Política y servicio público: las viejas costumbres que resisten al cambio

Miércoles, 22 de Diciembre de 2021 00:49 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Avance, Horay20noticias

*La mecánica del engranaje partido/gobierno, una pesada herencia
*Aparentar para que todo siga igual, el recurso del pragmatismo
*El mecanismo nacional: candados legales contra conductas ilegales
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
SE CUENTA que Adolfo Ruiz Cortines, uno de los “herederos de la Revolución”, acuñó la frase: “la política es el arte de comer sapos sin hacer gestos”. Con tal cinismo se ha buscado definir la política “a la mexicana”. Pragmatismo, dicen los trapecistas del cargo público, donde domina la ausencia de ética en la toma de decisiones. Es contra lo que han votado millones de mexicanos y aún persiste.           
La tradición en política, desde el lado picaresco con disfraz pragmático, es fundamento de malas costumbres que pasan por buenas porque todos las practican. Con el renovado discurso -lucha contra la corrupción, austeridad republicana, pacto federal, división de poderes- habrá que replantear aspectos arraigados en la política nacional. ¿Será el 2022?
 
CONFLICTOS Y EMBOSCADAS 
 
EL AMASIATO entre partido/gobierno y gobierno/partido es conflicto de interés que, plasmado en la ley como delito, no se sanciona con la frecuencia requerida. Existe la Secretaría de la Función Pública (antes Contraloría), pero los peces -chicos o grandes- no “caen al sartén para fritarse”. Palabras famosas del panista Francisco Barrios, Contralor en el sexenio de Vicente Fox, y quien levantó grandes expectativas -no cumplidas- en cuanto a rendición de cuentas. Hoy existen casos jurídicos empantanados por nudos políticos y dificultades en la comprobación de los delitos. 
La Fiscalía General de la República avanza en cámara lenta. Destacan los casos de Emilio Lozoya: escándalo internacional del consorcio brasileño ODEBRECHT por sobornos a gobiernos de 10 países, México incluido, entre 2010 y 2014. Y Rosario Robles: la Estafa Maestra, 5 mil millones de pesos documentados por la Auditoría de la Federación con procedimientos irregulares en su asignación a universidades. 
En 2021 hay políticos en fuga y cinco peticiones de extradición. Acciones gubernamentales que buscan romper la impunidad de élites económicas en el terreno financiero. La titular del Sistema de Atención Tributaria (SAT), Raquel Buenrrostro, viene de la Oficialía Mayor (autorización de compras) en el gabinete de AMLO, y tiene historial de eficiencia que la convierte en funcionaria estratégica de la 4T, como lo fue Santiago Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) antes de su boda/affaire en Guatemala y la compra de un inmueble de 20 millones de pesos, escándalo mediático en curso. 
Desde El Universal (diciembre 5) se hicieron señalamientos a la fortuna del Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, “basados en una investigación de la UIF”. Respondió la UIF, ya con Pablo Gómez al frente, que “no existe esa investigación”, y pidió la rectificación del diario, “para informar a sus lectores”. Tiempos de jaloneos y emboscadas con reflectores.
     
HISTORIAS QUE VIENEN DE LEJOS
 
HAY CANDADOS jurídicos para no invadir esferas entre partido y gobierno. Candados rotos por la inmemorial práctica del usufructo de bienes públicos. La tradición de llegar al gobierno para hacerse de bienes particulares arranca en el México Colonial, con los ayuntamientos fundados por la corona española. La tradición voraz persiste en la Independencia y la Reforma (siglo XIX) y atraviesa el Porfiriato (1877-1910), cuando la dictadura desarrolla –paradójicamente- la modernización material del país. La tradición de medrar tropieza con la Revolución (1910-1917) y retoma vuelo con los sonorenses Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles (1920-1933), para afirmarse en el tiempo que va de Cárdenas a Ávila Camacho y Alemán Valdés (1934-1952). 
El PRI, partido hegemónico con picaporte presidencial, sostiene por décadas (1953-1994) la costumbre de gobernar con red clientelar que incluye el corporativismo como segunda piel. Negocios particulares al amparo del gobierno. Esta ‘tradición’ no cambió de 1995 a 2018, y es lo que López Obrador encontró en la estructura de gobierno.    
 
HACIA EL 2024 
 
LA MEZCLA partido-gobierno, un vicio público de rebotes privados que llegó a partidos que lucharon contra esa visión del actuar gubernamental entendido como ‘derecho partidista’. Le pasó al PAN y al PRD. Con la irrupción de Morena, AMLO insiste en que son distintos. Pero ese elefante reumático (la burocracia gubernamental) tiene muchas mañas. 
Se avanza lento y no hay cambios drásticos en los tres niveles de gobierno. El triunfo de Morena ofreció esperanzas que aún tiene resultados pendientes. El tiempo corre, las viejas costumbres se mimetizan y resisten al cambio. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
Última actualización el Martes, 21 de Diciembre de 2021 22:56