Educación, transformación y movilidad; llega un tercer relevo sexenal en el sector

Miércoles, 10 de Agosto de 2022 00:51 Editor
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 Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20noticias, Avance

 
*Para relevo de Delfina Gómez ni Alvarez Buylla, ni Raquel Sosa
*Hay tiempo, dice López Obrador, para designar a una mujer en la SEP
*Experiencia nacional: factor de cambio, diversidad, integración e identidad
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
NO SUCEDIÓ  el lunes, pero será antes que finalice la semana. El relevo de la profesora Delfina Gómez al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP) fue confirmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Sería el tercer cambio en lo que va del sexenio en tan importante y estratégica posición. Ayer AMLO descartó que al cargo llegue la actual directora del Conacyt, María Elena Álvarez Buylla (“la necesitamos donde está. Todavía no termina”); en tanto, Raquel Sosa, encargada de las cien Universidades Benito Juárez se autodescartó (“no, yo no”).
López Obrador frenó las especulaciones que incluían a algunos varones al frente de la SEP –incluyendo al ex rector Juan Ramón de la Fuente. “Será una mujer”, puntualizó y los reflectores se movieron hacia Conacyt y las UBBBJ, pero también se mencionó a Rosaura Ruiz, actual titular de Educación en el gobierno de Claudia Sheinbaum en Cdmx, y a Bertha Luján, quien expresó esta semana su interés en dirigir Morena en la capital del país.
Será el tercer relevo en la SEP.
 
 
REFORMAS Y SUSTITUCIONES
 
DESDE 1891, cuando fue establecida como Secretaría de Justicia e Instrucción Pública la actual Secretaría de Educación, hasta la fecha sólo en cinco sexenios ha tenido un titular con seis años en el cargo: Manuel Gual Vidal, con Miguel Alemán Valdés (1946 - 1952); José Ángel Ceniceros, con Adolfo Ruiz Cortines (1952 - 1958); Jaime Torres Bodet, con Adolfo López Mateos  (1958 - 1964); Agustín Yáñez, con Gustavo Díaz Ordaz (1964 - 1970), y Víctor Bravo Ahuja, con Luis Echeverría Álvarez (1970 - 1976).
 
Quienes más relevos han hecho en la SEP son Pascual Ortiz Rubio, que tuvo cuatro titulares en el cargo y Carlos Salinas de Gortari, también con cuatro. Sin contar el caso del usurpador Victoriano Huerta quien rompió récord: de 1913 a 1914 (16 meses) tuvo cinco designados en la todavía Secretaría de la Instrucción Pública, nombre que adoptó en 1905 durante la dictadura de Porfirio Díaz y cuyo primer titular fue Justo Sierra (1905-1911).
 
Al frente de Educación Pública han estado lo mismo célebres y recordados personajes, como individuos que se pierden en la memoria. 
 
¿Cuántos de ellos podemos evocar junto a tareas o propósitos verdaderamente transformadores, o que hayan dejado una huella en un área tan sensible para el individuo,  la sociedad y su futuro?
 
Junto a Justo Sierra, sin duda destaca José Vasconcelos quien fue dos veces secretario de Educación, como sucedió con Jaime Torres Bodet. En la lista célebre seguramente no faltarían Agustín Yáñez y Jesús Reyes Heroles. Todos ellos se propusieron, con una visión integral del país, la educación y la cultura, reformas importantes.
 
Hubo algunos intelectuales de renombre como Narciso Bassols o el tabasqueño Félix Fulgencio Palavicini que, sin embargo, estuvieron poco tiempo en el cargo como para emprender planes de largo alcance.
 
Otros intelectuales-políticos que se prepararon y ambicionaban dirigir la SEP no lo consiguieron. Como el tabasqueño Enrique González Pedrero. A decir de él mismo a pesar de su empeño no le favoreció la fortuna –una coyuntura favorable-. Como el escritor Agustín Yáñez había sido director de la Comisión Nacional de Textos Gratuitos, herramienta fundamental en el propósito social de la instrucción pública.
 
A varios amigos, González Pedrero nos contó su gran interés por el sector educativo y cultural, como se pudo además constatar en su administración en Tabasco. Lo más cerca –pero a la vez más lejos- que estuvo de ser secretario de Educación fue, paradójicamente, cuando Carlos Salinas de Gortari asumió la Presidencia de la República. Cerca, porque fue el ideólogo de la campaña; lejos, porque el proyecto político del salinismo era contrario a la definición socialdemócrata de EGP. El neoliberalismo tecnocrático frente a una concepción de compromiso social.
 
Varias veces comentamos sobre la importancia de la educación y la cultura en un proceso de cambio profundo. De hecho, lo que no hicieron las armas y el ejercicio del poder en México al término de la confrontación bélica en la Revolución Mexicana, lo hizo la educación: integrar a un país disperso y diverso. 
 
Recordemos que en la época del gobierno de Lázaro Cárdenas los maestros rurales tenían que ser acompañados de guardias armados para poder laborar en comunidades alejadas o levantadas en rebelión por los conservadores y la iglesia católica.
 
Muchas historias hay en este país sobre cómo la educación pública logró ser un antídoto contra la pobreza y la marginación,  fundamental para la integración y la preservación de identidad. 
 
Habrá que recordar las Misiones Culturales iniciadas en 1923 (en las cuales participó el joven Carlos Pellicer) y las Campañas de Alfabetización a partir de 1921. Así como la ambiciosa experiencia de José Vasconcelos en la educación básica y en la superior, así como en la promoción de la lectura. 
 
AL MARGEN 
QUE NO sea como dijo con ironía Albert Einstein: “Lo único que interfiere con mi aprendizaje es mi educación”. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )