Escala Crítica/Columna diaria
*Dos años: una circunstancia crítica para el gobierno de Peña Nieto
*Requiere la administración federal un giro en su política de seguridad
*Pepe Mujica, un Presidente austero que el refrendo para su partido
Víctor M. Sámano Labastida
TRANSCURRIÓ el primer tercio de la administración de Enrique Peña Nieto. Cumplidos ya dos años de que tomó posesión, el de ayer fue un día de contrastes. El mandatario federal envió al Congreso su iniciativa de integrar 32 policías estatales de mando único para sustituir a los más de dos mil mandos en todo el país; al mismo tiempo, miles de personas se manifestaron en todo el país en demanda de justicia, en especial por el secuestro de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero. Dos son los asuntos centrales que debe atender este gobierno: economía y seguridad.
La prensa extranjera se dio gusto señalando en el 2013 que Peña Nieto era el artífice del nuevo “momento mexicano”. Pierpaolo Barbieri y Niall Freguson, colaboradores de The Wall Street Journal, escribieron entusiasmados sobre cómo las reformas estructurales impulsadas por el mandatario priista colocaban a México en el umbral para transformar a este país en el “nuevo motor del crecimiento en América del Norte”.
Lo malo de las altas expectativas y los excesivos elogios es que se pueden convertir en críticas extremas.
Una de las publicaciones que observó con mesura el panorama mexicano fue The Guardian, el diario inglés que en enero de este año advirtió bajo la firma de Jo Tuckman: “Debajo del resplandor, cuelgan sobre el país signos de interrogación debido a su vieja crisis de seguridad y a la pobreza y desigualdad rampantes... así como por las propias reformas”.
Decía Tuckman poco después del mensaje de año nuevo de Peña Nieto: México debe estar preparado para la turbulencia. Así sucede. Ahora otro de los diarios que sirven de referencia y termómetro para los gobernantes, The Financia Times, retomó las palabras del ex canciller Jorge Castañeda para anotar que se había pasado del “momento mexicano” al “desastre mexicano”.
DOS ENCUESTAS
EN MÉXICO, por supuesto que el gobierno de Peña ha tenido simpatizantes y detractores aún desde antes de que asumiera el gobierno.
En diciembre de 2013, cuando el ex gobernador del Estado de México cumplía su primer año en el poder sumaba altas expectativas, aunque ya con problemas en la economía. Pero en su equipo había optimismo. En las encuestas se reflejaba una percepción positiva.
Ajustados 12 meses en Los Pinos, Peña Nieto había logrado la firma de un Pacto Político, así como la aprobación de las reformas en educación, telecomunicaciones, la reforma fiscal y hacendaria. También había iniciado la cruzada contra el hambre y su propuesta de reforma energética había logrado dividir el voto del PRD y del PAN, asegurándose el apoyo de estos últimos.
Ahora, cuando se cumplen 24 meses, hay un panorama difícil para el gobierno federal. No sólo en la economía, por la caída del precio del petróleo, el aumento del dólar y el bajo crecimiento, sino sobre todo en la percepción que se tiene de esta administración en el extranjero. Un problema central es el de la seguridad y el de la autoridad.
Una encuesta publicada ayer por el diario Reforma coloca al mandatario federal en uno de sus niveles más bajos de aprobación ciudadana, con sólo el 39 por ciento. Entre los líderes de opinión, de acuerdo al sondeo del influyente matutino, la aprobación hacia Peña Nieto pasó del 78 por ciento con el que inició su gestión a sólo el 21 por ciento. Son sólo percepciones, dirán sus simpatizantes.
Pero también el diario El Universal reporta una caída, aunque más leve, en la calificación a Peña Nieto: el 41 por ciento de la población desaprueba actualmente al gobierno federal; sólo el 30 por ciento considera que el país está mejor desde que llegó al poder el mexiquense, de acuerdo a los registros del matutino.
En Los Pinos seguramente se encendieron las señales de alerta. Una mala percepción en seguridad sobre todo desde el extranjero afecta los planes de expansión económica y de inversiones. Los indicadores sobre la calidad de vida de la mayoría de los mexicanos tampoco son halagüeños. Recordemos que el equipo de Peña Nieto ofreció mejoras como resultado de las reformas. La realidad no espera.
EJEMPLO URUGUAYO
Seguramente usted habrá escuchado del presidente más pobre del mundo, como bautizó la BBC de Londres al uruguayo José Mujica. Este personaje, asumió el gobierno de Uruguay en marzo del 2010 y dejará la presidencia en marzo de 2015.
Entregará el poder a un miembro de su propio partido, Tabaré Vázquez del Frente Amplio, que ganó las elecciones el domingo pasado. Vázquez será presidente por segunda ocasión.
Lo que quisiera destacar ahora es el ejemplo que dio José Mujica como presidente, un popular personaje que utiliza para trasladarse su propio vehículo volkswagen modelo 1987. Sin todo el aparatoso sistema de seguridad al que nos tienen acostumbrados los gobernantes. ¿Son otras circunstancias?, posiblemente.
El estado le asignó a José Mujica como presidente de Uruguay un salario de 12 mil 500 dólares mensuales, algo así como 130 mil pesos mensuales pero sólo utiliza el equivalente a unos 12 mil pesos mexicanos. El resto lo entrega a causas de beneficencia pública.
Aunque su esposa Lucía Topolansky es senadora, también entrega parte de sus ingresos a causa sociales y la pareja se dedica a la agricultura, su tradicional fuente de ingresos.
Cuando se le preguntó al presidente uruguayo por qué sólo disponía de menos de 15 mil pesos mensuales, respondió que la mayoría de la población en su país vivía con mucho menos.
El presidente de Uruguay no sólo tiene un modo muy modesto de vida, sino que hasta la fecha ha logrado ser reconocido como un personaje alejado de la corrupción. Podría decirse que su partido, el Frente Amplio, fue recompensado con una votación a su favor por la buena imagen de José Mujica.
En otros países, también gobernantes de izquierda aunque menos austeros lograron recientemente la reelección, como Evo Morales en Bolivia y Dilma Roussef en Brasil.
AL MARGEN
INICIARON ayer las comparecencias ante los diputados locales de los colaboradores del gobernador Arturo Núñez, para la denominada glosa del informe. Hay quienes consideran obsoleto e insuficiente el formato, aunque ese es un asunto que no han podido resolver los propios legisladores.
Correspondió abrir la ronda de once comparecientes al secretario de Gobierno Raúl Ojeda; ayer mismo, por la tarde, estuvo también el titular de seguridad Pública, Audomaro Martínez. Varios fueron los mensajes de Ojeda quien hizo un resumen de las actividades de su área. En especial comprometió una actitud responsable y respetuosa de la administración en los próximos procesos electorales, pero no dejó de criticar a quienes le “apuestan al aislamiento, y que olvidan que el diálogo implica escuchar y argumentar las razones de los otros”. Sin duda que se refería al PRI, partido que abandonó el Pacto por Tabasco. (
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