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Home Escala Crítica PRESENTE 1959-2013: PRENSA Y LECTORES, LOS DESAFÍOS

PRESENTE 1959-2013: PRENSA Y LECTORES, LOS DESAFÍOS

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Escala Crítica/Columna diaria
*Un periódico y sus 54 años, reconocimiento a los lectores
*No son una especie en extinción, impiden la extinción
*Los textos impresos para democratizar el saber y el poder

Víctor M. Sámano Labastida

Leo en unas efemérides: “1959 fue un año normal, comenzando en jueves”. Para un grupo de tabasqueños no fue tan simple y había comenzado unas semanas antes, no precisamente en jueves, desde que concibieron la idea de elaborar un periódico. Pero tampoco para el mundo había sido tan ordinario: al inicio del último año de una década convulsa los barbudos de Fidel Castro asumieron el poder en La Habana y se declaró el triunfo de la Revolución Cubana. Al segundo día de ese enero, la nave Luna Uno de la URSS se convirtió en la primera en lograr la velocidad de escape de la Tierra. Comenzó a escribirse la historia de aquel viaje imaginado por Julio Verne en 1865.
 

El 12 de febrero de 1959, Jorge F. Calles Broca y un grupo periodistas iniciaron la publicación de Presente, Diario del Sureste. Entonces un matutino en formato clásico, de sólo ochos páginas en blanco y negro, a ocho columnas. La información se recibía por telégrafo, en clave morse. Pasaron algunas semanas para que se realizaran las primeras llamadas telefónicas.
En sus apuntes escribió Don Francisco J. Santamaría: “12 de febrero de 1959. Empieza a publicarse en Tabasco el periódico PRESENTE, por la Editora Tabasqueña -fundada durante mi gobierno (1947)”. Este intelectual, abogado, bibliógrafo, lexicólogo, fue gobernador de Tabasco de 1947 a 1952. En el arranque de su administración, Don Francisco Sumohano se aventuró en el negocio editorial.
Jorge Calles, por su parte, fue gerente del diario El Bravo (Matamoros, Tamaulipas) de 1949 a 1951. Esa experiencia lo llevó a asociarse a finales de los años cincuentas con Sumohano y conjuntar a personajes como Manuel Ascanio, Carlos Marín Cansigno, Pedro L. Hernández Sánchez, Orbelín Medina Pardo, Ramiro Zurita Rueda, Adolfo Palavicini Pola, Mario N. Madera C., Ernesto Ocampo Ramírez, Carlos Ovidio Cruz Sánchez, Barallobre A. Gamas González, Lucrecia Leduc, Agustín Mendoza Pérez, Manuel Campos y Ferdusi Bastar Mérito. Sólo sobrevive éste último.
Apenas cinco semanas antes asumió el poder en Tabasco el polémico Carlos A. Madrazo Becerra. El estado tenía apenas 400 mil habitantes, la mayoría dispersa en los poblados y haciendas campesinas. La economía era básicamente agropecuaria. En los años que siguieron se viviría la irrupción de las actividades basadas en la extracción del petróleo.
Alguna vez le pregunté a Jorge Calles si el nombre de Presente tenía alguna relación con la revista que entre 1951 y 1952 dirigió Jorge Piñó Sandoval en la Ciudad de México, caracterizado por combatir la corrupción  del gobierno de Miguel Alemán. El director fundador de Presente me comentó que el nombre se lo sugirió un periodista veracruzano sumado al proyecto.

UNA HISTORIA CONTINUA

EN MÉXICO había registro de periódicos con gran tradición. No sólo en la capital del país, donde se imprimieron las primeras hojas volantes; también en el interior de la República. En 1898 se comenzó a publicar El Dictamen, en Veracruz; en 1917, El Informador de Guadalajara; en 1919, El Porvenir, de Monterrey, entre otros. De los matutinos de provincia que aún sobreviven en el sur-sureste del país podemos citar El Diario de Yucatán, fundado en 1925 y El Diario de Xalapa (Veracruz), de 1943, mismo año en el que se abre en Villahermosa, Tabasco, Rumbo Nuevo. Aunque como se observa, este último diario surge 16 años antes que Presente, el impreso fundado por Calles Broca se caracteriza por ser el más antiguo de circulación ininterrumpida. Diversas circunstancias obligaron a suspender temporalmente Rumbo Nuevo, mientras Presente se siguió publicando.  
Mucho ha cambiado desde entonces. Villahermosa se convirtió en una de las ciudades con mayor número de matutinos, a los que se suman otros vespertinos e infinidad de revistas. Existe, por supuesto, la competencia o complemento de radio, televisión e internet. Ojalá pudiésemos presumir que aumentó el porcentaje de lectores y que la sociedad está mejor informada. Más, no quiere decir mejor.

SER MÁS HUMANOS

NADA son los periódicos impresos sin sus lectores. Publicar no es sinónimo de ser leídos. Uno de los retos y compromisos que debemos asumir quienes escribimos es promover la lectura. Y la comprensión de la lectura, porque implica también la comprensión del otro, del prójimo.
Escribió con ironía Philip Roth, estadounidense: “Cada año mueren setenta lectores y solo dos de ellos son reemplazados. Por todas partes hay indicios de que la era literaria (y de lectura) ha tocado a su fin. (…) Tenemos un tiempo y un espacio limitados, y solo existen ciertos hábitos mentales que pueden determinar cómo aprovecha la gente el tiempo del que dispone”.
La lectura es un hábito que requiere esfuerzo. Fue determinante en la construcción de lo que llamamos civilización; es fundamental para la conservación y expansión de la democracia. La imprenta y con ésta los periódicos permitieron la socialización del saber y del poder. Las nuevas tendencias apuntan a vaciar de contenido la lectura y a controlar lo que se difunde.
Cuando vemos a un lector concentrado en la lectura no tenemos más que agradecer que haya quienes sigan obstinados en una característica que nos hace humanos.
Un estudio difundido a principios de 2010 reveló que en América Latina quienes más leen periódicos son los peruanos. Se ubicaron en 71% de lectoría frente al 36% en Chile y el 15% en México. ¿Tenemos que decir que en República Mexicana uno de los más bajos índices de lectura y comprensión de lectura se registra en Tabasco? Una tendencia que tenemos que revertir.
Hay quienes aprendieron a leer en los periódicos, aunque otros se esfuercen para que éstos sean instrumentos para desaprender.
En América Latina se lee más por necesidad que por placer, contrariamente a lo que sucede en España o en otros países europeos.

AL MARGEN

Podríamos decir que los lectores no son una especie en extinción sino son quienes impiden la extinción de la especie. Por estas y muchas razones aprovecharé la celebración del aniversario 34 de Presente para también celebrar modestamente a los lectores. Y agradecer a quienes siguen esta columna.
Parafraseando a Jorge Luis Borges: que otros presuman de lo que han escrito, yo estoy orgulloso de los lectores. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

Última actualización el Lunes, 11 de Febrero de 2013 18:36  

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