*El deterioro de las calles, la mayor queja de la población

*Iniciará Yolanda Osuna con un programa de mejora de vialidades

*El incendio en la refinería de Salina Cruz; leve pero con focos rojos

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

EL PRESIDENTE Andrés Manuel López Obrador anunció un programa nacional para rehabilitar las calles de las ciudades ante la constante queja por los baches y hoyancos en esas vías. Comenté en esta columna que el deterioro de las calles puede verse también como el abandono de los espacios públicos, esos que resulta necesario recuperar para asegurar la convivencia y prevenir la violencia. Si me lo permite, le cuento una pequeña historia que observo como una metáfora.

En octubre del año pasado unos vecinos reportaron que en una calle de la ciudad (puede ser cualquiera) la tapa de la alcantarilla estaba mal colocada, se había movido con el paso de los vehículos. En muchas otras calles tales tapas no estaban ya porque se las robaron; en este caso no, simplemente corría el riesgo de hundirse. Fueron varios los avisos. Pasaron unas semanas y en diciembre la placa de acero se hundió.

Pasó el tiempo y cada día la boca del drenaje fue creciendo. Los reclamos seguían un día sí y otro también. Los colonos colocaban diversos avisos para evitar un accidente: un paño rojo, una vieja lona de campañas políticas pasadas, cubetas usadas, etcétera. Fueron varios los vehículos accidentados. El agujero creció a tal punto que cupo un refrigerador de desecho, que algún vecino puso ahí para que no se siguiera ensanchado el hoyanco. 

Fue hasta casi siete meses después, en junio, cuando por fin en una labor que no llevó ni dos horas, los trabajadores de ayuntamiento rescataron la tapa hundida y arreglaron el desperfecto. Costó mucho más que haberlo atendido a tiempo, la población y las autoridades se pudieron ahorrar las molestias. De poco o nada sirvió que el delegado municipal viviera a sólo unos cien metros del sitio afectado. 

Hubo varios accidentes, por fortuna no de gravedad; como sí ha sucedido en otros sitios.

Me parece que mucho tenemos que aprender de cómo un pequeño problema deriva en altos costos por no ser atendido a tiempo…En el país hay baches y no sólo materiales sino culturales y de actitud.

 

LO QUE LA GENTE MIRA

EN MARZO de 2021, una encuesta del INEGI registró en la “percepción de desempeño gubernamental” que uno de los problemas más importantes de su ciudad era la “existencia de baches en calles y avenidas” (74.1%), como bien lo recordó el presidente Andrés Manuel López Obrador al anunciar un programa nacional en este rubro. Señaló, y con razón, que aun cuando algunos aspectos corresponden a la autoridad estatal o municipal, la población identifica en general como “al gobierno”. 

En la encuesta citada “el alumbrado público insuficiente” fue considerado en segundo lugar (57.3%), en tanto que la “delincuencia (robos, extorsiones, secuestros, fraudes, etc.) quedó en tercer sitio (56.7%). Siguen las “fallas y fugas en el suministro de agua potable” (49.5%)

Esos cuatro rubros quedaron por encima de lo ocasionado por una situación de emergencia: “hospitales saturados o con servicio deficiente” (43.4%). Tal percepción se explica por la presencia de una pandemia, en tanto que los primeros tienen que ver con una situación histórica de descuido tanto de la autoridad como de la propia población.

El gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, confirmó que la nueva administración encabezada por Yolanda Osuna en el municipio de Centro, iniciará con un programa emergente de bacheo en la capital tabasqueña. El estudio del INEGI, aplicado en 69 ciudades, colocó a Villahermosa en cuarto lugar con el mayor porcentaje de población que se quejó de los baches; encabezan la lista Hermosillo, Sonora; Pachuca, Hidalgo; y Tapachula, Chiapas.

A finales de junio, ya como alcaldesa electa, Osuna Huerta declaró que una de sus prioridades sería mejorar los servicios municipales como drenaje y agua potable, pero también el mejoramiento de calles, banquetas y alumbrado público. Dijo entonces: “tenemos el diagnóstico de lo que se requiere hacer en términos de la intervención para resolver los baches, socavones, del agua, las vialidades, el drenaje”, y “contamos con las formas de resolverlo”.

Son temas que ya están en la agenda. El deterioro de las calles y el alumbrado público está relacionado estrechamente con la inseguridad. Nada es casual. 

 

UNA ACTIVIDAD DE RIESGO

LA REFINERÍA de Salina Cruz, Oaxaca, es la menos antigua de las seis plantas de Pemex en el país: fue inaugurada el 4 de agosto de 1974, esto es que tiene 47 años en funcionamiento. De acuerdo a los reportes oficiales la rehabilitación de estas instalaciones debe estar prácticamente concluida. Hace un año se reportaba un avance del 86 por ciento. Lleva el nombre del destacado ingeniero  “Antonio Dovalí Jaime” y es considerada como la mayor procesadora de petróleo crudo del país. 

La atención hacia esta refinería se concentró el fin de semana al reportarse un incendio que, por fortuna, fue rápidamente controlado. Aunque la explosión fue espectacular y las imágenes fueron difundidas ampliamente, Pemex informó que no hubo riesgo para los trabajadores ni para la población.  En abril de este año fue en la refinería de Minatitlán, Veracruz, donde se registró otro siniestro.  

Las seis plantas procesadoras de Pemex fueron recibidas en esta administración con graves rezagos de mantenimiento y operación. En el caso de la de Salina Cruz, aunque tiene capacidad para 330 mil barriles diarios, al cierre de 2018 sólo procesaba 165 mil. La mitad de su potencial.

En marzo, Pemex informó que pudo alcanzar la mayor producción de gasolinas en sus refinerías: logró un volumen total de 823 mil barriles de petróleo al día, esto es el más alto desde junio de 2017.

La actividad petrolera es por definición de alto riesgo. La materia prima es explosiva. Requiere no sólo una operación cuidadosa sino también mantenimiento permanente. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )