Escala Crítica/Columna diaria
*Miembros del gabinete peñista y el gobernador de Tabasco
*Temas de la agenda: seguridad territorial, pública, financiera
 *Morena y PRD, en la disputa de espacios políticos comunes

Víctor M. Sámano Labastida

ARTURO Núñez, gobernador electo de Tabasco, tiene antiguos lazos de comunicación con personajes clave en el gabinete de Enrique Peña Nieto, aseguran personas cercanas al círculo de ambos personajes. Hay, por supuesto, diferencias partidistas, pero la necesidad de solucionar algunas cuestiones relevantes para las dos administraciones requiere de instancias de diálogo.

 Entre los temas inminentes que estarán en la mesa, quizá antes de que Núñez asuma la gubernatura, se cuenta el de la difícil y compleja relación con el sector energético y en particular con la Comisión Federal de Electricidad, los adeudos y el manejo de las presas.
En esa paraestatal quedó a la cabeza Francisco Rojas Gutiérrez, un político de los que llamaríamos “institucionales”, quien ya fue director de Pemex de 1987 a en 1994, años en los que Núñez formaba parte del gabinete. Al mexiquense le tocó vivir el trato con Tabasco durante los años del denominado “boom petrolero” y también de la explosión de los reclamos por las afectaciones. Es cuatro años mayor que el mandatario electo de Tabasco.
Pero sin duda que el mayor conocimiento y cercanía de Núñez Jiménez, inclusive algunas afinidades políticas, podrían encontrarse con Emilio Chuayfett designado secretario de Educación Pública en el gabinete de Peña Nieto. Las tareas asignadas al también ex gobernador mexiquense estarán relacionadas no sólo con la educación sino también con la política. Podríamos decir que el problema de la educación en México es de carácter político.
Chuayfett fue secretario de Gobernación de 1995 a 1998 en relevo de Esteban Moctezuma y bajo el gobierno de Ernesto Zedillo. Núñez no sólo coincidió con el ahora secretario de Educación en Gobernación –fue subsecretario de 1995 a 1997-, sino que los dos presidieron el Instituto Federal Electoral, cuando el organismo todavía dependía de la Segob.
Chuayfett de 1990 a 1993 y Núñez de 1993 a 1994.
Núñez era coordinador de diputados federales cuando el mexiquense fue secretario de Gobernación. A los dos personajes les tocó la negociación de la reforma política y la de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados.
En el gabinete de Peña Nieto está otro ex gobernador, contemporáneo de Arturo Núñez, el hidalguense Jesús Murillo Karam, quien tendrá a su cargo la Procuraduría General de la República. Murillo era gobernador (1993 a 1998) en los tiempos en que Núñez despachaba en Gobernación como subsecretario. Posteriormente llegó –en 1998- a la subsecretaría de Seguridad Pública dependiente de Gobernación. Estos personajes volvieron a coincidir, aunque en bancadas distintas cuando en 2006 obtuvieron un escaño en el Senado de la República.
Aún en trincheras no sólo distintas sino en las actuales circunstancias opuestas, la posibilidad de contar con interlocutores que hablen el mismo lenguaje –y en este caso que tengan antecedentes similares en la conceptualización del Estado Mexicano, con experiencia en las batallas de las entidades de la República ante el centralismo-, puede ser muy útil en las tareas de gobierno. Que están en otro orden frente a las actividades e intereses partidistas.

ENCUENTROS Y DIFERENCIAS

EN VILLAHERMOSA el Partido de la Revolución Democrática y el Movimiento de Regeneración Nacional tuvieron el sábado sus primeras manifestaciones separadas. Militantes del PRD tomaron por la noche la avenida Gregorio Méndez, en tanto que Morena realizó un mitin en Plaza de Armas. Este segundo grupo estuvo presidido por Javier May y Octavio Romero, ex dirigentes del PRD, así como por Rafael Elías Sánchez, entre otros. La causa fue la misma, protestar contra el retorno del PRI a la Presidencia; los caminos divergentes: unos y otros buscan además sumar militantes a su causa.
Mientras eso sucedía en la capital tabasqueña, en la Ciudad de México el gobernador electo por esta entidad, Arturo Núñez Jiménez –del Movimiento Progresista- participaba en el acto solemne de jura de la Constitución por Peña Nieto. Ahí estuvieron todos los gobernadores del país, electos y en funciones; por supuesto que no faltaron los mandatarios que el PRD y la izquierda reconoce como suyos. También acudieron líderes y autoridades del PAN.
En el debate interno del PRD no podía faltar el difícil equilibrio entre el apoyo a su dirigencia nacional, las diferencias entre las corrientes y las simpatías por López Obrador. Nuevamente quedó de manifiesto en el debate sobre si Jesús Zambrano estaba o no autorizado para firmar el Acuerdo Nacional con el PRI y el PAN.
Mientras la corriente liderada por Bejarano y Dolores Padierna, Izquierda Democrática Nacional (IDN), que tiene la secretaría general del CEN perredista, desautorizó a Zambrano, un grupo de 58 de los 104 diputados federales y diez de los 22 senadores solaztequistas, así como 18 de las 32 dirigencias estatales,  apoyaron a su dirigente nacional, al igual que los representantes de la asociación de alcaldes AALMAC.
Aseguró Zambrano que también tenía “el respaldo de todos los gobernadores” surgidos del PRD.
Entre los diputados federales que se manifestaron a favor de la firma del Acuerdo Nacional con el PRI y PAN están los perredistas tabasqueños Gerardo Gaudiano, Marcos Rosendo Medina, Tomás Brito,
Antonio Sansores, Juan Manuel Fócil y Claudia Bojórquez; así como el senador Fernando Mayans. El desplegado público, sin embargo no fue firmado por la dirigencia estatal del PRD tabasqueño, como tampoco por las diputadas Lorena Méndez y María Fernanda Romero, ni por el senador Adán Augusto López Hernández.
López Obrador se había pronunciado en contra de cualquier pacto con los partidos saliente y entrante del gobierno federal.

AL MARGEN

EL SÁBADO fue una jornada muy intensa. Se requerirá tiempo e información para procesar lo sucedido. Enrique Peña Nieto prestó juramento como Presidente de la República; en situaciones confusas grupos de manifestantes se enfrentaron a la policía capitalina (DF) y a fuerzas federales. En los estados, como Jalisco, hubo excesos policiacos; en casi todas las capitales del país manifestaciones de uno y otro bando. Hay decenas de detenidos.
Peña Nieto expuso trece medidas “para el bienestar nacional”. Entre otras:
un programa nacional para la prevención del delito; una cruzada nacional contra el hambre y el servicio profesional de carrera docente.
López Obrador, en tanto, ratificó su presencia como el principal contrapeso al nuevo régimen. Cuestiones que requieren análisis minucioso. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )