La 4T, dificultades del cambio cultural en México: batallas contra la inercia

Viernes, 03 de Junio de 2022 00:27 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20noticias, Avance 

* La verdadera transformación, en la cultura y el comportamiento               
* Gabinete y burocracia nacional: ¿cambio estructural a medias?   
* Expedientes perdidos y créditos sin devolución.    
* Mover conciencias contra la indiferencia, complicidad, impunidad
 
Por Víctor M. Sámano Labastida
 
SE INSISTE un día sí y otro también el cambio cultural que representa la denominada Cuarta Transformación en el México del siglo XXI. Con diversas expresiones, López Obrador maneja la misma idea, crucial para la expansión del proyecto de nación construido desde la izquierda: “revolución de las conciencias”, “cambio de régimen”, “revolución de las mentalidades”, “cambio pacífico del sistema político”. 
Conversé con Felipe Sánchez Arias, coordinador en Tabasco del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, sobre la intensa actividad que deben realizar los activistas de la coalición gobernante si buscan consolidar el cambio de régimen. Recordamos cómo partidos como el Revolucionario Institucional, Acción Nacional, Comunista Mexicano, entre otros le otorgaron especial importancia a la formación ideológica y –en algún tiempo- al aspecto cultural en general.
Salió cómo Enrique González Pedrero, que fue catedrático de la UNAM y director de la Facultad de Ciencias Políticas, fundó y dirigió el Instituto de Capacitación Política del tricolor; también cómo, siendo gobernador, dirigió recursos y talento para impulsar una revolución cultural de corte universal pero anclada en las raíces comunitarias.
 
MODAS, MODOS Y MODELOS
 
LOS OPOSITORES visualizan la 4T como “una moda política y demagógica que expira en 2024” (Gilberto Lozano, dirigente de FRENA, que por cierto no explica su propuesta alternativa). Más allá de la crítica sin propuesta, parece claro que el gobierno que en 2018 llegó con 30 millones de votos, plantea una transformación que va más allá de modas políticas. Uno es el propósito, el tiempo dirá cómo se expresan en hechos.
Lo que se decidirá en las urnas de 2024 tiene que ver con la diferencia entre cambio coyuntural y cambio estructural. Las fuerzas sociales, que políticamente se manifestarán, tienen ante sí la evaluación mayor de la 4T. Examen de legitimidad y reto de hegemonía. No está claro, hasta ahora, qué proyecto de nación disputará las preferencias en las urnas con la 4T. Y también, me parece, la demanda que implica da administración del poder ha dejado poco margen para la política cultural, esto es la política profunda.
               
BUROCRACIA Y RESISTENCIA AL CAMBIO
 
El cambio cultural que enfatiza López Obrador podría medirse en el actuar del gabinete y los problemas para agilizar acciones. Ahí, las dificultades estructurales se arrastraron sexenio a sexenio (1988-2012). En fecha tan temprana como noviembre de 1994, un mes antes del relevo presidencial entre Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, el analista Jorge Javier Romero escribía en la revista Nexos: “Ese nudo ciego de nuestra modernidad política, del que depende la tan machacada identidad entre partido y gobierno, se encuentra nada menos que en la forma en la que se estructura la burocracia”. 
Eran los tiempos del PRI con ropaje neoliberal que reciclaba el uso político de la burocracia: “En este país todo burócrata pertenece al PRI mientras no demuestre lo contrario”, se decía y algunos funcionarios buscaban aplicarlo al pie de la letra. 
Frente a los usos y costumbres, Romero planteaba un cambio de fondo que no tuvo lugar: “Así, surge como elemento prioritario de la reforma institucional pendiente la creación de una burocracia neutral, más capacitada técnicamente, más permanente y menos onerosa, que garantice la continuidad general de las políticas públicas, independientemente del color del gobierno en turno”. El pasado mexicano es rico en oportunidades perdidas.              
Es evidente que no se trataba ni se trata de una “burocracia neutral, más capacitada técnicamente”  que terminara siendo una tecno-burocracia. Los ahora llamados neoliberales intentaron vaciar de compromiso colectivo la función pública. Pero también, debe subrayarse, que el anquilosamiento del régimen priista en su última etapa “política” (Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo), había ido vaciando de contenido el servicio público que sólo se salvaba por la resistencia de un notable grupo de trabajadores. ¿Qué burocracia encontró la 4T en 2018? ¿Qué dejará en 2024?
El tema da para más…
 
AL MARGEN
 
Recuerdo que en las campañas estatales de 1997, a la redacción del diario La Verdad del Sureste, llegaron de improviso por la noche Miguel Pérez Dionisio, a quien conocía desde que trabajamos juntos en CORAT-TV, y Víctor Manuel López Cruz, quien estaba buscando la diputación por el PRI. No acudían a entrevista alguna ni a dar noticia de sus actividades sino, dijo López Cruz con su sencillez: “Señor director, sólo vine hacer una pausa. Si me lo permite, quisiera descansar”. Se acomodó en una silla y ahí estuvo un rato. 
Poco después conversamos, por supuesto de política. Entonces me dijo una frase que encerraba la experiencia de muchos años: “Mira tocayo, te puedo asegurar que si al PRI le quitas dinero, pierde; y si al PRD le das dinero, pierde”. En ese tiempo el PRD era la oposición en ascenso. El tiempo mostró la razón de su dicho. Descanse en paz.
También nuestras condolencias para familiares, amigos y colegas del profesor José María Hernández Pozo, quien durante décadas fue corresponsal de Diario Presente. Esforzado y humilde. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )