Escala Crítica/Columna diaria
*Zambrano y Madero quieren aliarse como en 2010, complicado
*Desventaja solaztequista en siete estados, fuerza en sólo cuatro
*Comienza carrera por candidatura presidencial en “izquierdas”
Víctor M. Sámano Labastida
LAS ALIANZAS, coaliciones, frentes en este país han sido diversas, formales e informales. PRI, PAN y PRD, Los tres grandes partidos opuestos electoralmente y a veces en apariencia irreconciliables, caminaron y caminarán juntos; se confrontarán y volverán a encontrarse. No recuerdo una coalición electoral entre PRI y PAN, pero sí numerosos pactos de votación legislativa conjunta o acciones políticas coincidentes. Aunque las alianzas electorales de entre PRD y PAN parecen novedosas, tienen una larga historia.
Ahora que Andrés Manuel López Obrador dejó el PRD y está formando su propio partido, las coaliciones legislativas y electorales entre los solaztequistas y panistas pueden realizarse más fácilmente. Esta semana veremos en qué termina la primera alianza con el PAN del PRD post lopezobradorista. Estos dos partidos se proponen ir juntos en dos aspectos de la Reforma Laboral que rechaza el PRI: la democracia y transparencia sindicales.
Si persisten en querer cambiar lo ya aprobado entre los diputados, es posible que la ley se vaya a la congeladora. A los gremios corporativos (SNTE, STPRM, mineros, burócratas, etcétera) no les conviene que cambien las reglas que permiten un control de los grandes sindicatos.
ACCIDENTADO NOVIAZGO
EL PACTO legislativo entre el PRD que encabeza Jesús Zambrano y el PAN de Gustavo Madero es una primera prueba para otra alianza a mediano plazo: el año próximo habrá votaciones en 14 estados, aunque sólo se elegirá a un gobernador (Baja California), la dirigencia perredista está preocupada porque en seis de las entidades su votación no rebasa el 5 por ciento (Tamaulipas, Coahuila, Durango, Aguascalientes y Baja California). Ahí los solaztequistas podrían estar peleando por su registro estatal.
Aunque actualmente el PRD asegura tener más del cinco por ciento en otras cinco entidades donde los ciudadanos irán a las urnas (Hidalgo, Tlaxcala, Zacatecas, Quintana Roo y Veracruz), no rebasa el 25 por ciento, pero además existe una alarmante caída en la preferencia electoral.
En esas entidades se verá el efecto de la salida de López Obrador y el inicio de la construcción de su nuevo partido. Los dirigentes solaztequistas dirán públicamente que será hasta el 2014 cuando AMLO tenga formalmente su partido, pero el éxodo ya comenzó.
ALIADOS ADVERSARIOS
EL AÑO PRÓXIMO estarán en disputa mil 347 alcaldías, 280 diputaciones locales de mayoría relativa y 171 plurinominales, en 14 estados. Aunque el PAN ganó las elecciones de gobernador en Baja California (2007) con casi siete puntos de ventaja frente al PRI, las circunstancias no son muy favorables para el blanquiazul en el resto de las plazas que se pelearán en las urnas. Además, aunque Baja California es una plaza simbólica para Acción Nacional, tendrá la desventaja de no contar con la Presidencia.
En trece de los estados la competencia será entre PRI y PAN, sólo en Oaxaca la lucha ha sido entre la izquierda y el tricolor. Será interesante observar el comportamiento de los votantes oaxaqueños; aunque irán a las urnas para elegir a la totalidad de los diputados locales y sólo autoridades de 152 ayuntamientos, se podrá tener un primer indicio de la distribución de los sufragios de “la izquierda”. Históricamente el PRD tenía las simpatías de esa franja, pero la aparición de Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano) con Gabino Cué a la cabeza modificó las tendencias. Se estima que los sufragios de la izquierda en esa entidad son lopezobradoristas.
Una revisión de las elecciones estatales generales en las 32 entidades realizadas del 2000 al 2012 –cuando se votó por gobernador- nos revela que el PAN tiene capacidad competitiva en nueve plazas (Aguascalientes, Baja California Norte, Coahuila, Durango, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz), aunque en algunas demarcaciones el PRI conserva su predominio. Por el contrario, los panistas tienen escasa presencia en Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Zacatecas.
Seguramente los estrategas del PAN y PRD observarán que en cuatro de los estados donde habrá votación para diputados y alcaldes, una alianza “contra natura” (según la han calificado los priístas) les permitió ganar las gubernaturas de Sinaloa, Puebla y Oaxaca, y poner en aprietos al PRI en Hidalgo.
Pero también parece evidente que en este tipo de alianzas uno de los socios termina perdiendo en los hechos. Esto es, que ganan las elecciones pero se les esfuma el partido. Las nuevas leyes electorales hacen también que los votos para los partidos no se repartan mediante un acuerdo previo de coalición, sino que la suma total cuenta para los candidatos pero a cada emblema se le asigna el porcentaje correspondiente obtenido para efectos del registro y de las prerrogativas.
Así como el PRD carece de prerrogativas estatales en cuatro estados por no
llegar al mínimo del dos por ciento y corre el riesgo de perder esos recursos en otros tres de los que habrá elecciones, así Acción Nacional buscará obtener los escasos puntos que le permitirán superar al PRI. Aunque casi siempre que los panistas han logrado mejorar su porcentaje ha sido a expensas del solaztequismo. Sucedió en Tlaxcala y Zacatecas, por ejemplo.
SOÑAR CON LOS PINOS
ESCRIBIÓ Federico Arreola (sdpnoticias 09/IX/2012) que en la anticipada negociación de las alianzas entre Los Chuchos y la dirigencia del PAN no deben ignorarse los interese de los aspirantes a la candidatura presidencial del 2018 o que tendrán una influencia decisiva en la determinación del candidato. Como aspirantes cita a Gabino Cué (Oaxaca), Marcelo Ebrard (DF) y Miguel Mancera (DF), los tres proclives a acuerdos con el panismo. A estos agregaría el columnista a Graco Ramírez (Morelos), quien ha expresado interés por la candidatura.
Otros personajes influyentes y propensos a una alianza de este tipo son Ángel Aguirre (Guerrero, producto de un pacto Ortega-Madero); Manuel Camacho, por supuesto Jesús Ortega y Jesús Zambrano, Mario Delgado y Fernando Belaunzarán.
Sin embargo tendrán que pasar la aduana de Cuauhtémoc Cárdenas, quien públicamente defiende un bloque de izquierda sin “la derecha panista”.
Arreola asegura que en las intermedias del 2015 estos partidos harán un “frente electoral anti PRI”
AL MARGEN
Pero, ¿y el registro del PT y Movimiento Ciudadano? Ese estará en juego en los comicios intermedios del 2015. (
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
)
