Karla Reyes, artista:búsqueda constante

Viernes, 10 de Abril de 2020 00:54 Editor
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 *Mi pintura refleja lo que soy; debemos aprender a tener amor propio

 
Víctor M. Sámano Labastida
 
El arte es una búsqueda constante, experimentar con la técnica pero también con uno mismo, expresarse a plenitud, dice Karla Reyes, pintora, dibujante, caricaturista, ilustradora, fotógrafa, escultora y más. “Soy mi modelo”, afirma también quien se define como una persona sensual e inquieta.
Aunque comenzó con el interés por el dibujo desde niña, fue al terminar la secundaria cuando decidió que el arte era lo suyo “y empecé a buscar escuelas, comencé mi carrera”.  Su primera exposición la tuvo a los 16 años, en un espacio de Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, urbe en la que vive.
Nacida en la delegación populosa de Iztacalco, en la capital del país, aunque muy joven aún lleva media vida dedicada profesionalmente a la plástica. “He participado en 36 exposiciones colectivas en la Ciudad de México, con 4 en Guanajuato, 6 en Guadalajara, 2 en Los Cabos… avanzando poco a poco pero creo que con paso firme”, apunta.
 
EN BUSCA DE SÍ MISMA
 
Karla Reyes, su nombre de artista, se define feliz cuando pinta y más todavía cuando su trabajo trasciende, cuando causa un impacto. Llama la atención tu estilo clásico, pero también la experimentación con la forma y los colores. Explica: “Mi disciplina en la anatomía viene de la academia nacional de San Carlos. Ahí aprendí mucho. Tuve que enfocarme a un solo tema, pero también sacar lo que es mi persona. Me considero muy sensual, mi pintura y mi acuarela expresa lo que soy. Ocurre, creo, con todos los artistas: marca uno su esencia como ser humano”.
Más que influencia –sostiene- “es el oficio que te va conformando como artista. Son muchas cosas: puedes ser ilustrador, pintor, muralista, pero finalmente estás en esta rama visual. Puede haber algo que te guíe, pero he ido definiendo un estilo propio dibujando y desdibujando. A mis 29 años creo ya tengo bastante recorrido y con el tiempo se va identificando, distinguiendo, la obra”. 
“En el camino quizá se diga que pintamos igual, que se parece mucho a tal o cual.  Pero  cuando te metes a la profundidad de la obra, a lo que cada artista se dedica empieza a notar que hay diferencias. Por eso los que se dedican a falsificar no sacan una réplica exacta porque siempre falta algo”.
Cultiva la ilustración, pero no se encasilla. Porque “el artista, cualquier persona, cuando le gusta algo deriva de muchas cosas; el arte es muy amplio. En lo personal –apunta- yo me siento retroalimentada tanto en fotografía como en pintura. En grabado, como ilustradora, caricaturista, me dedico más a la anatomía, a hacer una pintura más clásica porque es lo comercial, pero mi obra parte de otras ramas, experimento. Es así como puedes encontrarle el amor, el sentido a tu carrera”.
 
SOMOS DESECHABLES
 
Para Karla Reyes, a pesar de que es muy difícil la labor del artista, se han beneficiado de las redes virtuales: “nos vinieron a ayudar; puedes expresar de todo. Me han ayudado a ampliar mi trabajo, que se conozca más y que yo conozca más. Claro, está fácil llegar a más público, pero también hoy todos somos muy desechables. Por eso, si haces un buen trabajo logras pasar la barrera”.
Cuenta que una experiencia vital fue el aprendizaje de tomarse también como su propia modelo. “Un maestro en la escuela de San Carlos durante u Congreso de Anatomía  me hizo descubrir ver las cosas desde uno mismo. Aprendí que puedo ser mi modelo. Cuando lo haces te quitas muchos temores y te liberas empieza ver con otros ojos, no de morbo, esto es arte”. 
“Eso te cura mucho. Si te quitas la ropa te miras con otros ojos. Salen muchas cosa que el consumismo nos está vendiendo.  Creo que el trabajar con uno mismo te libera mucho. Descubrir que la belleza es universal, cada quien lo ve de manera distinta”. 
Es su caso decidió trabajar también en ella misma. “Tracé mi línea de tiempo; es lo que vengo haciendo desde hace unos cuatro años. Observo la transformación que ha sufrido mi cuerpo, mi pensamiento, mi mente y esto  se refleja en la pintura”.
Se preocupa también por la pérdida de valores que se expresa en el lenguaje, en el trato. Es contraria a la destrucción del patrimonio cultural. “Es necesario el respeto. Si queremos levantar la voz no podemos estar agrediendo. El arte es totalmente pacifista, no debemos justificar la violencia”.
Concluye: “Yo trato de que las personas se liberen y se enamoren de ellas mismas, porque el amor propio es la base de ser humano”.