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*En la tierra de los Hank, el PRI buscará detener su descenso

*Pase de factura: Alito recibió 12 gubernaturas, le quedan dos

*Detonar la participación, desafío del poder y de los opositores

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

LOS SALDOS para la oposición en las recientes elecciones para seis gubernaturas son motivo de preocupación para los dirigentes del PRI, PAN y PRD. En Movimiento Ciudadano consideran acertada su estrategia hacia el 2024. Es cierto que la coalición de Morena obtuvo la mayoría de las posiciones en disputa, pero tampoco puede echar las campanas al vuelo: el abstencionismo refleja –entre otras cosas- la necesidad de mecanismos de mayor participación en las decisiones político-partidistas. 

Le comentaba en mi colaboración de ayer que hay varios aspirantes en Morena para suceder a Andrés Manuel López Obrador, pero todavía no existe una definición clara. Como tampoco la tiene la oposición ni en el sentido de si mantendrá una alianza tripartita o si podrá convencer a Dante Delgado (MC) que se sume al bloque anti morenista.

 

EN LA ANTESALA

 

PODRÁ decirse que es muy anticipado pretender que se definan ya las candidaturas, pero el propio AMLO adelantó la carrera sucesoria apenas pasadas las elecciones intermedias del 2021. Trascendió que  mañana domingo, en Toluca, el dirigente de Morena, Mario Delgado, aprovechará la oportunidad para reunir a los aspirantes a la candidatura presidencial en un evento que anunció como el arranque de “las tareas de organización rumbo al 2024”.

Como se sabe, las elecciones consideradas de un alto valor simbólico y político, previas a las presidenciales, son las del Estado de México, que se realizarán el 4 de junio de 2023, junto a las de Coahuila.  En Edomex se presume la hegemonía de un poderoso grupo vinculado a la familia Hank, que sin embargo ha venido perdiendo fuerza electoral: el 2011 todavía Eruviel Ávila del PRI ganó con el 65% frente al candidato lopezsobradorista Alejandro Encinas a quien se le reconocieron casi el 22% de los sufragios. Pero en  2017 el priista Alfredo del Mazo batalló para sacar un 33.56% frente a la abanderada de AMLO Delfina Gómez quien logró el 30.78%.  Una diferencia mínima.

Aunque las cifras no se pueden trasladar mecánicamente, no se debe perder de vista que en las intermedias del 2012 Morena obtuvo en Edomex el 30.25% contra el 26.63% del PRI. Como el PAN contabilizó el 13 %, los promotores de un bloque opositor insisten en que la suma de estos dos partidos junto al PRD le podría dar a esa alianza suficientes votos para superar al lopezobradorismo en aquella entidad. Es una apuesta arriesgada y también es posible que ya para entonces Movimiento Ciudadano haya decidido si une su destino a la triple alianza.

Mientras, los simpatizantes de los aspirantes morenistas para el 2024 abrieron ya sitios virtuales para sus precampañas no oficiales: “Marcelo Progresista”, es la dedicada a Marcelo Ebrard y “Yo voy con Adán”, para Adán Augusto López. Mientras en Jalisco ya operan comités de campaña en apoyo a Claudia Sheinbaum encabezados por Alfonso Ramírez Cuéllar, y Alejandro Rojas anunció “círculos de apoyo” para las apiraciones de Ricardo Monreal. Hay que ganar espacio en las encuestas.

 

COMPLICACIONES

 

EN EL PROYECTO de nación de AMLO hay una cuestión crucial rumbo al 2024: el combate a la corrupción que –como principal promesa de gobierno- puede resultar contraproducente a partir de los altibajos de la Fiscalía General de la República (FGR). Es un cargo con autonomía, aunque el Presidente puede proponer al senado una nueva terna, “por cuestiones extraordinarias”. El Fiscal Alejandro Gertz Manero tiene 82 años de edad y se ha estancado en casos paradigmáticos, mientras en la prensa se ventilan escándalos jurídicos que lo involucran y espionajes telefónicos en su contra.

 

PIES DE BARRO Y AUTOCOMPLACENCIA

 

LA OPOSICIÓN no da pie con bola. Navega a partir del viento que lanza AMLO. No define cómo ‘vender’ al electorado sus alianzas, por mezclas ideológicas extravagantes o no concretadas en una propuesta sólida. Muestran rencor y negación, sólo rechazo. No tienen figuras públicas de credibilidad. Lo señalan inclusive grupos al interior. Las elecciones de 2021 y 2022 muestran que el negativismo descalificador es apuesta perdedora. 

Esto paradójicamente, puede afectar a Morena por exceso de confianza. Ya Mario Delgado, dirigente nacional, anunció que dejarán al PRI sin gubernaturas (en 2023) cuando se disputen Coahuila pero sobre todo el Estado de México, donde se atrinchera el poderoso (en otros tiempos o quizá mimetizado) Grupo Atlacomulco. Las cuentas para el actual dirigente del tricolor empiezan a ser echadas en cara y buscan ser cobradas con la exigencia de su renuncia: en tres años perdió Alejandro Moreno (Alito) perdió 10 de las 12 gubernaturas que tenía su partido. Corre el riesgo de quedarse sin ninguna y la sombra del achicamiento toca a la puerta: en Quintana Roo, su votación para la gubernatura  fue de sólo 2.96% lo que hizo que se difundiera que perdía el registro estatal; sin embargo lo salvó gracias a que en la votación para diputados logró el 4.97. Malas noticias de todas maneras para un partido que en 2010 obtuvo la gubernatura con el 48% de los sufragios. 

En este momento, el peor enemigo de Morena puede ser la autocomplacencia sin memoria.  Como dijo el clásico: en política nadie gana para siempre, y nadie pierde para siempre. También que ganar las elecciones no es, necesariamente, ganar el poder

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