CANDIDATURAS INDEPENDIENTES, PARTIDOS Y DESCONFIANZA CIUDADANA

Lunes, 30 de Junio de 2014 13:17 Editor
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Escala Crítica/Columna diaria
*Sólo 19 cada cien apuestan a los partidos con registro
*Un descrédito creciente; buscan salidas a la participación
*Núñez, la democracia, los cambios: teoría y dura realidad

Víctor M. Sámano Labastida

LA INSISTENCIA en las candidaturas independientes –defendidas inclusive por algunos partidos- es una expresión de la creciente desconfianza en los institutos políticos. Llamadas erróneamente “candidaturas ciudadanas”, la postulación de aspirantes por vías distintas a los partidos, se aplica a nivel estatal en Coahuila, Zacatecas, Quintana Roo y Yucatán. A partir del 2015 esta medida se generalizará en todo el país.

En Tabasco seguramente será aprobada la iniciativa para este tipo de candidaturas esta misma semana, lo mismo que las denominadas candidaturas comunes. Aunque estas últimas son las que mayor oposición encuentran en el PRI.

DESCONFIANZA, EL SIGNO

UNA RECIENTE encuesta encargada por el desaparecido Instituto Federal Electoral y dada a conocer por el INE refiere que sólo el 19 por ciento de los ciudadanos confía mucho o algo en los partidos. Los diputados, que son los operadores de los partidos –más que de la población-, sólo tienen la confianza del 17 por ciento de los consultados.
Encuestadoras como Mitofsky, Parametría y Demotecnia, registran que hasta el 60 por ciento de la población no confía en los partidos.
Si tomamos en cuenta el número de afiliados reportados oficialmente por cada partido –falta la depuración que actualmente realizan las autoridades electorales - observamos que unos 13 millones de mexicanos están afiliados a los siete institutos con registro. El padrón de ciudadanos es de unos 85 millones.
Resulta interesante notar que a nivel nacional los llamados “minipartidos” aseguran tener más inscritos que Acción Nacional (PAN), organización que se mantuvo dos años en la Presidencia y que ha gobernado más de la mitad de los estados de la República.
Según los datos que aún verifican en el INE, el Partido Verde Ecologista de México tendría 947 mil 346 militantes (en Tabasco no llega ni a 300), mientras que el Partido del Trabajo reporta 892 mil 756 inscritos; el Movimiento Ciudadano –antes Convergencia-, tendría 795 mil 281 integrantes y el Partido Nueva Alianza, 369 mil 174 personas.
Cualquiera de estos, por lo menos en esos listados, supera con mucho al PAN, organismo que después de la depuración de su padrón se quedó con unos 220 mil militantes y otro pequeño grupo de adherentes.

MÁS Y MENOS

El PRI TENDRÍA según sus cifras 5 millones 848 mil inscritos y el Partido de la Revolución Democrática, 3 millones 436. Hay que recordar que Morena entregó las afiliaciones de 603 mil personas.
Otras dos organizaciones que están en espera de la aceptación o rechazo del INE para competir en el 2015 también estarían muy por arriba del PAN en número de socios, siempre según sus propios datos: Encuentro Social documentó 320 mil 836 afiliados y el Frente Humanista uno total de 278 mil 500 integrantes.
Toca a las autoridades electorales determinar si alguna de estas afiliaciones es inválida. Uno de los principios es rechazar la doble militancia. Antes se acostumbraba que los partidos “prestaban” militantes para favorecer el registro de alguna organización.
Aunque la participación electoral oscila entre el 40 y 60 por ciento –hay una caída por lo general en los comicios intermedios-, las afiliaciones y los resultados de las encuestas muestran una escasa confianza en los partidos, circunstancia que se pretende atender con las candidaturas independientes.
Otro mecanismo para ampliar la oferta a los electores es la de las candidaturas comunes, de manera que los votantes potenciales puedan decidir en función de un candidato, pero también de un partido diferente.
Aunque por supuesto que esta medida puede crear confusiones ideológicas y programáticas. En sentido contrario podemos decir que los partidos tienen cada vez más difusos estos principios.
 
TEORÍA Y PRÁCTICA

EL ACTUAL jefe del Ejecutivo en Tabasco, Arturo Núñez, es reconocido como un especialista en temas electorales y de los procesos democráticos. Le tocó la construcción del IFE, ahora sustituido por el INE, pero también fue durante mucho tiempo operador en el sistema político mexicano. No había tenido oportunidad de una práctica concreta: ser gobernador de un estado, con el añadido de serlo en un momento de alternancia. Esto significa atender situaciones distintas a las tradicionales.
Seguramente esta práctica concreta modificará algunas de sus percepciones sobre el proceso político. Por lo pronto ha subrayado la existencia de poderes fácticos que frenan la democratización, entendida ésta como la construcción de una sociedad sin la ofensiva desigualdad que caracteriza a nuestro país. Menos aceptable en un estado como Tabasco, con las enormes riquezas naturales.
Dijo Núñez en su reciente participación en un foro internacional sobre los derechos políticos, gobierno y democracia: “hubiera querido un Instituto Nacional Electoral (INE) que se encargara de las elecciones y termináramos con los 32 organismos donde se hace simulación en los comicios”.
En Tabasco tiene oportunidad de construir ese andamiaje para un nuevo sistema o por lo menos para la corrección del sistema.

AL MARGEN

MERECIDO homenaje recibió Eduardo del Río (Rius). Presentó en la Ciudad de México su nuevo libro: Mis confusiones. Memorias desmemoriadas. Muy en su estilo irreverente, provocador e ilustrativo.
Rius, a quien se debe reconocer su gran aportación a la formación de una cultura ciudadana, conmemoró sus 80 años de edad y 60 años como caricaturista y divulgador. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )