Escala Crítica/Columna diaria
*La mitad de las 2 mil corporaciones tienen menos de 20 agentes
*Hay salarios que van de los 15 mil a los 3 mil, y algunos nada
*Acreditar a la autoridad, para empoderar a sus representantes
Víctor M. Sámano Labastida
LOS POLICÍAS municipales se convirtieron en el blanco preferido de las críticas. Son el eslabón más débil de la autoridad, al igual que los presidentes municipales de los pueblos marginados. No se puede colocar a todos el mismo rasero. Hay comunidades en las que existen verdaderos servidores públicos, inclusive sin salario. Lugares donde el policía municipal o el alcalde es el campesino que tiene que dejar encargada la parcela para cumplir su obligación ciudadana.
¿En dónde radica el quiebre de la autoridad? Hay quienes señalan –y me parece cierto- que el vínculo se rompe cuando el de más abajo tiene que representar o defender intereses particulares del de arriba, cuando deja de existir el compromiso comunitario. Cuando el poder deja de ser autoridad.
CONCENTRAR, ¿LA SOLUCIÓN?
ENTRE LAS MEDIDAS anunciadas por el gobierno federal está la sustitución de la actual policía municipal por una sola corporación estatal.
En México hay más de dos mil “corporaciones” policiacas municipales. Unos 400 mil agentes, según reportes oficiales. En algunos ayuntamientos prácticamente no existe una policía como tal. Aquí hemos comentado el caso de comunidades donde el trabajo de agente municipal es labor comunitaria, sin pago. Hay otras localidades donde operan los llamados guardias comunitarios o grupos de autodefensa. Ahora el gobierno busca desaparecer los más de 2 mil mandos dispersos por sólo 32, uno por estado.
Esto implicaría una verdadera reforma estructural en la concepción y operación policiaca. Lo anunció e intentó Felipe Calderón cuando sin diagnóstico previo agitó el avispero de su “guerra contra el narcotráfico”. Con el ejército en las calles buscó reformar los cuerpos policiacos. La población quedó bajo el fuego cruzado en una verdadera zona de guerra. Las víctimas civiles pasaron a ser “efectos colaterales” de una batalla sin códigos de honor ni protocolos.
En esa batalla las corporaciones policiacas municipales quedaron a la intemperie. Entre la plata y el plomo.
La red de agrupamientos policiacos en el país es tan compleja como lo son nuestros poblados. Se dice que son el eslabón más débil y con mayor riesgo de infiltración por la delincuencia, organizada o no.
Los propios reportes del gobierno federal apuntan que unas mil “corporaciones” municipales –casi la mitad del total- tienen menos de 20 elementos. Hay unas de cuatro o cinco “topiles” armados sólo de un bastón de madera. Algunas no cuentan ni con local propio, mucho menos medios de transporte. La disparidad de los salarios resulta elocuente: los hay que obtienen hasta 15 mil pesos mensuales, como en Tijuana (Baja California), como los que apenas cobran apenas tres mil pesos, en localidades de Veracruz y Yucatán.
O que no reciben paga alguna. Oaxaca, Chiapas, Guerrero, están entres estos últimos.
ALEJADOS E INDEFENSOS
LA REFORMA policial que abarque a los municipios, tendrá que pasar por una transformación de las corporaciones estatales. Un cambio que incluya organización, capacitación, salarios, actitud. Pero comenzando por los mandos.
En el caso de las policías estatales son también un ejemplo de la inequidad y disparidad de condiciones. De acuerdo a datos oficiales los agentes preventivos mejor pagados están en Aguascalientes y Baja California, con salarios entre 17 y 18 mil pesos.
Mientras que en estados como Nayarit, Quintana Roo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, obtienen menos de seis mil pesos. En Tabasco el promedio salarial de un policía es de seis mil pesos.
Aquí recuerdo una anécdota: un grupo de policías municipales detuvieron en 2009 en Cunduacán, Tabasco, a un ebrio escandaloso. Fue una equivocación que les costó caro porque se trataba de un presunto jefe del narco. Los secuaces del capturado no sólo acudieron a tratar de rescatarlo con armas de alto poder incendiando una patrulla, sino que los agentes fueron regañados por un funcionario del Ministerio Público debido al problema en que metieron a la Procuraduría. Terminado su turno, los policías acudieron a sus domicilios, recogieron a su familia y sus pocas pertenencias. Tuvieron que huir de la posible venganza.
En abril del 2014 me ocupé en este espacio de la complicada situación de la policía municipal tabasqueña. Retomo unos datos:
“De acuerdo a los reportes oficiales hay en Tabasco, entre policías estatales, ministeriales y municipales un total de 12 mil agentes. Centro, donde se ubica la capital del estado, es el único municipio que no tiene policía propia pero en esa plaza se asientan los escasos agentes estatales.
Los dos ayuntamientos con mayor número de gendarmes son Cárdenas con unos 460, Macuspana con 411 y Huimanguillo con 400. Son también localidades de alto riesgo según reportes del sistema nacional.
En número de policías le siguen Comalcalco, con 350. Cunduacán y Centla con 240 cada uno. Los ayuntamientos con las corporaciones más pequeñas son Zapata con 111 y Jonuta con 102. Tenosique, un municipio fronterizo y que requiere de un tratamiento especial sólo cuenta con 136 policías.
Por supuesto que el número de integrantes de cada corporación hay que dividirlo entre dos debido a los turnos que tienen que cubrir”.
En septiembre de 2013, el gobernador Arturo Núñez firmó un convenio los 17 presidentes municipales para el establecimiento del mando único, que comenzaría con la coordinación e intercambio de apoyos. Ahora se supone que el mando único será ordenamiento de ley. ¿No se podría comenzar por el examen de confianza del primer círculo del poder en el país?
AL MARGEN
EL SECRETARIO de Finanzas, Víctor Lamoyi entregó al Congreso local el “Paquete Económico 2015”, enviado por el Poder Ejecutivo. Este documento contiene el Proyecto de Ley de Ingresos, la Miscelánea Fiscal y el Proyecto de Presupuesto General de Egresos. Como se sabe, se prevé contar con 43 mil 461 millones el año próximo. Lamoyi comparecerá la semana próxima ante los diputados para la llamada glosa del informe.
HAY QUIENES señalan que se trata de una exageración, pero un reporte entregado al Senado en el 2010 indicaba que el 72 por ciento de los municipios del país está infiltrado por células operativas del narcotráfico y otros delincuentes. (
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