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Home Escala Crítica EL VIRUS DEL ÈBOLA: CADENA DE ERRORES Y PASMO MUNDIAL

EL VIRUS DEL ÈBOLA: CADENA DE ERRORES Y PASMO MUNDIAL

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 Escala Crítica/Columna diaria

Por Víctor M. Sámano Labastida
* Cifras OMS: 4493 muertos, 8997 contagiados en 11 meses
* Características del ébola; el reconocimiento de un descuido
* Cultura y caldo de cultivo; las cifras, por debajo de la realidad
Sobre el virus del ébola en el mundo se escuchan ya versiones mediáticas que alimentan una estética del rumor. De esa bola de nieve especulativa no parece posible separar con claridad la información útil del amarillismo aterrador. Pruebe el lector: platique del ébola con sus vecinos, compañeros de trabajo, familiares y amigos, y trate de determinar información confirmada por una, dos o tres fuentes. Verá cómo el rumor le gana la partida a los datos duros.
Sin embargo, la información útil existe. Y aquí el Internet le gana la partida a TV, radio y medios impresos. Para documentar esta Escala Crítica, se ha revisado el informe más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en su página Web (octubre 12), lo mismo que testimonios de Tom Frieden, director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, y de Richard Brenan, director del departamento de Manejo de Riesgo de Emergencias y Respuesta Humanitaria de la OMS.
DATOS DUROS Y LENTITUD DE LA RESPUESTA           
4493 muertos son los que ya dejó la epidemia del ébola, según el último informe OMS. Si tomamos en cuenta que los primeros casos documentados en África datan de noviembre de 2013 en Guinea, han sido 11 meses lentos para responder a la proliferación del virus, porque la declaración de emergencia sanitaria mundial se hizo apenas el 8 de agosto, hace escasos 3 meses, cuando ya desde abril se reconocía la epidemia a las claras en  África. De ahí los 8997 casos de ébola confirmados por la OMS en siete países, aunque la mayoría se registraron en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Pero note el lector: en septiembre había 1800 casos detectados, así que esto ha crecido al ritmo de 650% en un solo mes. Por ello declara Richard Brenan: “En retrospectiva, podríamos haber respondido antes. Algunas de las críticas son justificadas”. Aunque matiza: “También creo que tenemos que poner las cosas en perspectiva. Este brote tiene una dinámica distinta a todos los anteriores, y creo que nos tomó a todos desprevenidos”. Volveremos al punto de la ‘dinámica distinta’ a partir de un factor cultural. Mientras tanto, mil millones de dólares exige la OMS a la comunidad internacional para contener la epidemia del ébola en los países más afectados de África Occidental, región pobre sin médicos y enfermeras con equipo adecuado. Un ejemplo del reto: para enterrar sin riesgo de contagio a personas que presumiblemente murieron por ébola, se necesitan trajes especiales confeccionados en Canadá y Japón que cuestan 30 mil dólares.     
ORIGEN Y CULTURA FUNERARIA
No es fácil detectar a alguien contagiado por el ébola. Véase la siguiente descripción de Tom Frieden: “el período de incubación, después del contagio y antes de que se manifiesten los síntomas, suele durar alrededor de una semana, aunque puede llegar a durar hasta 20 días. Los infectados pueden viajar grandes distancias antes de pasar a ser contagiosos. Los síntomas iniciales son similares a los de la malaria o la gripe, lo que dificulta y confunde un diagnóstico preciso”. Por ello el virus ha brincado cercos sanitarios y las alertas en aeropuertos están a la orden del día, como sucede en España y Estados Unidos, que han registrado ya sus primeros casos de ébola  en personas que viajaron a África o trataron con personas que ‘traían’ silenciosamente el virus.
A la pregunta de qué es el ébola, Richard Brenan contesta: “El ébola no es ni remotamente tan contagioso como, por ejemplo, el sarampión o la gripe. Sólo se transmite a través de los fluidos corporales y después de que se manifiestan la fiebre y otros síntomas. (…) Un virus no es algo que esté realmente vivo, en el sentido formal de la palabra, ya que no puede vivir fuera del organismo huésped. El ébola es un Filoviridae y tiene la forma de un fideo. La capa de protección proteica envuelve una cadena de ARN, el primo simple del ADN. Podría decirse que un virus es pura información con instrucciones para replicarse”. En este sentido cabe preguntarse: ¿entonces por qué los casos se han multiplicado en el último mes? Al parecer, la respuesta no es médica, sino cultural. 
Tom Frieden explica magistralmente el factor cultural que rodea al ébola: “Algunos habitantes de África Occidental creen que el día en que uno muere es uno de los más importantes de nuestras vidas. El adiós definitivo suele ser un ritual cariñoso en el que el cuerpo es lavado y vestido, y en algunas aldeas es paseado por toda la comunidad, oportunidad en la que los familiares y amigos comparten su bebida favorita colocando la copa sobre los labios del difunto antes de llevársela ellos mismos a la boca”. En esas ceremonias entrañables pero mortales, desde luego para los vivos, se encuentra una explicación dolorosa para la proliferación del ébola. Se intenta aquí una deducción: cuando los casos terminan en muerte pero no se determina con claridad si fue por ébola, entonces la ceremonia cariñosa de despedida al difunto hace las veces de caldo de cultivo de más casos. De ahí que los casos proliferen a partir de muertes por ébola no identificadas correctamente. Por ello, aunque sea un shock para la cultura africana, es de vital importancia sanitaria enterrar los cuerpos sin pasar por el ‘cariño’ expresado mediante el contacto físico. Es difícil decirlo desde afuera, pero lo ha dicho ya desde adentro la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, quien peló la piña a sus ciudadanos: "Hemos sido incapaces de controlar el contagio, debido a la negación contumaz, a las prácticas funerarias de esta cultura, a la indiferencia frente a las advertencias de los trabajadores de la salud, y al irrespeto de los consejos del gobierno". No es fácil desaparecer un ritual tan arraigado, pero algo tendrá que hacerse, porque mientras tanto un muerto llama a más muertos.
Finalmente, una perla para documentar el rumor: expertos médicos de la OMS consideran que las cifras oficiales de cualquier pandemia resultan dos veces y medio más bajas que la realidad. Curioso dilema de desinformación oficial, porque precisamente las cifras oficiales son de la OMS, cuestionadas a su vez por los propios expertos de la OMS. Así, de la propia información oficial surgen los rumores. Sí: Kafka escribe sobre el ébola. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )                    
 
 

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