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*En un grupo de cinco alcaldías, dos fueron a la oposición

*AMLO no estará en la boleta, pero es parte del discurso

*En 2012, muchos partidos, pocos programas diferenciados

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

MUCHOS efectos trajo consigo la “homologación” de las elecciones estatales y municipales de Tabasco a las federales. Uno de los más visibles fue que se aceleró el crecimiento de la oposición y la pérdida de la hegemonía del PRI. Así lo observamos desde el 2012, como le comentaba ayer. Quizá de manera indirecta, esta compactación de los procesos electorales también sirvió para una mayor cantidad de organizaciones partidistas; aunque todavía se carece de una diversidad de propuestas políticas, porque es difícil distinguir los programas entre uno y otro logotipo. 

Le comentaba ayer que en Tabasco –y yo diría que en el país- carecemos de elementos sólidos que nos permitan pronosticar lo que sucederá en las urnas el 6 de junio. Lo más lógico es orientarse con un cruce de datos en las encuestas, como lo facilita la consultora Oraculus; aunque no existe un seguimiento sistemático, por ejemplo, para lo que sucederá en los municipios. Son demasiados, es muy costoso…y no es negocio. Hay algunos ejercicios muy localizados, pero todavía no pueden ser una referencia a seguir. 

Los partidos tienen sus propias mediciones, pero son apenas herramientas de trabajo. 

Un elemento común ha sido que las elecciones intermedias provocan una escasa respuesta, también podemos observar que hay circunstancias particulares; como por ejemplo, es la primera vez que PRI-PAN-PRD van juntos en una coalición parcial y es la primera vez que este proceso se plantea casi como una elección presidencial: continuidad o ruptura de la denominada Cuarta Transformación. 

La figura central es el presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero también ocurre una batalla electoral en el caso de Tabasco donde los votantes calificarán a las autoridades en el nivel más cercano a sus reclamos, necesidades y servicios: el municipal. Con una mayoría de ayuntamientos surgidos de la votación por las siglas de Morena, no puede sostenerse que los 15 ganados por esa vía representen el proyecto lopezobradorista. Veremos qué sucede en los tres años próximos.

Para los resultados, cuentan -por supuesto-, las campañas que igualmente están haciendo los aspirantes a las seis diputaciones federales y a las 21 diputaciones locales de mayoría de cada uno de los partidos o coaliciones. Aunque, como le decía, no todos están en intención de competir.

 

AMLO TAMBIÉN JUEGA

 

EN ESTE PROCESO local en Tabasco “juega” la carta nacional, la carta AMLO; de modo quizá no tan determinante como en 2018, pero no debe desdeñarse. Así, en mi comentario anterior me propuse una somera revisión de los resultados de las votaciones municipales del 2018, en el entendido que las elecciones del 2021 tienen un ingrediente de incertidumbre.

Mencioné cómo la debutante organización Morena, ya con registro partidista, logró notorios triunfos en Balancán, Cárdenas, Centro, Comalcalco y Centla. En este último municipio con una fuerte competencia del PRD (una diferencia de unos 5 mil 800 votos), lo que no sucedió en Centro donde la distancia fue abismal: más de 191 mil votos de ventaja. Otra plaza donde se observa una sólida presencia morenista es Comalcalco.

Lejos de mi intención está decir que los escenarios se repetirán, pero sí que la tarea de los adversarios de Morena es muy compleja en el bloque mencionado líneas arriba. 

Ahora me referiré a otro grupo de municipios donde no sólo la contienda fue más cerrada en el 2018, sino que la coalición ahora gobernante fue rebasada por sus opositores en algunas plazas: Cunduacán, Emiliano Zapata, Huimanguillo, Jalapa y Jonuta.

De este bloque, la más notoria diferencia de votos entre Morena y el segundo lugar se registró en Cunduacán. La coalición lopezobradorista llegó a la alcaldía de la llamada “Atenas de la Chontalpa” con 25 mil 513 sufragios, en tanto que el segundo lugar correspondió al PRD con 10 mil 104 papeletas. 

 

DOS PLAZAS, EXECEPCIONES

PERO en Zapata sucedió algo inusual: dos partidos opositores quedaron primero y segundo. El triunfo fue para el PVEM con 5 mil 143 votos, en tanto que el PAN cosechó 3 mil 773 sufragios. Morena quedó en tercer sitio con 3 mil 483 papeletas. 

En Huimanguillo, aunque Morena obtuvo la alcaldía con 37 mil 96 sufragios, el PRD logró alcanzar los 29 mil 218 votos. El tricolor quedó tercero con 14 mil 979. En esa demarcación, coinciden varios análisis, existe una disputa muy acentuada de familias que se relevan en el poder…y pueden pasar de un partido a otro.

Otro caso es Jalapa, un municipio pequeño y con pesada deuda pública, así como con antecedentes de inestabilidad. Morena logró ganar la presidencia municipal con 5 mil 471 votos, pero en segundo se colocó el PVEM con 4 mil 833, desplazando a las fuerzas políticas tradicionales. PRD y PRI quedaron tercero y cuarto respectivamente.

Mención aparte requiere Jonuta, donde la familia Filigrana –más que el PRD o el partido- ha sido factor determinante en la lucha por el poder. Ahí han encabezado la presidencia Francisco Filigrana y Ana Lilia Díaz.  En 2018 el primero fue por la reelección no continua y ahora  va por la continua. Hace tres años fue una de las plazas que perdió Morena frente al PRD: 7 mil 278 votos del ganador contra 4 mil 649 de los morenistas. Es destacable el hecho que el Panal (Nueva Alianza) haya logrado ubicarse en segundo por arriba de Morena con 5 mil 770 sufragios. 

 

AL MARGEN

MAÑANA, si me lo permite, cerramos esta revisión por municipios. Por espacio y tiempo no me he detenido a referir la relación de los resultados con el candidato, porque ya hemos visto que en partidos no competitivos la persona puede hacer la diferencia, como le sucedió a Nueva Alianza (Panal) hace tres años en Jonuta y Teapa, o Encuentro Social en Balancán y Centla. Pero terminaron perdiendo su registro. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )