Neoliberalismo MX: capitalismo de cuates, dependencia externa, control y estancamiento

Lunes, 17 de Enero de 2022 00:15 Editor
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Víctor M. Sámano Labastida
 
* Slogan triunfalista, realidad compleja: resultados caóticos.  
* La ruta: continuidad de complicidades y penurias.     
* Política neoliberal: élites y economía sin rostro humano. 
 
EL NEOLIBERALISMO es la bestia negra de la corriente de gobierno, economía y política que promete revertir los males de la alta concentración de la riqueza, la creciente pobreza y el desperdicio de los recursos del planeta. Entre muchos otros daños. Le comenté en una entrega anterior que en América Latina el vuelco electoral apoya propuestas de cambio: México, Chile, Bolivia, Perú, Honduras, etcétera. 
Las bases del tinglado neoliberal se sentaron antes de 1989, tanto en Chile -con la dictadura pinochetista a la cabeza- como en México -que ejecutó en 1982 la rotación de élites en la familia revolucionaria, imponiéndose la corriente tecnocrática-. Luego de periodos financieros turbulentos, Chile y México recibieron consigna: disciplina macroeconómica contra viento y marea. Esa consigna desdibujó la dimensión social del gobierno. Cuidar lo macro no trajo mejores condiciones de vida.    
              
NÚMEROS COMO PERSONAS
 
COMO el neoliberalismo se jacta de la técnica, exploremos ese terreno. Tres datos técnicos (UNAM 2017: ‘Informe financiero desde la cornisa’) muestran las limitaciones del modelo económico de México 1987-2017, de continuidad transexenal: 1) Crecimiento promedio de 1.3% del Producto Interno Bruto anual, lejos del 5% necesario para la creación y distribución suficiente de empleos, bienes y servicios; 2) Pérdida de 600% del poder adquisitivo del salario mínimo nacional, duro golpe a los recursos de 15 millones de familias (45 millones de personas, y ni hablar de trabajadores que no reciben el mínimo); 3) Devaluación del peso en 160% del valor nominal de 1987, incluyendo tres ceros quitados a la moneda en 1991. A la devaluación se le llamó, en la jerga neoliberal, “banda elástica de flotación”, “eje de deslizamiento” y “mecanismo de ajuste gradual”. El concepto preciso, vistos los resultados, es desastre social. Así recibió el país, en 2018, López Obrador. Leo Zuckerman, crítico de AMLO y de la 4T, caracterizó el periodo neoliberal como “capitalismo de cuates”, y conminó a “no caer en lo mismo”.    
Los años del tobogán neoliberal se basaron en la dependencia externa: el Fondo Monetario Internacional (FMI) dictó políticas de desarrollo con deuda creciente. Ni el superávit comercial del TLC que luego fue TLCAN (5 mil millones de dólares anuales) fue paliativo de la crisis económica. La macroeconomía de pizarrón no rescató la economía de las personas. 
El último PRI en el poder intentó la continuidad neoliberal en la figura de un técnico de la economía, José Antonio Meade. Lo eran Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, vendedores de ilusiones (1982-2000). La realidad no se sujetó a los deseos de la nueva élite. Las leyes sí, con reformas donde el Estado perdió peso estratégico. Se achicó el compromiso social del gobierno.
  
RECUPERAR LO HUMANO 
 
URGE devolver sentido humano al campo económico. AMLO dijo “primero los pobres”, aunque la pandemia genera escenarios de dificultad extrema. De cualquier modo, la reactivación económica desde abajo -con los programas sociales- apunta en la dirección de la justicia social. Los opositores sostienen que es lo contario. Estamos a la mitad del camino y comenzaremos a observar los resultados.   
En el neoliberalismo el número mandó. Esto sucedió en México con dos generaciones de políticos con posgrados en Harvard, Chicago y Yale. La estadística, vista como parámetro único, se convirtió en sustituto de lo humano. La sociometría -y sus complejas variables- construyó un desierto numérico, sin personas.  
La macroeconomía es útil por el crecimiento poblacional, pero sus indicadores de bienestar no llegan al bolsillo ciudadano. La macroeconomía, como eje de las finanzas nacionales y as en la manga de corporaciones transnacionales, no desaparecerá. El gobierno de AMLO–vía Secretaría de Hacienda- afirma cuidar los números de deuda pública y el nivel de inflación. Pero ahí no termina su gestión.
El premio Nobel de Economía, Amartya Sen, criticó al mercado “cuyo objetivo es la maximización de la ganancia y el olvido de las personas”. Ubicó la crisis financiera en “la actividad ciega del mercado, que no trae bienestar mágicamente”.   
AL MARGEN
México vive la cruda neoliberal. Rumbo al 2024, es saludable un debate sobre la reactivación económica del país. Pobreza y desigualdad son enemigos de todos. Lo aceptemos o no. Aunque parece que en la sucesión siguen importando las personas y no los proyectos; los grupos y no el colectivo nacional. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )