que encabeza Andrés Manuel López Obrador ha entrado en una fase de definiciones. El Presidente habló de una “segunda etapa” que comenzó al cumplirse dos años de su llegada al gobierno. Aunque cuando mencionó públicamente el tema se refirió al seguimiento y terminación de las obras, no me cabe duda que estamos también ante un momento político. Dijo AMLO: “darle continuidad a lo que ya iniciamos”. Esto lo interpreto: darle continuidad (y profundidad), a la denominada Cuarta Trasformación.

Hace unos días sus críticos enfocaron baterías hacia la propuesta de una designación polémica. La de Elvira Concheiro, doctora en Sociología, para ocupar nada menos que un cargo fundamental: el de la Tesorería de la Federación. De inmediato sacaron a la luz que la destacada académica universitaria no tiene experiencia en cuentas públicas pero sí en marxismo. Además recuerdan su pasado como militante del Partido Comunista Mexicano, organización ya desparecida oficialmente.

La nominación de Concheiro también llevó a los opositores a escarbar los vínculos de Galia Borja Gómez, quien pasaría de la tesorería nacional a otra posición estratégica: subgobernadora del Banco de México. No es noticia nueva que Borja Gómez es sobrina de Pablo Gómez Álvarez, ex líder del Movimiento de 1968 y un histórico político de la izquierda mexicana. El actual diputado federal militó también en el PCM.

Sin embargo, la designación de Borja Gómez fue bien recibida en los círculos financieros. Rompería el predominio masculino en el Banco de México, pero también tiene una amplia preparación y experiencia en cuestiones monetarias: estuvo siete años en la Secretaría de Finanzas del Distrito Federal y desde 2008 despachaba en la Tesorería nacional. Es doctora en Matemáticas, con post grado en Economía. 

El tema es, como le decía, que estamos ante un proceso de reforzamiento de las posiciones de AMLO en su gabinete. Para el proyecto de este régimen también resultará determinante lo que suceda con el Legislativo en las elecciones del 2021, ocasión en la que el Presidente buscará refrendar la mayoría de Morena y sus opositores arrebatarle lo más que puedan, para lo cual ensayan un bloque todavía muy endeble. Todavía.

 

ENTUSIASMO E IRRITACIÓN 

 

RECIENTEMENTE en un programa de televisión (TV-UJAT), conducido por la periodista Martha Cuevas, comentamos lo difícil que resultaba analizar sin apasionamientos un gobierno que precisamente se caracteriza por provocar entusiasmo en sus simpatizantes e irritar a sus críticos.

Uno de los analistas más calificados y también mesurados es Lorenzo Meyer, investigador del Colegio de México. No oculta su simpatía por López Obrador, pero tampoco rehúye la observación cuidadosa y crítica.

Quisiera compartir, amable lector, los argumentos de Lorenzo Meyer en relación un tema sobre el que se ha centrado la crítica a López Obrador, entre muchos otros: el presidencialismo. Cuestión que seguramente estarán en las campañas electorales ya iniciadas.

En una muy interesante entrevista con José Gil Olmos, publicada en la revista Proceso (No. 2300), el historiador señala de entrada respecto a los dos años cumplidos y si México vive un cambio de régimen: “Eso no se puede responder cabalmente ahora. México vive una coyuntura crítica en materia política, pero aún es imposible predecir si efectivamente el desenlace será o no un cambio de régimen que, en todo caso, es uno de los procesos políticos más difíciles de llevar a cabo en cualquier época y circunstancia”. 

 

UNA BASE AMPLIA

 

PLANTEA el periodista también el tema de la centralización de la toma de decisiones en AMLO, a lo que Meyer acota: “Históricamente todo cambio de régimen político –y eso es efectivamente lo que pretende llevar a cabo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador– implica un mayor grado de concentración del poder y centralización de las decisiones políticas clave”.

De esto se desprende la referencia a la “restauración del presidencialismo” que le menciona Gil Olmos y que el investigador contextualiza: “hay de presidencialismo a presidencialismos. No se pretende, hasta donde entiendo, restaurar presidencialismos fuertes al estilo de Miguel Alemán, Gustavo Díaz Ordaz o Carlos Salinas. Un presidencialismo autoritario en un sistema concentrador de privilegios en una élite del poder”.

“El presidencialismo actual –destaca Meyer- tiene una base electoral amplia y real, a la que se movilizó hacia las urnas anunciándole que el propósito final era detonar un cambio social sustantivo, un proyecto colectivo que implicaría rupturas con el pasado. Y ese tipo de ruptura no lo puede llevar a cabo una presidencia débil.” 

Otro tema abordado en la sustanciosa entrevista es la creciente participación del Ejército en esta administración. Asunto que amerita una amplia revisión. Volveremos.

  

AL MARGEN

 

EN PETRÓLEOS Mexicanos tienen instrucciones de ir a fondo en la investigación y sanción de irregularidades en el otorgamiento de contratos que incumplan el mandato de no favorecer a familiares del presidente López Obrador. Por esta razón fueron cancelados cuatro contratos en los que aparece la señora Felipa Guadalupe Obrador Olán, prima del mandatario federal. Ha sido detectado un quinto contrato en estas condiciones y continúa –nos comentan- una revisión exhaustiva. Por lo pronto trascendió que fue relevado el gerente de contrataciones de la Coordinación de Abastecimiento para Pemex Exploración y Producción, Alejandro Flores Torres. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )

ALERTA para Tabasco debe ser lo que ocurre en la Ciudad de México respecto al COVID-19. A pesar de que Claudia Sheinbaum marcó la pauta en muchas medidas preventivas la situación se tornó crítica. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )