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*De 2000 a la fecha, dos “carros completos” para el PRD, uno al PRI 

*El de junio será uno de los procesos de más intensa competencia

*Se definirá la ruta de Tabasco no sólo para tres años, mucho más

Víctor M. Sámano Labastida

 

LAS ELECCIONES del 2015 tienen, por lo menos para Tabasco, características muy especiales. Concurren una serie de circunstancias novedosas además de la presencia del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, Morena. Son las primeras votaciones intermedias en las que la selección de diputados federales y las autoridades locales se realizan el mismo día. De ahí que resulte aventurado adelantar sus resultados, porque por lo general cada uno de estos procesos –el federal y el local- tienen su propia dinámica.

Así, por ejemplo, puede citarse el caso de las elecciones de julio del 2006 cuando en los comicios federales arrasó el PRD como López Obrador como candidato presidencial al llevarse todas posiciones de mayoría, pero tres meses después el PRI volteó completamente las tendencias. Se pueden argumentar a favor y en contra diversos factores, pero me concreto a consignar un hecho que permita cierta comparación.

 

SE ACABÓ LA HEGEMONÍA

DEL TRICOLOR Y DEL PRD

 

ACTUALMENTE los partidos están en el proceso de seleccionar a sus abanderados en los 300 distritos electorales federales, seis de los cuales corresponden a Tabasco.

Hasta 1997 el predominio del PRI en los seis distritos federales tabasqueños era total. Si bien es cierto que desde 1988 una nueva fuerza política –primero como Frente Democrático y luego como PRD-, le fue ganado parte de los electores al tricolor, tuvo que esperarse hasta las votaciones federales del 2000 para que por primera vez el PRI perdiera dos de los seis distritos. La alternancia en las posiciones locales había comenzado desde 1991.

Ahora que el interés se ha centrado en los nombres de quienes competirán por las diputaciones federales, me permitiré hacer un breve recuento cómo ha sido la contienda por los seis distritos del 2000 a la fecha.

Sin duda que el interés se concentra en los dos distritos con cabecera en Villahermosa, el cuatro y el seis. El IV es el más urbano de todos porque contiene buena parte de la población de la capital del estado, así como a los ciudadanos de Macultepec, Ocuiltzapotlán y Tamulté de las Sabanas. Desde su primera derrota en el 2000, el PRI lo ha perdido sistemáticamente ante el PRD lopezobradorista, salvo en el 2003 cuando el tricolor lo pudo recuperar por una mínima diferencia de dos mil votos.

Este Distrito IV lo perdió el PRI en el 2000 y lo volvió a perder en el 2006, 2009 y 2012. La máxima votación la obtuvo el PRD en el 2006 cuando sacó ahí 81 mil sufragios.

Por lo que toca al otro distrito capitalino, el VI con sede en Villahermosa pero con poblaciones de Luis Gil, Parrilla, Playas, Teapa, Jalapa y Tacotalpa, aunque la hegemonía priista ya no es absoluta, este partido ha seguido dando la batalla. El tricolor sólo ha perdido las votaciones del 2006 y del 2012, a la par del llamado “Efecto Obrador”, pero lo recuperó en el 2009. 

Para los restantes distritos, sólo en el caso del que tenía cabecera en Frontera (Centla) y que ahora tiene sede en Paraíso –un cambio del Distrito I que sucedió en el 2006- el tricolor logró en estos últimos 14 años una ventaja superior a 15 mil votos. Ocurrió en el 2003. Pero en cambio, el PRD consiguió dos arrolladoras victorias en la demarcación con cabecera en Comalcalco: en el 2006 su ventaja fue de 31 mil votos y en el 2012 fue de 25 mil votos. Esta región abarca Comalcalco, Cunduacán y parte de Cárdenas.

UNA ALTERNANCIA QUE

LLEGÓ PARA QUEDARSE

RESUMIENDO. En el 2000, el PRI ganó los distritos uno, dos, cinco y seis; para el PRD fueron el tres y el cuatro; en el 2003, el tricolor volvió al “carro completo”, pero no por mucho tiempo, ya que en el 2006 fueron los solaztequistas los que se llevaron las seis posiciones. El tricolor se recuperó en el 2009 con los distritos uno, ahora con cabecera en Macuspana; el dos, de Cárdenas-Huimanguillo; el cinco, cambiado a Paraíso, y el seis de Centro-Sierra.

Pero en el 2012 se repitió la historia de seis años antes: el PRD lopezobradorista volvió  obtener los seis distritos, siendo notoria la ventaja de 32 mil votos que logró en el distrito cuatro, de Centro. Como le decía, también repitió la hazaña de una ventaja de 25 mil sufragios en el distrito tres.

Una primera conclusión sería que ya no hay contienda fácil, pero en las condiciones que prevalecían hasta el 2012, el PRD era altamente competitivo en la zona urbana e indígena de Centro (distrito cuatro) y en la chontalpa.

Sin embargo como usted observará me refiero líneas arriba al “PRD lopezobradorista” y a “las condiciones que prevalecían” hasta el 2012. Resulta obvio que la renuncia de López Obrador al PRD y la formación del nuevo partido Morena cambia la correlación de fuerzas. Modificará sustancialmente la dinámica de crecimiento que venía teniendo el PRD, que no es lo mismo con AMLO que sin AMLO.  

En un primera apreciación podría decirse que le quita una presión al PRI, porque la parte de los votos de lo que fue la oposición de izquierdas ahora se lo disputarán Morena y PRD. 

Pero cualquier estimación debe tomar en cuenta varios elementos. Entre otros: 1.- Es la primera elección intermedia homologada (federales y estatales); 2.- El PRI no está en el gobierno y carece del dinero acostumbrado; 3.- El PRD ya no está en la oposición y será juzgado como gobierno; 4.- Es la primera participación de Morena con su activo más importante, López Obrador; 5.- El activo del PRD sería Arturo Núñez y Enrique Peña del PRI; 6.- Hay un nuevo instituto electoral; 7.- Todos los municipios ya vivieron la alternancia; 8.- Para las elecciones locales –que se realizan el mismo día- cambió la distribución distrital y ya no hay un diputado por municipio; 9.- Quienes salgan elegidos del proceso tendrán la posibilidad de la reelección; 10.-Los candidatos federales serán remolcados o hundidos por los abanderados a las alcaldías y diputaciones locales, las fórmulas deberán ser integrales (no hay voto diferenciado).

Obviamente serán determinantes la estructura de los partidos, la buena selección de candidatos y la eficacia de las campañas.

AL MARGEN

DEFINITIVAMENTE cerró la puerta Carlos Navarrete, dirigente nacional del PRD, a una posible alianza electoral con el PAN también en Tabasco. Localmente los órganos de dirección habían autorizado acuerdos incluso con los panistas. Desde su campaña para la dirigencia Navarrete anunció que buscaría a los jefes de Morena; no se podían hacer las dos cosas a la vez. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )