Los recursos naturales, combate a la pobreza y los desafíos de los gobiernos anti neoliberales

Jueves, 07 de Octubre de 2021 00:02 Editor
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 Los recursos naturales, combate a la pobreza y los desafíos de los gobiernos anti neoliberales

 
Escala Crítica/Columna diaria
*De la minería al monocultivo, dilemas de los gobiernos de izquierda
*Andy Robinson, una crónica del despojo en América Latina
*El petróleo, el oro, el agua, el litio; la ambición contra el progreso
 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
CAMBIAR el modelo económico, pasar del neoliberalismo salvaje a un desarrollo con bienestar. Este es el programa y la meta ofrecidos por Andrés Manuel López Obrador. No es fácil. Los gobiernos de izquierda o con definición progresista han tenido altas y bajas en América Latina. Hemos visto el ascenso de movimientos populares, de líderes carismáticos, de experiencias exitosas como la de Lula Da Silva el Brasil, que terminan en un vuelco a la derecha más extrema. 
Los gobiernos se enfrentan a la necesidad de procurar mejores ingresos para la mayoría y el combate a la desigualdad y a la pobreza…pero tienen que resolver la disponibilidad de recursos. Una primera medida es, casi siempre, distribuir bonos compensatorios contra una situación de injusticia ancestral; pero eso no basta.
Escribió el periodista Andy Robinson: “En muchos países presencié los crispados debates de la izquierda latinoamericana entre quienes criticaban a los Gobiernos progresistas por el neoextractivismo y los que arremetían contra los aniextractivistas (ambientalistas) por vivir en un mundo de fantasías, alejado de la realidad y la urgencia de elevar el crecimiento del PIB para combatir la pobreza y fomentar el desarrollo”. (Oro petróleo y aguacates, ARPA Editores, 2020)
Habrá lectores a los que los términos extractivismo y neoextractivismo les diga muy poco o nada, pero de alguna manera desde la campaña de 2018 y de la llegada al poder en México de López Obrador, esta discusión está presente. Se trata de saber si es posible una economía de bienestar frente a la camisa de fuerza de las leyes del mercado y del consumo creciente. Una cadena globalizada.
Ahora que se discute el tema de la explotación del litio (las grandes riquezas en Sonora) y cuando se tiene como eje de desarrollo la industria petrolera –inclusive en el aprovechamiento del agua-, estamos frente a lo que los especialistas califican como actividades extractivas. Pero…
 
TAMBIÉN LOS AGUACATES
NO SÓLO eso, el experimentado periodista británico Andy Robinson, corresponsal de La Vanguardia de Madrid, España, para América Latina, recupera el concepto de extractivismo más allá de la minería. Nos recuerda que la extracción –ordeña, se diría popularmente- también incluye la explotación para el mercado mundial de todos los recursos naturales y materias primas. Nuestra historia, la de México y América Latina, está marcada hasta por el usufructo de las personas, cuya expresión más brutal fue el esclavismo y que –en el modelo neoliberal- llevó al extremo la explotación del asalariado.
En una interesante, documentada y obra a la que tuve acceso gracias a Luis Guillermo –amigo personal de Robinson-, se hace la crónica a modo de “Las venas abiertas de América Latina” del uruguayo Eduardo Galeano publicada en 1971, de lo que ha sido recientemente en nuestro continente (y es en la actualidad), la extracción de diversos recursos naturales.
El oro, en Colombia y Centroamérica; el hierro y el niobio en Brasil; el coltán, en Venezuela; los diamantes y esmeraldas, también en Brasil; la plata y el peyote, en San Luis Potosí  el cobre, en Chile y Perú; el litio...en Bolivia. Este último alimentó una rebelión contra el gobierno de Evo Morales. 
O el aguacate en Michoacán, México, que también muestra la otra cara brutal por el control de la producción y el mercado: la participación de las bandas criminales dedicadas al tráfico ilegal.
Pero Robinson nos cuenta también de la quinoa, en Uyuni, Bolivia; la patata (papa) en Puno, Perú; el plátano en Honduras; la soja o soya, en Pará, Bahía, Brasil; la carne, en Brasil.
En esta fiebre extractiva, no podía faltar, por supuesto, el petróleo en Venezuela, Brasil y México; así como las hidroeléctricas en el Amazonas.
PELÍCULA QUE YA VIMOS
PARA quienes conocen la historia del sur sureste, en especial de Tabasco, les vendrá a la memoria lo sucedido en estas tierras con la explotación para los inestables o manipulados mercados externos de productos como el plátano, la madera, el cacao, la carne de ganado, por sólo mencionar algunos que han significado el auge y la ruina de diversas comunidades. Y lo que ha sido en ciertas etapas el petróleo…y el control del agua. Una dependencia económica que impide el desarrollo, o también que nos encadena al subdesarrollo.
Usted recordará que al inicio del actual gobierno en México, el de Andrés Manuel López Obrador, el propio mandatario cuestionó la obsesión de los que se guían por la macroeconomía al evaluar el desarrollo en función del crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto); a esto propuso considerar los niveles de bienestar. El destacado economista Firdaus Jhabvala refirió la falla en las cuentas nacionales que sólo consideraban el PIB (el valor total de los bienes y servicios finales producidos por un país, por año), pero no tomaban en cuenta la distribución de la riqueza producida. También aquí le referí hace tiempo la observación de Ramón Rodríguez Zentella para considerar el PIBE (el PIB con sus costos ambientales).
AL MARGEN
SE DISCUTE desde la trinchera progresista que de nada sirve aumentar el PIB si se concentra en unas pocas manos. Un país podía producir mayor riqueza pero al mismo tiempo multiplicar la marginación y la pobreza. Es lo que ha sucedido en las economías extractivas salvo en aquellos países como Noruega que se convirtieron en un modelo de distribución de los recursos generados por la exportación de petróleo…Otro modelo en crisis. Tiempo de buscar nuevos senderos. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla