Tiempo de decidir. De urnas y democracia: abstencionismos,pedagogía ciudadana, coyuntura 2023

Lunes, 17 de Abril de 2023 14:02 Editor
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 Escala Crítica/ Diario Presente, Ventanasur, Horay20Noticias, Avance

* ¿Coyuntura 23 como estructura 24? Elecciones Edomex y Coahuila
* Participación ciudadana y democracia: protesta y respaldo
* Futuro democrático de México y ciudadanía: partidos y coaliciones
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
En recientes comentarios me he referido aquí a un experimento democrático –consulta a las bases en el PRI-, que tuvo lugar en Tabasco en 1985, bajo el gobierno de Enrique González Pedrero. En camino a las elecciones del 2024, los partidos  se enfrentan al viejo dilema interno de cómo entienden y ejercen el derecho de sus militantes y simpatizantes para decidir sobre el futuro de su organización. En un sistema tan centralista como el mexicano, elegir a un líder o lideresa es definir el destino de un partido y agrupación.
El actual presidente Andrés Manuel López Obrador se ha declarado convencido de la democracia participativa y directa –vía las consultas-, frente a la democracia representativa o indirecta.  En el contexto de lo comentado en torno a la “consulta a las bases” y “democracia de carne y hueso” –con todas sus limitantes y defectos-permítame continuar con el tema desde otro ángulo.
 
CIUDADANÍA ANTE LA BOLETA
 
LA DEMOCRACIA formal se define en las urnas, elección tras elección, con el factor ‘incertidumbre’ que surge del ánimo ciudadano. Hay incertidumbre cuando hay competencia y cuando se respeta el voto. Ante la boleta, el gallo canta más de tres veces, como rasgo de “la politización del pueblo” que enfatiza López Obrador.  
En otras ocasiones se abordó aquí la distinción entre coyuntura (conflicto inmediato) y estructura (planes y acciones a largo plazo). Aquí tratamos de mostrar cómo se juntan ambos conceptos, en las elecciones 2023 para las gubernaturas en Edomex y Coahuila, dos reductos del PRI que parecían inexpugnables. Lo que otorga a estas contiendas un rasgo de importancia social y potencial explosividad. ¿La razón principal? En las urnas 2023 se comienza el 2024 electoral. Los partidos/coaliciones que quieran ir más allá de sus proyecciones estadísticas, tendrán que dirigirse a la franja de ciudadanos indecisos que en promedio ronda el 45% del padrón.
      
Y QUIEN LOS DESABSTENCIONICE…
 
LA PARTICIPACIÓN tiene su contraparte en la no participación, por más que hay quienes hablen de una “indiferencia activa”. Como fenómeno (a)político y cultural, los estudiosos del abstencionismo electoral en México distinguen una tipología triple: 1) abstencionismo por indiferencia, 2) abstencionismo por extrema pobreza y 3) abstencionismo informado, por desconfianza ciudadana hacia la clase política.
En el esquema mexicano, donde en la práctica no existe el voto obligatorio, el ganador de una elección puede serlo con el 50 o 60 % de abstencionismo, sin merma formal de legitimidad. Abstencionismo no mata resultado en urnas. En el quehacer político que es gobierno, el déficit de credibilidad por abstencionismo no apunta al desgobierno. ¿Es positivo o negativo lo anterior? Juzgue el lector. 
De cualquier modo, estamos lejos de Nicolás Maquiavelo, que planteó a su monarca: “Gobernar es hacer creer”. Pero la lejanía se daba por indiferencia ciudadana, no por eficacia gubernamental en acciones o sus formas de comunicar. Por lo menos, así ocurrió antes de 2018. ¿La indiferencia ciudadana seguirá, o el factor AMLO pesa como llamado a los electores a ras de suelo? Ese termómetro importa en 2023, para prefigurar cuál será la temperatura abstencionista de 2024. En México, cuando los ciudadanos se vuelcan a las urnas, hay resultados sorpresivos… para las élites. 
Las experiencias en las elecciones de lo que va del sexenio no alimentan el optimismo en cuanto a la participación de la población en las urnas. Quizá la contienda presidencial (y el activismo de AMLO), pueda llevar nuevamente a una motivación extraordinaria del votante. En 2018 hubo casos que rebasaron el 70 por ciento de gente en las urnas. 
 
NO ES IGUAL LO MISMO 
 
HAY QUE diferenciar el abstencionismo por indiferencia del abstencionismo por extrema pobreza o marginación (aislamiento de las comunidades). Es distinción importante, de cara a las estrategias electorales de partidos y coaliciones. “El abstencionismo por indiferencia implica una postura de comodidad real o ilusoria por los bienes, productos y servicios de que pueden disfrutar o aspirar a disfrutar la clase media y la clase media/alta, al serles ofertados dichos bienes en un imaginario público y mediático” (UNESCO 2019: “Participación ciudadana, abstencionismo y bienestar económico”). 
Note el lector: se trata de una satisfacción real o potencial, con el sistema social en el rol de vendedor de ilusiones que quizás cristalice ciertos logros en determinado momento, lo que funciona como ‘gancho aspiracional’ para ciudadanos / consumidores y los lleva a la pasividad política por indiferencia. No necesitan cambios profundos, sino obtener lo que les han ofertado socialmente. 
En la siguiente entrega revisaremos brevemente los abstencionismos por extrema pobreza y el rechazo activo a acudir a las urnas (una forma de protesta). Insisto: la democracia interna sigue siendo la gran ausente en los partidos y no se puede dar lo que no se tiene. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )