*Trágico resultado: cinco muertos, dos desaparecidos, seis heridos

*En los últimos tres años, 12 mil 764 mdp contra “riesgos no tolerables”

*COVID: Campeche, ejemplo de una epidemia con altas y bajas

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

FUE UN ACCIDENTE no falta de mantenimiento, por lo menos no hay omisión en la administración actual, sostuvo el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, al referirse al lamentable siniestro en una plataforma petrolera de la Sonda de Campeche, en el importante complejo Kú-Maloop Zaap. Hasta el cierre de esta columna se tenía noticia de cinco fallecidos, aunque también ya corrían versiones sobre la trágica suerte de dos desaparecidos.

El balance oficial, cuando Romero Oropeza ofreció una conferencia de prensa la tarde de ayer lunes, era de otros seis lesionados. De la misma forma mencionó la suspensión temporal de la extracción por un volumen de 421 mil barriles de 125 pozos productores. Lo más importante, subrayó, es la protección y seguridad de las personas.

 

ABANDONO, MÁS DE TRES DÉCADAS

 

RECIENTEMENTE, en este diario fue publicado un reportaje sobre el rezago acumulado hasta 2018 en el mantenimiento y supervisión de las instalaciones petroleras. El tema había sido tratado luego en una reunión del actual Consejo de Administración de Pemex. Antes, la cuestión fue abordada por el presidente Andrés Manuel  López Obrador y por el director de la petrolera, Octavio Romero Oropeza.

Indica el reporte periodístico referido: “La infraestructura de Pemex tenía más de 32 años sin recibir mantenimiento preventivo o correctivo, hasta la llegada de la administración federal del presidente López Obrador. Ante esta situación, la empresa productiva del Estado reconoció en su Plan de Negocios 2021-2025 que una de las principales debilidades del sistema nacional de refinación es la subutilización de activos por falta de materia prima y rezagos en mantenimiento por recursos de inversión y operación limitados…” 

En la conferencia de Romero Oropeza respecto al accidente aclaró que lo sucedido en el activo de producción Ku-Maloob-Zaap, el 22 de agosto, no tuvo que ver con falta de mantenimiento o inversión, porque esta parte se ha cuidado desde el inicio del nuevo gobierno. La seguridad es prioritaria en una actividad de alto riesgo, sostiene.

No es un secreto que las administraciones anteriores, en especial las de los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, descuidaron el mantenimiento. No interesaba porque estaban en proceso de privatizar la empresa, me comentó un funcionario de Pemex. Esto lo habían denunciado especialistas como Francisco Garaicochea, Felipe Ocampo y Fernando Olivera.

En relación al mantenimiento de las instalaciones petroleras, el reporte oficial distribuido ayer por Pemex indica que durante los años 2015 a 2018, se redujo la inversión en el mantenimiento y reparaciones mayores. “Fue con esta administración (AMLO-ORO) que nació la iniciativa específica de atención de riesgos no tolerables en materia de seguridad industrial y confiabilidad A1”

De esta forma, aseguran, a partir de 2019 se asignaran recursos “para revertir la tendencia en el deterioro de las instalaciones y en consecuencia, potenciales siniestros y accidentes asociados a riesgos de Seguridad Industrial y Confiabilidad Operacional”. Durante los tres años 2019-2021 se presupuestó un total de 12 mil 764 millones de pesos en el rubro denominado “riesgos no tolerables en materia de seguridad y confiabilidad”. El mayor monto fue en 2020 con poco más de 5 mil millones.

Lo que resulta innegable, me parece, es que en el tramo que queda del sexenio Pemex deberá poner especial cuidado en las instalaciones. Por muchos motivos.

LOS COLORES DEL COVID

 

A PRINCIPIOS de julio todo parecía mejorar. Los colores amarillo y naranja del semáforo epidemiológico predominaban en el sureste. Sólo Chiapas se ha mantenido en verde en lo que va del año. Inclusive el gobierno federal había sugerido cambiar a amarillo el de Tabasco en junio, ante una baja en los contagios; el gobierno estatal decidió mantenerlo en naranja…y ahora los responsables nacionales ya colocan al estado en rojo. Pero sigue en naranja. Esto parecería un juego de colores, pero es la muestra del comportamiento del virus y de la población. Altas y bajas.

A mediados de junio reciente el  optimismo era evidente ¿o forzado? En el país, 19 estados fueron declarados en verde y nueve en amarillo. Cuatro estaban en naranja, entre estos Tabasco, y ninguno en rojo. Ahora las cosas han cambiado radicalmente, aunque se espera que sea temporal: siete estados en rojo, 17 en naranja, siete en amarillo y uno en verde.

En la región, Campeche fue el primer estado en lograr la clasificación verde, riesgo bajo. Ocurrió a finales de septiembre de 2020. Se habló entonces de retomar la mayoría de las actividades presenciales. Sin embargo sucedió lo que en otras localidades: hubo un repunte de contagios y ahora está en riesgo alto (rojo). 

Esta entidad, con la que Tabasco comparte límites, un permanente tráfico carretero,  y donde también hay una intensa actividad petrolera, reportó al inicio de la semana un acumulado desde el inicio de la pandemia de 18 mil 316 casos y un mil 600 decesos. El promedio de nuevos casos en los siete días recientes es de 225, aunque el domingo sólo reportó 95. 

Campeche, de poco más de 900 mil habitantes y 57 mil kilómetros cuadrados, logró el 4 de febrero de este año cero casos nuevos; durante el año reportó días con entre uno y nueve contagios. En general tiene un buen comportamiento en el control de la enfermedad. 

AL MARGEN

ES UNA MUESTRA que no hay victorias definitivas contra el COVID19 que, como todas las pandemias, regresa una y otra vez. Mientras, la vacuna sigue siendo el paso complementario a las medidas de prevención básica. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )