TABASCO: GANÓ PRD, LARGO CAMINO DE LA ALTERNANCIA

Martes, 03 de Julio de 2012 00:33 Editor
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Escala Crítica/Columna diaria
*Virtual triunfo de Arturo Núñez; reconoce Alí desventaja
*Veinticuatro años de oposición; pleno mandato para 2012
*Persistencia del lopezobradorismo y poder ciudadano

Víctor M. Sámano Labastida

“LO QUE VIENE  no es tarea de un solo hombre, sino de todo un pueblo”, sostuvo Arturo Núñez Jiménez al confirmar que las tendencias lo favorecían para ser el primer gobernador de Tabasco surgido de la oposición. Candidato de la coalición Movimiento Progresista, integrada por los partidos de la Revolución Democrática, Del Trabajo y Movimiento Ciudadano, culmina una larga etapa hacia la alternancia iniciada por Andrés Manuel López Obrador en 1988. Jesús Alí dijo que esperará la ratificación de los resultados, pero reconoció la ventaja de su contrincante.

En 1988 se constituyó la primera fuerza de izquierda vinificada en Tabasco. El FDN con los partidos PMS, PPS, PARM, PFCRN y Corriente Democrática del PRI. López Obrador fue el candidato y obtuvo oficialmente el 20.9% de los votos contra 78.3% de Salvador Neme,  del PRI. Se veía cuesta arriba poder quitarle al tricolor un dominio constituido desde los años veinte del siglo pasado.
Desde entonces, la oposición fue acumulando votos proceso tras proceso. En 1989 se integra el PRD y compite por primera vez por la gubernatura como partido en 1994, también con AMLO como candidato a la gubernatura. Consiguió el 38.7% frente al 57.5% de Roberto Madrazo del PRI. En respuesta a lo que consideraron un fraude electoral, el lopezobradorismo declaró una amplia resistencia civil, mientras en los municipios la alternancia se extendía sobre todo en la región de la Chontalpa.

EL CAMINO, LOS OBSTÁCULOS

En el 2000, mientras López Obrador obtenía la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal -luego de haber pasado por la dirigencia nacional de su partido-, el PRD con Raúl Ojeda estuvo cerca del triunfo. Quedó a un solo punto porcentual de Manuel Andrade, pero ante en cúmulo de irregularidades el tribunal federal ordenó anular las elecciones y convocar a comicios extraordinarios.
En el 2001 el PRI volvió a mostrar su capacidad de recuperación: Andrade se impuso con el 50.7% de los votos frente al 45.9% de Ojeda Zubieta. Sin embargo, la oposición ratificó su creciente influencia, por encima del 40% de la votación estatal.
En las elecciones federales del 2006, la franja de electores simpatizantes del PRD y de López Obrador rebasó todas las expectativas. Un total de 56 de cada cien votos fueron para este sector de la izquierda. Las seis diputaciones y dos senadurías. Había un voto suficientemente sólido para darle la victoria.
Ya en el 2003 los electores le confiaron a los solaztequistas la mayoría en la Cámara Local de diputados. También le habían dado hasta 12 de 17 municipios.
Pero el optimismo perredista sufrió un revés en las elecciones estatales del 2006. Entonces el candidato priísta a la gubernatura Andrés Granier contaba con una amplia popularidad y el respaldo de toda una estructura probada en elecciones, lo que permitió al tricolor una victoria de 51.8% frente al 42.2% de Ojeda Zubieta, por tercera vez candidato a la gubernatura. No bastaba esperar el “efecto López Obrador”, y tampoco era mecánicamente transferible.
Los votantes mandaron un mensaje a los dos partidos dominantes. El poder del votante estaba construyendo la alternancia comenzada en los municipios desde 1991.
Sólo la pugna entre corrientes, los intereses personales y la exitosa operación tricolor –con todo lo que esto implica-, hicieron que en 2009 los solaztequistas perdieran el importante corredor de la Chontalpa, su bastión histórico. Hace tres años, el PAN también logró sus primeros dos triunfos en las alcaldías de Balancán y Emiliano Zapata, pero mucho más como resultado de los candidatos que de la débil estructura panista en el estado.
Al parecer varias lecciones fueron entendidas por el PRD y sus aliados en las elecciones del 2012. Si bien podía existir el efecto López Obrador, era necesaria también una campaña intensa. Una serie de factores, como el propio ambiente creado por el lopezobradorismo, los cuestionamientos al gobierno actual, el carácter plebiscitario de las elecciones, una serie de conflictos internos en el tricolor y una más aseada selección de candidatos, permitió a la oposición izquierdista obtener resultados que rebasaron sus cálculos más optimistas.
Ahí está casi el 60% de los votos que obtuvo López Obrador ahora en Tabasco, las seis diputaciones  y dos senadurías. Casi repetido el escenario del 2006 con un agregado: la concurrencia de las elecciones resultó contraproducente para el tricolor. No fue el único factor, insisto; hubo también un importante voto de castigo.
En lo que conocemos hasta ahora, pues será el miércoles cuando comiencen los datos definitivos, Arturo Núñez lleva 503 mil 674  votos, contra 429 mil 441 sufragios de Jesús Alí. Una ventaja de más de 74 mil votos.

PERIFERIA AL CENTRO

Habíamos comentado también que una constante en las elecciones de otras latitudes era que el partido que ganaba la cabecera municipal tenía casi asegurada la gubernatura. Esta oleada amarilla favoreció aHumberto de los Santos Bertruy quien hasta computados poco más del 90 por ciento de los votos reportaba 142 mil 925 sufragios, frente a 120 jmil 625 de Luis Felipe Graham Zapata obtuvo 120 mil 625  votos. Una diferencia de más de 22 mil votos.
En las diputaciones locales el PRI obtendría el triunfo en sólo tres de los 21  distritos. Un total de 18 serían para el PRD, PT y MC.
En las alcaldías, el PRD estaría adelante también en Cárdenas, Centla, Comalcalco, Cunduacán, Huimanguillo, Jalpa de Méndez, Macuspana, Nacajuca, Tacotalpa, Teapa. El PRI estaría adelante en Balancán, Zapata, Jalapa, Jonuta, Tenosique  y Paraíso, aunque todavía habrá que esperar los ajustes en el conteo.
Es posible que algunas demarcaciones se vayan a los tribunales.
Dijo Arturo Núñez: “Para ponerlo salomónicamente, creo que hay tres ingredientes en el triunfo nuestro: el primer lugar el hartazgo ciudadano productos de gobiernos de 83 años (…), pero pudo haber canalizado su abstención a la indiferencia, a votarse en la ofuscación, en el hartazgo y no fue así, fue a participar”.
También, señaló, hubo capacidad para “hacerles una propuesta de cambio…me atrevería a decir que probablemente pudiera ser un 40% el efecto AMLO, un 30% mi propio trabajo y un 30% el hartazgo”, contribuyeron a este triunfo.
Lo importante ahora es no embriagarse con los resultados. Falta la prueba de gobierno. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )