www.ventanasur.com

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Home Escala Crítica AMLO y Morena, la construcción de un partido: sus elecciones internas definen grupos, pero también proyectos

AMLO y Morena, la construcción de un partido: sus elecciones internas definen grupos, pero también proyectos

E-mail Imprimir PDF

 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20noticias, Avance

 
*Entre 30 y 31 de julio votó por 3 mil consejeros-congresistas
 *Falta un mayor activismo y debate; rebasar los liderazgos personales
*AMLO, en 2011: si los partidos no están a la altura, hay que reformarlos
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
 
EN OCTUBRE DE 2015 Morena acudió a su primer proceso interno como partido reconocido por el Instituto Nacional Electoral (INE) para elegir a su dirigencia estatal y posteriormente a la nacional. En aquella ocasión, una organización que informó tener 200 mil afiliados, logró que unos 10 mil acudieran a votar con consejeros-congresistas. Esta vez hubo un poco más de participación, aunque fue dispar en cada uno de los distritos. 
De aquella votación del 2015 anoté en esta columna que Morena no pudo evitar la competencia entre grupos, las llamadas “tribus” que se disputan el poder. Tampoco pudo impedirlo ahora pero no es algo que pueda ser motivo de alarma; por el contrario, mucho ganaría la democracia si esa contienda de grupos se transformara en un debate público para saber qué propuestas, que proyectos, son los que están en juego. Que no se limite a las personas.
 
FALTA PARTICIPACIÓN REAL
 
EN OCTUBRE de aquel año anotamos que se calculaba que “en México cuando mucho el 10 por ciento de los ciudadanos está afiliado a algún partido político. Noventa de cada cien no tiene credencial de alguna de las formaciones que luchan por el poder. De acuerdo a cifras de los propios partidos, Tabasco sería el estado con mayor porcentaje de militantes: un cincuenta por ciento de los empadronados también están inscritos en los institutos políticos. Por lo menos el PRI, PRD y Morena declaran tener cada uno 200 mil adeptos oficialmente reconocidos”.
Las cifras seguramente no han variado y, por el contario, observamos un cada vez mayor desdibujamiento de los partidos; una pérdida de identidad, que es contra la que batallan o deben batallar PRI, PRD y PAN. En tanto Morena, como formación relativamente reciente, tendría que estar en proceso de construir su propia identidad colectiva, que es más fuerte a la larga que el sólo liderazgo personal.
Decía entonces y lo suscribo ahora: “A pesar de la baja militancia en lo nacional, el hecho de que quien gana una elección prácticamente lo gana todo y lo decide todo, lo que hacen o dejan de hacer los partidos debe ser de interés público. Podría afirmarse además que los gobiernos terminan siendo un reflejo de las prácticas de los partidos o coaliciones de donde provienen”.
 
LAS LECCIONES DE AMLO
 
DURANTE su visita a Madrid, España, López Obrador presentó en la Fundación Ortega y Gasset una síntesis de su visión anti neoliberal, pero también habló de “algunas lecciones” de sus frecuentes recorridos “por el México profundo y en diálogos circulares con la gente”.
En esa intervención de octubre de 2011, ya en su segunda campaña por la Presidencia, expuso una crítica a los partidos políticos y al sistema electoral mexicano. En un compendio de diez puntos destacan observaciones que pueden ser consideradas vigentes:
“Aunque los dados estén cargados o las cartas estén marcadas –dijo-, hay que apostar a la transformación por la vía pacífica y electoral. La violencia no es el camino, al contrario, sirve de pretexto al autoritarismo y propicia más sufrimiento”.
Se refirió a la crisis de la llamada clase política y señaló que “es indispensable la formación y el surgimiento de líderes honestos con propósitos más elevados que sus legítimas aspiraciones personales”.
En ese decálogo anotó: “Si los partidos de izquierda no están a la altura de las circunstancias hay que reformarlos y si de plano esto no es posible, debe optarse por construir, desde abajo y con la gente, nuevos partidos o crear movimientos amplios, pero no dedicarse únicamente a lo espontáneo, a lo sectorial, gremial o social, sino trabajar siempre en concientizar y organizar al pueblo para cambiar el régimen”. 
Destacó en aquel octubre, hace ya  once años, que 4 millones de ciudadanos habían aceptado participar como “protagonistas del cambio verdadero o como representantes del gobierno legítimo”, y todos los días se suman miles, sostuvo.
Como sabemos, la elección presidencial del 2012 transcurrió en medio de una intensa polémica por los reclamos del fraude electoral y el retorno del PRI al poder. Todavía AMLO participó bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que contribuyó a fundar en 1989 y que dirigió a nivel estatal y luego nacional; sin embargo, no ocurrió lo del 2006 cuando anunció la integración de un “gobierno legítimo” para combatir el fraude que colocó Felipe Calderón en el poder, sino que se dedicó a organizar el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que en 2014 obtuvo el registro como partido.
De acuerdo a las leyes electorales vigentes, en enero del año siguiente a las elecciones presidenciales se convoca a la integración de nuevos partidos. López Obrador aprovechó esa circunstancia y, aún en el PRD –una organización que ya estaba dominada por los llamados “Chuchos” y otras corrientes adversas a AMLO- impulsó su nuevo movimiento que participó por primera vez en las elecciones del 2015. Es historia conocida, se afirma, pero le puedo asegurar que sólo una minoría de los ahora de manera formal integrantes de Morena lo saben.
AL MARGEN
Han pasado nueve años desde el registro de Morena como partido. Entre el sábado y domingo lo vimos operar. Como dijo Enrique González Pedrero y lo ha retomado AMLO: en política hablan los hechos. 
( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 
 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar