MÍMESES/Aforismos: la sabiduría breve

Martes, 04 de Noviembre de 2014 12:17 Editor
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 Pablo del Ángel Vidal

La palabra aforismo significa “forma poética de la definición", según el checo Milan Kundera. El pensamiento, veloz y contundente como un rayo, cae sobre un fenómeno y lo ilumina desde ángulos inusuales. Eso es el aforismo y su cualidad: una ruta breve hacia la metamorfosis rara y elegante de las ideas. Por ejemplo, piense el lector en este aforismo del irlandés Flann O´brienn: "La verdad es un número impar". Dan ganas de puntualizar: la mentira siempre viene en pares. 
El aforismo implica una repentina densidad reflexiva que nos obliga a acelerar nuestros procesos de comprensión, al leerlo y escucharlo. Tenemos que acelerar mentalmente para no perder su hilo argumentativo. Y aquí hablo de aforismos que son arte de sutileza y elipsis (economía narrativa), como querían Oscar Wilde y Jorge Luis Borges, dos maestros del estilo aforístico en la prosa. El método del aforismo es la paradoja: combinar ideas contradictorias que, sin embargo, producen un efecto estético que colinda con la literatura de todos los tiempos.     
Quiero compartir aforismos de grandes maestros alemanes de la prosa sincopada y breve, a la manera de las sonatas. Como si Bach, Mozart y Beethoven esculpieran ideas, en lugar de sonidos. Espero que estas ideas resulten no sólo bellas y extrañas para otros lectores, sino que los pongan a pensar de forma divertida. 
Comencemos la tanda de aforismos alemanes con Nietzsche. No comentaré los aforismos. Mi sugerencia es meditar en la sabiduría breve. Dijo Harold Bloom: "información hay demasiada. Pero, ¿dónde encontraremos la sabiduría?", precisamente en los aforismos.    
-“Mirando a un desesperado, cada cual recobra sus alientos. Para consolar a un desesperado, cada uno se cree bastante fuerte”.
-“El hechizo de la metamorfosis es la condición previa de todo arte dramático”.
Pasemos ahora con Georg Lichtenberg, un autor de estilo lapidario: 
-“Para esa dama la virtud parece consistir en arrepentirse de los errores, más que en evitarlos”.
-“Un libro es una especie de espejo; cuando un mono se mira en él, no contempla la imagen de un apóstol”.
-“Daría años de vida por averiguar cuál es la temperatura promedio del Paraíso”.
Sigamos ahora con el clásico Johan Goethe:       
-“Si quieres liberar a muchos atrévete a servir a muchos. ¿Quieres saber qué tan peligroso es? ¡Inténtalo!”
-“Jamás consiguen las masas querer algo por sí mismas, ya lo sabemos. Pero el que sepa querer por todos que lo demuestre”.
-“Las cenizas de dentro parecen, en la región silenciosa, disfrutar todavía de la vida. Así, este libro que colmó de vida en abundancia envuelve el sarcófago del poeta”.
Viene ahora Karl Kraus, un escritor admirado por Elías Canetti y Umberto Eco, ni más ni menos:
-“Para ser perfecta le faltaba sólo un defecto”.
-“El escándalo comienza cuando la policía le pone fin”.
-“Hay una oscura región de la tierra que manda por el mundo a exploradores”.
No podía faltar Franz Kafka, un checo judío que escribió en alemán: 
-“Si se llega a un punto determinado, ya no hay regreso posible. Hay que alcanzar ese punto”.
-“Una jaula fue en busca de un pájaro”.
-“Persigue los hechos como un principiante que patina sobre hielo y que además se ejercita en un lugar prohibido”.
-“No es necesario que salgas de casa. Permanece en la mesa y escucha. No escuches, espera solamente. No esperes, permanece tranquilo y solo. El mundo se te ofrecerá para que le arranques la máscara, no puede hacerlo de otra manera, se retorcerá arrebatador ante ti”. 
Terminaré esta tanda de aforismos con el maestro búlgaro Elías Caneti que, sin embargo, escribía en alemán.            
-“Mi deseo más ardiente es ver cómo un ratón se come vivo a un gato. Pero tiene que estar jugando con él el tiempo suficiente”.
-“Siempre que uno observa con detalle a un animal tiene la sensación de que dentro hay un hombre que se está burlando de él”.
-“Se muere con excesiva facilidad. Habría que morir de un modo mucho más difícil”.
-“El hombre de éxito únicamente oye aplausos. Para todo lo demás está sordo”.
Por último: hay quien dice que un aforismo de más de dos líneas no es aforismo. Puede ser, porque se pierde la brevedad. De cualquier modo, habrá que decir que cuando una idea trabaja eficazmente un efecto de extrañeza, así sea con mayor amplitud, su rasgo aforístico permanece.