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Home Escala Crítica Morena, más que la suma de partidos el liderazgo de López Obrador es la clave

Morena, más que la suma de partidos el liderazgo de López Obrador es la clave

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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Hiray20noticias, Avance

 
*Del debilitamiento de la figura presidencial (PRI) a la recuperación
*La decisión de Tabasco, y otros estados, pasa por Palacio Nacional
*Elecciones en seis estados, oportunidad para campañas adelantadas
 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
 
QUIENES siguen de cerca la política nacional y la local seguramente registran que hasta las elecciones del 2006 las votaciones para Presidente de la República y para Gobernador de Tabasco se realizaban en fechas distintas. En algún tiempo los comicios estatales fueron en noviembre y posteriormente trasladados a octubre. A partir de 2012, una reforma constitucional local, colocó a las elecciones tabasqueñas en la misma jornada que las estatales. Fue también la primera ocasión que el PRI perdió la contienda por la gubernatura.
 
El caso es que cuando los comicios federales y estatales se realizaban en fechas separadas, era una costumbre en Tabasco esperar a que el partido en el poder (PRI), designara a su candidato a la Presidencia para que los interesados en la sucesión local comenzaran a perfilar a qué intereses o qué perfil tendría el candidato al gobierno estatal, del que a su vez se desprendían las candidaturas a las presidencias municipales y hasta las diputaciones. Era el sistema en todo el país.
 
La pérdida de la hegemonía del PRI con la derrota por la Presidencia en el 2000, agudizó en Tabasco un proceso que ya era visible en 1994: el futuro ocupante de Palacio Nacional ya no tenía las plenas facultades no escritas para decidir quién sería el abanderado tricolor en Tabasco. Y aunque el PRI volvió al poder en 2012, aquellos “usos y costumbres” ya eran cosa del pasado y el candidato Enrique Peña Nieto enfrentó la rebelión local en la designación de abanderado a La Quinta Grijalva. También ocurrió la primera derrota estatal del tricolor, por ese y otros importantes factores como la acumulación de fuerzas de la oposición encabezada por Andrés Manuel López Obrador. Coincidió, como le decía, con el cambio de calendario electoral.
 
LA OLA DE AMLO
 
LA HISTORIA de 2018 tiene su propia ruta. La ola que impulsó la tercera candidatura de López Obrador para la Presidencia fue determinante no sólo para su victoria rumbo al Palacio Nacional, sino también para definir candidaturas de su movimiento. 
 
Modificadas las fuerzas en la competencia político partidista, en 2024 tendremos una circunstancia inusual: aunque López Obrador asegura que tanto para su sucesión en Palacio Nacional como para los gobiernos de los estados –Tabasco incluido- dejará que “el pueblo decida”, no cabe duda que su voz será escuchada en la selección de aspirantes en todos los casos. No es una sucesión más, es la continuidad o no del denominado Proyecto Alternativo de Nación.
 
Pero también el hecho de que se haya anunciado que las candidaturas del 2024 serán decididas en Morena mediante encuestas hace que los aspirantes ya estén buscando reflectores, al tiempo que los grupos internos realizan alianzas y negociaciones. Una oportunidad de dejarse ver fueron las recientes campañas para las elecciones de seis gubernaturas que se decidirán el domingo y de cuyas encuestas ya comentamos en nuestra colaboración anterior.
 
Al cierre de las campañas, los datos de las encuestadores apuntan a una sostenida ventaja del partido de López Obrador en Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo; en Durango hay una contienda cerrada con la coalición PAN-PRI-PRD, en tanto que en Aguascalientes las preferencias son para esta alianza opositora. Comienza la cuenta regresiva para el 5 de junio en el que Morena buscará ampliar su dominio territorial. Para el 2023, la competencia estatal que marca el inicio de la carrera presidencial es la del Estado de México donde seguramente se volverán a enfrentar las dos alianzas: la de la coalición en el poder y la de los opositores.
 
UNO, MUCHO MÁS QUE DOS
 
DE LO QUE no hay duda es que Morena se sigue consolidando por la fuerte presencia y liderazgo personal de López Obrador. La más reciente encuesta a principios de mayo (Reforma) confirmó que a nivel nacional la coalición-movimiento del Presidente tiene el 47 por ciento de la intención del voto; el PAN registraba 19 por ciento, el PRI 18 puntos y MC sólo seis puntos. 
 
Y como también le decía en una colaboración anterior, las alianzas no son una suma matemática sino política, de manera que no se puede especular –como han hecho algunos analistas- sobre si una coalición PAN (19%) y PRI (18%), signifique un 37% y que MC (6%) los haga llegar al 43%, o que el PRD les agregue otros 3 o 4 puntos.
 
Veamos, la misma encuesta de Reforma –como otras- indican que una alianza encabezada por Morena es vista más fuerte por el 58% de los encuestados; mientras que sólo 17% considera que es más fuerte la alianza PAN, PRI y PRD.
 
Claro que no todo es terreno despejado para Morena porque, como le decía, la oposición espera la posibilidad de una ruptura. Lo que de todas formas es muy remoto que le alcance para la Presidencia aunque sí le permita reproducir la estrategia del 2021 y lograr mayores posiciones en la Cámara de Diputados. 
 
AL MARGEN
HAY OTROS imponderables como la conducta de los dirigentes del Partido Verde que por tradición juegan con la alianza que le otorgue más posiciones o le garantice la supervivencia de su registro. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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