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* Desunión polarizada: escenario con futuro conflictivo

* ¿De dónde viene la desunión? Tensa historia nacional  

* Proyectos de país, factores clave: pobreza y desigualdad

        

Víctor M. Sámano Labastida

 

VISTO EL INICIO de las campañas presidenciales, con discursos que muestran visiones opuestas sobre un mismo país, con desunión visible por objetivos distintos sobre república, leyes y democracia, la radiografía política de la nación es preocupante: discordia evidente, mientras la unidad de propósitos comunitarios es anhelo lejano. 

Dada la polarización, hay que retornar a una pregunta: ¿cómo se ha llegado a este punto? Es momento de plantear otra vez un pendiente cultural, periodístico y ciudadano que atañe al rumbo de país. La actualidad política apunta a campañas electorales con reglas frágiles, inseguridad galopante, candidatos desatados y comentaristas sesgados. De un país en tensión no cabe esperar otra cosa. Desde luego, sería mejor que la realidad social desmintiera este diagnóstico, aunque ya las no tan benditas redes sociales virtuales reflejan la fragmentación cultural, con descalificación del adversario y encono profundo. 

En el vértigo por lo inmediato se pierden temas fundamentales sobre el proyecto de país en el impredecible siglo XXI. La desunión polarizada, válgase la expresión, puede pasar factura en el terreno económico. Por ello, no rasuremos la memoria con inmediatismo y pereza analítica. Hay que reflexionar desde varios ángulos, para encontrar explicaciones/soluciones hacia adelante. La república y los ciudadanos, inmersos en la carrera hacia las urnas de junio, lo necesitan.     

SIN RESPUESTA ÚNICA

No existe una sola respuesta a la pregunta sobre cómo se llegó a este punto de polarización. No es obra de un solo hombre, como quieren hacernos creer. Recordemos lo que expresaba Ricardo Flores Magón (1873-1922), no son los rebeldes los culpables de la pobreza y la desigualdad –y la ira social-, sino la pobreza y la desigualdad lo que provoca la rebeldía.

Con perspectiva histórica, veamos que México nace de dos paradojas según Carlos Fuentes: “la Conquista la realizan los indígenas y la Independencia corre a cargo de españoles y criollos”. Una tesis que habrá que explicar ampliamente, pero por el momento nos sirve para asomarnos a uno de los factores de la separación nacional. 

Puede situarse un punto clave de desunión desde 1848, cuando México perdió la mitad de su territorio ante Estados Unidos por pugnas entre las élites, lo que desembocó en la guerra de Reforma y la configuración de proyectos modernizadores hacia afuera (conservadores, porfiriato, alemanismo, salinismo) y hacia adentro (liberales, Revolución, cardenismo, 4T). Morena y la 4T tienen la oportunidad histórica de consolidar un proyecto modernizador en los dos frentes. Ya tocaremos el tema en otra entrega.

¿Causas estructurales de la polarización actual? Desmantelamiento del Estado posrevolucionario, por la generación neoliberal de tecnócratas que comenzó en 1982 con Miguel de la Madrid. ¿Causas coyunturales? El hartazgo ciudadano por   problemas de inseguridad (único tema electoral que machaca hasta ahora el Frente Fuerza y Corazón en su arranque de campaña), y reacomodos subterráneos entre el narco y la política: Genaro García Luna, secretario de Seguridad en el sexenio de Felipe Calderón, sentenciado en Estados Unidos por narcotráfico y delincuencia organizada. 

¿Causas sociales? Las condiciones de pobreza en numerosas regiones de México, 35 millones de personas en cálculos moderados, lo que dificulta la construcción de un piso igualitario. Se avanzó en este sexenio, aunque los rezagos son ancestrales. La lucha contra la pobreza extrema y la desigualdad debe representar un punto común entre proyectos de nación diferentes.

Con pobreza y desigualdad siempre habrá un caldo de cultivo para la violencia criminal, siendo las condiciones sociales otra forma de violencia.

        

EN EL CORAZÓN DE LA COYUNTURA  

Hoy, la clase política nacional se encuentra en lucha intensa por el poder federal.  También están en la batalla intereses económicos y reclamos sociales. No se tienden puentes (y algunos dinamitan os pocos que hay), mientras se busca el asiento único del Poder Ejecutivo. Quizás es racional, si de ‘real politik’ y toma de decisiones se trata. Pero en zona de conflicto, los consensos mínimos necesarios son vitales. De ahí que sea peligroso descalificar las urnas de antemano, como ya lo insinúan políticos opositores y comentaristas afines. Aunque lamentablemente también sucede desde el oficialismo.

La ausencia de respuesta única a ‘cómo se llegó a esto’, no debe invalidar la pregunta ni las respuestas posibles. Hay que seguir examinando desde diversos ángulos la problemática sociopolítica, las condiciones sociales, políticas y económicas del país. El aforismo del español Santayana es útil: “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”.  También podríamos acuñar otro: “los pueblos que repiten su historia están condenados al pasado”. 

Un tema con muchas aristas.    

 

AL MARGEN

FUE FUNDADO el Partido Nacional Revolucionario, antecedente del PRI, en 1929, como un mecanismo del “Jefe Máximo” Plutarco Elías Calles para seguir mandando sin estar en la Presidencia. Ayer conmemoró, que no celebró, sus 95 años. Ahora debe pelear por el poder aliado al PAN, organización que surgió para combatir al que fue “partido casi único”. Se prepara la historia del 2025, con un reacomodo de grupos. 

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