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Home Escala Crítica CONTRADICCIONES Y OCULTAMIENTOS EN UN PAÍS DE SOMBRAS CÓMPLICES

CONTRADICCIONES Y OCULTAMIENTOS EN UN PAÍS DE SOMBRAS CÓMPLICES

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 Escala Crítica/Columna diaria

* Realidad nacional, más que un accidente sin responsables 
* México actual, en frases de Stendhal, un espíritu libre 
* Un repaso sabatino para explicar el país: literatura y poder
Víctor M. Sámano Labastida
DEMASIADAS sombras en el país. Para algunos también falta claridad en el estado. Los sucesos de Guerrero, con sus implicaciones humanitarias y políticas, nos muestran que la realidad puede ser peor que los temores. Un amplio sector de la sociedad está levantada en demanda del rescate de los normalistas secuestrados y de la justicia para sus familiares. Tan sólo en aquella entidad sureña siguen apareciendo fosas clandestinas. Más de una docena de corporaciones policiacas municipales están intervenidas por el gobierno federal. 
La realidad es imprevisible. No responde a una lógica que puede explicarla punto por punto. Ahora piense el lector la realidad política tal cual: por ‘necesidad’, terreno de contradicciones y sumas de ocultamientos. Por tanto, es imposible pronosticar sin riesgo de error sobre estrategias y acciones políticas. Abuso de su paciencia para tratar de mirar nuestra realidad bajo la clarividencia de un literato genial.
Resulta prodigiosa la intemporalidad del novelista francés llamado Henry Beyle, mejor conocido como Stendhal, que 171 años después de su muerte sigue siendo útil para comprender realidades de la política. Incluso, o con más razón, la mexicana. 
 
APOSTAR A LA POSTERIDAD
Stendhal, novelista francés del siglo XIX, dijo que “la política en la literatura es un disparo en medio de un concierto”. Con ello, Stendhal trataba de otorgar al arte literario dignidad e independencia, frente a cualquier criterio político que quisiera disfrazarse de criterio estético. No fue casualidad la reticencia de Stendhal frente a la política: el crítico Charles Agustín Sainte-Beuve instauró en Francia una política literaria de terror y conveniencias. 
Los literatos que con ánimo obsequioso frecuentaban a Sainte-Beuve, aspiraban a ser de la camarilla. Stendhal no era de esa pasta: fue un espíritu libre y uno de los grandes creadores de la literatura universal. Por supuesto, no fue reconocido en su tiempo, excepto por su par novelístico, el inmenso Honore de Balzac.    
¿Quién se acuerda de Sainte-Beuve? A aquellos que hurgan en la biografía de Stendhal y Balzac. El crítico temible es hoy apenas una cita a pie de página en la vida de los verdaderos artistas que él arrinconó. Stendhal apostó a la posteridad: “Mi aspiración, mi secreto billete de lotería, es ser leído 100 años después de mi muerte”. Ganó: 171 años han transcurrido desde la muerte de Stendhal, y la actualidad de sus novelas resulta asombrosa. 
A continuación sabrá el lector por qué. 
CORTO Y LARGO PLAZO
Por principio de cuentas, si “la política en la literatura es un disparo en medio de un concierto”, habrá que decir –en abono a las habilidades narrativas de todo gran creador- que al revés no sucede lo mismo: la literatura sí arroja luz sobre la política. Este razonamiento intenta justificar el siguiente experimento periodístico: con frases de la novela Rojo y Negro (escrita por Stendhal en 1829) se pasa revista a la candente actualidad mexicana. Los días que corren son –para no variar- tremendamente complejos. Para entender un poco más la actualidad nacional nos ayudará prestar oídos a un novelista francés del siglo XIX que parece conocer muy bien cualquier época.
 * “No se puede engañar dos veces a una nación con los mismos métodos”. Aquí, para empezar con una provocación, la realidad mexicana desmiente a Stendhal. Por ejemplo, la reforma fiscal aprobada se trabajó con los argumentos de siempre: ‘Se ha hecho todo lo posible para no dañar a nadie; se protegió a los pobres; se trató de enfrentar la situación con patriotismo; tuvimos que optar por lo real, olvidando el ideal’. Y así por el estilo. Pero cuando se esgrimen tantos pretextos argumentativos (como en otras ocasiones), algo está podrido en Dinamarca. El grueso de legisladores, luego de la reforma fiscal, pide el mediano y largo plazo para medir la recuperación económica. ¿Y el corto plazo, que aparecía ruidoso en spots oficiales?     
* “No ha comprendido usted su siglo: haga usted siempre lo contrario que se espera de usted”. Esto se amolda muy bien a lo hecho hasta ahora por el Presidente Peña Nieto; prometió resultados inmediatos con su ánimo reformista, ahora pide paciencia. En cuestiones presupuestales, de seguridad, de empleo, de concordia nacional, de Gobierno/Partido, de salud, las cosas no corren conforme a lo planteado por EPN. De entrada, falta una cualidad: la coherencia, esa capacidad de sincronizar el ser y el parecer de una persona u organización.
* “Cuanto más falso sea lo que digo, más debo gustarle”. Eso piensan, quizás,  muchos políticos mexicanos con respecto a la ciudadanía. Pero hay que precisar: se trata de políticos con alto sentido de cinismo y un oportunismo a prueba de valores. ¿Es triste? No: es trágico. O tragicómico. Dan ganas de decir: “Cada pueblo tiene los políticos que se merece”. Pero meditemos un poco: ¿Nos merecemos lo ocurrido en la llamada transición democrática (de 2000 para acá)? Otros dirían: esto no es de merecer, pues se trata de duras realidades enraizadas en la idiosincrasia mexicana.  
OLAS EN LA SALA
* “Continuamente pidiendo consejos a todo el mundo, le faltaba valor para seguir ninguno de ellos hasta el final”. Esto se acerca mucho al gabinete de seguridad que incluye Gobernación y la PGR. Han hecho incluso populismo a últimas fechas, con diálogos en templetes y conferencias de prensa minuciosas y tecnicistas, pero no parecen seguir alguna estrategia hasta el final. Esto puede mermar la confianza en el equipo de seguridad del gobierno federal.
* “Hay días en que puedo entender cada una de las palabras que emplea, pero no comprendo la frase completa”. Esto se aplica a la mayoría de los políticos mexicanos cuando abordan temas verdaderamente delicados. Sobran ejemplos, faltan contraejemplos. Sólo hay que recalcar lo siguiente: si los políticos no cuidan sus palabras, es que quizás tampoco cuidan mucho los hechos. 
* “Lo que caracteriza a las grandes pasiones: lo enorme de los obstáculos que hay que vencer y la negra incertidumbre sobre lo que acontecerá”. Ponga usted aquí –lamentablemente- cualquier asunto de la agenda. Se amoldará a la frase de Stendhal, quien –como novelista genial- es nuestro contemporáneo y enseña que la literatura es útil en cualquier campo, incluyendo la política.  
AL MARGEN
EL PERIODISTA Jesús Antonio Gamboa Urías, director de Nueva Prensa, de Los Mochis, Sinaloa, fue asesinado. Lo confundieron, dice la policía. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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