*La economía compartida como herramienta del desarrollo

*Mesoamérica, una historia común: en busca de un modelo

*AMLO será ratificado en marzo; el equívoco 40 por ciento

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

INTERESANTE y sin duda con varias aristas la reciente visita de John Kerry, representante de Joe Biden presidente de Estados Unidos y quien se desempeñó nada menos que como Secretario de Estado de 2013 a 2017. Si bien sus expresiones responden a los protocolos diplomáticos –un enorme elogio a la gestión del mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador-, tampoco puede ignorarse la estrecha relación entre la migración y la depredación ambiental, temas en la agenda del funcionario.

Precisamente estas cuestiones serán parte fundamental del encuentro que hoy sostendrán los gobernadores del sureste mexicano con la presencia del embajador de Estados Unidos en México, Kenneth Salazar, y los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

El anfitrión, como usted sabe, será el mandatario tabasqueño Carlos Manuel Merino, y se tiene previsto que asistan quienes gobiernan Campeche, Layda Sansores San Román; Chiapas, Rutilio Cruz Escandón Cadenas; Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa; Quintana Roo, Carlos Manuel Joaquín González; Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez y Yucatán, Mauricio Vila Dosal. Son entidades que junto a Puebla y Guerrero, están consideradas en el bloque regional Sur-Sureste. 

Por ahora será de la subregión sureste, aunque recordemos que muchos proyectos se consideraron en el pasado con nueve demarcaciones, siendo Puebla el puente con la capital del país, además de Guerrero.

 

DESARROLLO COMPARTIDO

 

EN LA VISIÓN que propone el gobierno de AMLO, el corredor regional mexicano tiene que ser visto junto a los países centroamericanos, especialmente Guatemala, El Salvador y Honduras; en menor medida Belice. Gobiernos a los que propuso extender programas como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo Futuro. Sin desconocer también lo que sucede en Nicaragua y Costa Rica, este último país con un modelo de desarrollo que puede ser muy útil a zonas como Tabasco.

Varios han sido los intentos por considerar en los planes de intercambio comercial a toda el área mesoamericana (Plan Puebla Panamá-2000, Proyecto Mesoamérica-2008). Lo más reciente es el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica y México (CEPAL, 2020-2021) presentado a solicitud del presidente López Obrador.

Resulta lógico observar que cualquier iniciativa de desarrollo impulsada por nuestro país tiene que partir de la colaboración y coordinación entre los gobiernos estatales en territorio mexicano. En este sentido, en agosto de 2019 fue firmado por los gobernadores de nueve estados y por el presidente López Obrador el denominado “Pacto Oaxaca”, por haber sido esa entidad la sede del encuentro.

En aquella ocasión el mandatario federal insistió en la necesidad de romper la brecha que existe con el norte. De acuerdo a las cifras expuestas por AMLO en el sureste habita el 28% de la población, pero con un Producto Interno Bruto (PIB) de apenas 18%.  La explicación, al contrario de quienes sostienen que “el norte trabaja y el sur descansa”, tiene raíces históricas  y económicas profundas. Un dato: el 50% de la inversión pública se destinaba a los estados del norte, aunque de la sureste región se extraían y extraen enormes recursos naturales…y fuerza de trabajo. 

Si consideramos a la zona como un todo, los estados representados en la reunión de este día suman 22 millones 845 mil habitantes; si agregamos a los pobladores de Puebla y Guerrero, la cifra sube a 33 millones. El mercado potencial del sur-sureste con Centroamérica considera a los 33 millones 500 mil que habitan Guatemala, El Salvador y Honduras, aparte de los que se agreguen con Belice, Nicaragua y Costa Rica.

 

LA DISCUSIÓN DEL CUARENTA

 

“SE IRÁ AMLO aún si no alcanza el 40%”, colocó como titular un matutino la expresión del presidente López Obrador en el sentido de que a pesar que no acudiera 40 por ciento de los ciudadanos a la consulta de revocación/ratificación de mandato dejaría el cargo, si la mayoría de los que fueran a las urnas lo reprueba. Suceso poco menos que imposible. Claro que la interpretación que algunos dieron a la afirmación presidencial fue errónea o interesada.

Veamos: de acuerdo a la normatividad de la consulta, para que los resultados de esta sean vinculantes –esto es, de observancia obligatoria-, tiene que acudir a las urnas por lo menos el 40 por ciento de los inscritos en el padrón del INE. Sabemos que en México existe un alto abstencionismo. Resultaría extraordinario que a un llamado a las urnas ajeno a los comicios constitucionales tuviera ya no digamos el 40, sino el 25 o 30 por ciento de participación.

En la primera consulta popular de agosto reciente, fue a votar menos del ocho por ciento de los empadronados. Esto quiere decir que legalmente sus resultados no tienen ninguna aplicación…más que el uso político.

Vista la primera experiencia, AMLO se adelantó a la posibilidad de que tampoco haya una gran afluencia a las urnas en marzo de 2022. Es previsible que quienes vayan a votar en la consulta del mandato lo hagan mayoritariamente a favor del Presidente y la razón es muy simple: sus adversarios buscarán hacer “fracasar” el ejercicio ciudadano ya sea porque lo consideran ocioso o porque no quieren legitimar sus resultados. 

De esta manera podemos dar por hecho que la consulta del mandato programada para marzo de 2022 la respuesta mayoritaria será el “SI”. Tal es la razón por la que desde ahora la discusión no estará en sus resultados sino en el porcentaje que acuda a responder…y en la sucesión.

 

AL MARGEN

TABASCO cuenta en estos días con la visita de funcionarios como Luisa María Alcalde Luján, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard, Javier May y Octavio Romero, entre otros. Vendrán más, en breve. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )