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*Una herramienta para la toma de decisiones e inversión

*Dos extremos del país puntean: Yucatán y Baja California Sur

*Mejorar la gestión de gobierno y las oportunidades de equidad

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

TABASCO cayó en un bache en su Índice de Desarrollo Democrático (IDD) en 2018 y ha logrado recuperarse durante 2019 y 2020, pero aún sin alcanzar el nivel que tuvo en 2012, de acuerdo a cinco instituciones privadas y públicas que año con año realizan el estudio IDD-Mex. Este análisis –debatible pero con datos- pretende evaluar “el comportamiento de la democracia y el desarrollo democrático en cada uno de los 32 estados del país”.

De acuerdo a sus promotores se trata de una contribución para los tomadores de decisiones “como punto de partida hacia un camino de mejoras que sean verificables en el tiempo por medio de indicadores objetivos”. 

Como en años anteriores, las conclusiones y valoraciones de IDD-Mex son cuestionadas, discutidas y rebatidas. También confrontadas con la experiencia de cada uno. De la misma forma habrá que señalar analizar el “desarrollo democrático”  de los 32 estados del país no puede ignorar las circunstancias extraordinarias que vivimos por la pandemia y por el cambio de régimen.

Sin embargo, el IDD-Mex como lo dicen sus autores es una herramienta de los tomadores de decisiones. Tiene que ver con lo político, pero también con lo económico en materia de inversiones, tan relevantes para el desarrollo local y regional.

Las instituciones que participan en este esfuerzo son Konrad Adenauer, Polilat (consultora política), Instituto Nacional Electoral (INE), Centro de Estudios Políticos y Sociales (Cepos) y Confederación USEM (asociación de empresarios y líderes reconocidos en la corriente social cristiana). 

 

DÉCADA DE ALTIBAJOS

 

EN ESTOS tiempos de fiebre electoral y debate político-partidista, pero también de incertidumbre por el futuro, estudios como el IDD-Mex al que también nos hemos referido en años anteriores, permiten revisar con un poco de más mesura nuestro entorno. Insisto, la pandemia del COVID-19 agregó elementos de tragedia a nuestra vida en común: los miles de muertos, de enfermos contagiados y el creciente número de desempleados.

De acuerdo al IDD-Mex, en la década que va de 2010 a 2020 Tabasco se llegó a colocar en 2012 entre los 14 estados con mejores condiciones, con un puntaje de 5.8 de 10 posibles. Es cierto que apenas se arañó una calificación aprobatoria, pero distinta a la caída a 3.1 de 2018 cuando el estado se ubicó en el escalón número 24 entre las entidades de la república.

Siempre de acuerdo al estudio citado, después de un deslizamiento notable en 2013 (recordemos las condiciones en las que comenzó aquel sexenio), hubo una recuperación sostenida en los siguientes años hasta un nuevo tropiezo en 2018. Tabasco estaría –conforme a los indicadores del documento-, en un proceso de recuperación. Es la buena noticia.

La noticia que no debemos perder de vista es que Tabasco aún está muy lejos de alcanzados por Yucatán, que encabeza la lista; Baja California Sur, situada en segundo lugar; Aguascalientes, Querétaro e Hidalgo, todas estas entidades arriba de los 8 puntos de calificación en su desarrollo. 

Claro que hay estados muy rezagados, como Guerrero, Morelos, Veracruz y Michoacán, colocados en los últimos sitios. Los mejores resultados los obtiene Tabasco en “democracia de los ciudadanos”, con 7 puntos que lo coloca en tercer sitio nacional, y en “democracia de las instituciones”, pero ya en el sitio número doce; el peor desempeño estaría en el apartado de “democracia social”, que califica al estado en el último lugar nacional, y “democracia económica” en donde se obtiene el sitio 19.

 

GOBIERNO Y ECONOMÍA

 

EXPLICAN los autores que “democracia social” refiere a “la gestión del gobierno para lograr mejores condiciones de desarrollo social y humano”;  en tanto que “democracia económica” mide “la generación de mayores oportunidades y mayor equidad”. No es, insisto, el único estudio orientador pero sí uno de los que tiene alto reconocimiento. Podrían adoptarse dos actitudes: descalificar el análisis, o tomarlo en cuenta para aplicarnos a combatir los rezagos.

Tabasco tiene actualmente una ventaja: existe el objetivo y la decisión presidencial de dar el máximo apoyo a esta región del sureste. Debe aprovecharse.

Un buen indicador es el referido por la organización “¿Cómo vamos?”, en cuyo semáforo económico Tabasco aparece con “crecimiento positivo”. Las inversiones federales han sido un detonador importante. Otro indicador de la decisión presidencial es sin duda el acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), anunciado por el gobernador Adán Augusto López; un convenio que, como era previsible, ha sido y será cuestionado por la oposición agrupada en el PRI, PRD y PAN que la considera una acción de campaña electoral. El gobierno asegura que los tiempos del anuncio dependieron de otros factores.

 

AL MARGEN

POCO a poco los partidos van definiendo sus cartas para la contienda del 2021. No hay duda que el espacio más disputado será el del Congreso de la Unión, clave para que el gobierno de López Obrador continúe su proyecto y para la oposición la posibilidad de frenarlo. Se confirmó que en la alianza PRI-PRD-PAN, los solaztequistas tendrán de candidatos a Alipio Ovando Magaña (distrito 03), Dolores Gutiérrez (04) y Verónica Pérez (05); al PRI le corresponde el primero con Odilia Medina, en tanto que el PAN inscribirá Juan José Rodríguez, en el sexto. Les faltaría un distrito que corresponde al PRD.

La coalición en el poder, Morena, aunque ya tiene prácticamente definidos sus candidatos y candidatas a las diputaciones federales de Tabasco, se dio de plazo hasta el 15 de marzo para oficializar las designaciones que serán validadas por encuestas. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )