SUBEJERCICIOS EN EL PRESUPUESTO: UN MAL RECURRENTE, AHORA EN 2014

Lunes, 12 de Mayo de 2014 09:52 Editor
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Escala Crítica/Columna diaria
*Necesaria explicación y aplicación de los funcionarios
*Trimestre uno: federación no usó 43 de cada cien pesos
*Comisionados en lugar de gobernadores, ¿salida fácil?

Víctor M. Sámano Labastida

EL SUBEJERCICIO del presupuesto público se ha vuelto un dolor de cabeza para los gobiernos y un grave padecimiento para la población. En un sistema como el mexicano, donde se depende tanto de la inversión o derrama de recursos del sector público la lentitud con que fluye el dinero de las dependencias oficiales se convierte en una traba para mejorar los servicios, ampliar la oferta de empleos y motivar la inversión privada, entre otras.

Es posible que en estos días en Tabasco nuevamente el tema del subejercicio de los recursos públicos sea motivo de debate. Todo indica  tengamos el balance de los primeros meses del manejo del recurso que a pesar de los anuncios de la normalización paulatina de las finanzas estatales, otra vez se registre un déficit en el uso y disponibilidad presupuestal.

A CUENTA GOTAS

NO RESULTARÍA una sorpresa si observamos que recientes reportes periodísticos (La Razón, 06/V/2014) indican que el gobierno federal reporta un subejercicio de 43 por ciento en su gasto de enero a marzo de este año. De acuerdo a este balance, basado en cifras de la Secretaría de Hacienda, de las más de 200 dependencias, sólo 55 cumplieron al ciento  por ciento con el uso de su presupuesto y 33 estuvieron cerca de la meta; el resto se mantuvo muy por abajo.
Un caso relevante es el de la Comisión Federal de Electricidad que sólo ocupó el 12 por ciento de los recursos disponibles; el Consejo de Promoción Turística apenas dispuso de un 9 por ciento.
Los especialistas en estos asuntos refieren que es en los primeros tres meses cuando se programa la tercera parte de los recursos autorizados para el año.
Según explicó al diario citado Gabriela Alarcón del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), la lentitud o ineficacia en la aplicación de los recursos públicos “limita acciones para apoyar al mercado interno”, en tanto que Sergio García, académico del Tecnológico de Monterrey, entre los problemas que genera el subejercicio “quedan algunos proyectos sin licitación y los dejan para otro ejercicio y obras que no se terminan”.

¿PLAN CON MAÑA?

EL SUBEJERCICIO federal del año pasado fue adjudicado por algunos economistas a la intención del gobierno de Peña Nieto por forzar la aprobación de sus reformas, con el argumento de que sólo con los cambios legales crecería la economía. En el caso de Tabasco, la obstrucción presupuestal fue explicada por el agujero financiero dejado por el gobierno de Andrés Granier, además de la necesaria reprogramación en varias asignaciones en un presupuesto armado por los antecesores.
Es un mal recurrente. En los seis años del gobierno de Felipe Calderón hubo déficit permanente en la inversión (y no pocas veces exceso en los gastos). En la cuenta del 2012, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que en los estados hubo subejercicios de hasta el 50 por ciento en un área tan sensible como la salud. En Tabasco se conoce el resultado de esto y el desvío de recursos para fines electorales.
Hay infinidad de explicaciones. En repetidas ocasiones los funcionarios se quejan del exceso de burocratismo así como los “candados” para tener acceso a los recursos. Quienes administran las finanzas señalan a su vez la falta de proyectos y la vieja costumbre de la opacidad en el manejo. Pero no se puede negar que la falta de fluidez en los recursos golpea seriamente la necesaria generación de riqueza. No pocas veces el subejercicio es factor para el incremento de la pobreza.

LOS JEFES POLÍTICOS

OTRO “comisionado” es lo que podría estarse preparando ahora para Morelos. Por lo menos eso se desprende de la carta que la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC) entregó a la Secretaría de Gobernación después de la marcha en protesta por el asesinato de dos catedráticos universitarios. Esa agrupación indica que inclusive el gobernador Graco Ramírez debe renunciar por el nivel de inseguridad en aquella entidad.
Para los activistas el gobierno federal debe desplegar fuerzas federales para que se hagan cargo de la seguridad pública en Morelos, región que se ha convertido en la de más alta incidencia de homicidios. Ocupa el primer lugar del país en porcentaje de secuestros.
Oficialmente sólo en Michoacán se estableció la figura de comisionado de Seguridad, en la persona de Alfredo Castillo y quien prácticamente estableció un “gabinete paralelo” a partir de su llegada a aquel estado a mediados de enero.
Recientemente, cuando Damián Canales Mena asumió la titularidad de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en el Estado de México –en lugar de Rocío Alonso y en donde también había Salvador Neme Sastré-, se especuló que era una especie de “comisionado” federal, porque forma parte del equipo del secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong. Canales también llegó a Edomex a reestructurar la policía estatal, pero sin las atribuciones visibles de Castillo en Michoacán.
En Guerrero, donde la crisis de seguridad también se refleja en circunstancias de ingobernabilidad, el diputado Rubén Figueroa Smutny (PRI) promueve ante el Congreso de aquel estado el envío de otro “comisionado” al estilo michoacano. A esto se opone la bancada del PRD a cuyo partido pertenece Ángel Aguirre, aunque de profundas raíces priístas.
En Michoacán la gubernatura está en manos del PRI, al igual que en Edomex del PR
Podría decirse que hay un exceso en las especulaciones sobre la figura de los comisionados. Cabría decir que en varias legislaciones locales, entre ellas la de Tabasco, se establecen nombramientos de comisionado en materia de seguridad pública. Aunque son distintos de lo aplicado en Michoacán.

AL MARGEN

VALDRÍA tener en cuenta lo que recientemente expresó el procurador federal  Jesús Murillo Karam, para quien el federalismo debe ser entendido como “unir” y no “dividir”. Hay quienes interpretan la soberanía de los estados federados como un riesgo de división, aunque debería lo contrario: estados fuertes y soberanos dan como resultado una nación progresista. Aunque también como se vio en las décadas recientes, la soberanía fue pretexto para una especie de feudalización que ahora quiere ser contrarrestada con un retorno al centralismo autoritario. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )