www.ventanasur.com

  • Aumentar fuente
  • Fuente predeterminada
  • Disminuir fuente
Home Escala Crítica CAMBIO O CONTINUIDAD, EJES DE UN INICIO DE CAMPAÑA

CAMBIO O CONTINUIDAD, EJES DE UN INICIO DE CAMPAÑA

E-mail Imprimir PDF

Escala Crítica/Columna diaria
*Arranca la competencia Alí, Núñez, Priego, en Tabasco
*PRI, PAN y PRD han sido oposición y gobierno, por niveles
*Definiciones: ofertas electorales y necesidades de la población

Víctor M. Sámano Labastida

HACE poco más de un mes iniciaron campaña los candidatos a la Presidencia de la República, junto a los aspirantes al Senado y a las diputaciones federales; la madrugada de este lunes arrancaron oficialmente la búsqueda del voto los candidatos al gobierno de Tabasco, a las presidencias municipales y a las diputaciones locales. A partir de ahora, habrá una carrera en paralelo: el proselitismo federal, el estatal y el local.

La concurrencia de las votaciones el uno de julio obliga a observar cómo evolucionan estos dos procesos, el federal y el estatal. También, si queremos ubicarlos en sus niveles, el local –para las alcaldías- y el distrital, para las diputaciones. Se supone que los aspirantes a ediles tendrán una relación más cercana con su comunidad, tendrán 45 días para recorrer su demarcación; los postulantes a la gubernatura harán una campaña basada en medios y agrupaciones.
Al final los partidos tendrán la suma de lo que hayan hecho bien o mal los candidatos a todas las posiciones a concurso.

LAS DEFINICIONES

¿QUÉ SE DISPUTA en estas elecciones? Dicen los politólogos que en todas las votaciones pueden surgir infinidad de temas, propuestas, planteamientos, pero que para los electores se sintetiza en sólo dos caminos, dos opciones: el cambio o la continuidad. Unos votan para que las cosas sigan igual, porque para ellos todo está bien e irá mejor, y otros votan para que la situación cambie, porque están en desacuerdo con la situación en la que viven.
Por lo menos desde el año 2000 el discurso del cambio se lo pelean no solamente los opositores, sino también quienes están en el gobierno en cualquiera de sus niveles.
Diversos estudios han mostrado que la gran virtud del PRI hasta antes de la ruptura en 1988–que para otros fue su mayor vicio, y que remontan la ruptura a 1968- fue lograr vender la esperanza del cambio cada tres o seis años bajo una curiosa fórmula: el cambio con la continuidad, una transformación con estabilidad. Incluso se llegó a popularizar una falsa conseja popular: “más vale malo por conocido que bueno (o pésimo) por conocer”. Una manera de cerrar el círculo de la conformidad.
Hasta que ese discurso se agotó y chocó con la realidad, con una oposición más competitiva y una fragmentación de las viejas bases del antiguo partido. Lo interesante, y que debe ser motivo de otra reflexión, es cómo el propio sistema establecido desde 1929 fue creando por un lado instituciones con un innegable contenido social y por otro una franja de rezago que estalló en los años 60s del siglo pasado.

CADA QUIEN SU CAMBIO

LA LÓGICA y la historia nos indican que la oposición tiene difícil el camino para definir su mensaje y hacerlo llegar a la población cuando quien gobierna goza de una amplia aceptación y apoyo de la mayoría de los electores. Más aún si existe una clara identidad entre el partido hegemónico y el gobernante.
De la misma forma que el partido gobernante y su candidato tendrían una tarea compleja si sucediera todo lo contrario: esto es que el gobierno en turno careciera del apoyo de la población, o que este respaldo fuera escatimado por razones diversas. Una circunstancia así favorecería a la oposición y obligaría al candidato “del sistema” a deslindarse de la administración en turno.
Algo parecido ocurre, por ejemplo, con Josefina Vázquez Mota, del PAN, quien debe presentarse como la candidata de la continuidad del gobierno de Felipe Calderón pero a la vez cultivar una oferta del cambio. De ahí el lema de “soy diferente”, pero que requiere de una campaña y una estructura mucho más eficaz.
Por su parte, tanto Enrique Peña Nieto (PRI) como Andrés Manuel López Obrador (PRD-Morena), prometen el cambio: el primero un “cambio responsable”, AMLO un “cambio verdadero”.
Podemos observar que tanto el PRI como el PAN ya han tenido responsabilidad en el gobierno de la República y los resultados pueden ser juzgados a ese nivel, lo mismo que en las gubernaturas y municipios. El PRD, por su parte, puede ser juzgado por su desempeño en los gobiernos estatales, entre ellos la Jefatura del Distrito Federal, y en las alcaldías.
Escribieron José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad Hasbun (El Arte de la Guerra Electoral, Grijalbo): jugar desde la posición del cambio ante un  partido cuyo gobierno goza de aprobación mayoritaria, “es difícil y requiere, más que otras cosa, de un manejo claro de los matices de comunicativos”. La oposición, en este caso, no podría plantear una “continuidad”, porque sería ir contra su propia naturaleza, pero sí una transformación en aquello que quienes están en el gobierno no han podido resolver.
Pero si –dicen Ibinarriaga y Trad- resulta evidente la necesidad de un cambio lo que tiene que hacer la oposición es “mantener la credibilidad a través de la credibilidad y la congruencia”. Tanto para el partido que está en el gobierno como para el que lo busca obtener, los autores citados participantes en varias campañas advierten:
No basta tener más recursos para ganar una elección, porque “las campañas políticas son un todo orgánico en el que los factores económicos, de ejército de tierra y la estructura partidista no son  más importantes que definir de qué se trata una elección, qué es lo que los electores van a decidir”. El cambio o la continuidad.
Ahora que se han iniciado formalmente las campañas locales, bien valdría tener en cuenta lo señalado por Ibinirriaga y Trad: sostener la seguridad de un triunfo en el dinero, la organización y el apuntalamiento territorial puede ser contraproducente. La superioridad numérica y la superioridad en recursos “vuelve incautos y prepotentes” a los candidatos, a los dirigentes partidistas y a los equipos de campaña.
Simple: una elección no se gana sino hasta que se terminan de contar los votos. Pero también se tiene que ganar todos los días previos a la jornada electoral.

AL MARGEN
¿CÓMO resolverán Jesús Alí de la Torre (PRI, PVEM, Panal), Arturo Núñez Jiménez (PRD, PT, MC) y Gerardo Priego Tapia (PAN) el reto de la elección local? Para ellos, ¿de qué se trata la elección?, ¿del cambio o la continuidad? Hoy conocernos sus primeras definiciones oficiales. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 

Última actualización el Lunes, 14 de Mayo de 2012 10:03  

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar