Escala Crítica/Columna diaria
*No sólo serán altamente competidas, sino también de tensiones
*Tabasco: candidaturas a las alcaldías, factor clave para las federales
*Centro, Cunduacán, Cárdenas y Comalcalco, bajo la lupa
Víctor M. Sámano L.
POR LO MENOS desde el año 2000 se acabaron los procesos electorales que eran un paseo dominical para el PRI. Si nos remontamos a la etapa en que se inició la mayor competencia, podríamos ubicar en 1988 la ruptura de los tiempos de la “dictadura perfecta” como la llamó el peruano Mario Vargas Llosa. Al inicio de este siglo, con la primera derrota del tricolor en la Presidencia también se allanó el camino para la alternancia definitiva. Nada volverá a ser lo mismo en política electoral.
Aunque hay fuerzas, intereses y cierta cultura anclados en el pasado que pretenden restaurar los viejos tiempos en que todos los partidos giraban en torno a la órbita presidencial. Para esta tendencia el modelo ideal es el bipartidismo que impera en Estados Unidos: un bloque liberal y otro conservador. Pero las fórmulas no se pueden trasladar mecánicamente. Mucho menos a un país como México.
EVITAR UN RETROCESO
Y EL JUEGO DE LOS MALOSOS
TIENE RAZÓN el presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, al advertir que la contienda del 2015 será una de las más complejas de la historia. Es posible que la más compleja. A la presencia de partidos más competitivos se añade ahora la debilidad institucional del régimen frente a fuerzas abiertamente criminales. Pero también podría verse como positiva la posibilidad de que los partidos, tan cuestionados y desgastados, se obliguen a redefinir su papel ante la sociedad.
A decir de Córdova Vianello –quien fue integrante del equipo de José Woldenberg-, la de este año es la elección “más grande” que habrá organizado autoridad alguna en México: a la votación en los 300 distritos federales se suman las nueve elecciones estatales para gobernador, las de diputados y alcaldes en 17 entidades del país. Habrá comicios locales en más de la mitad del país. Y con nuevas atribuciones y obligaciones del INE.
El funcionario del INE reconoció que un error o una falta de presencia del gobierno mexicano podría ser detonador “de consecuencias impensables”.
Córdova Vianello no se distingue por ser catastrofista. Así que también matizó: “Creo que las elecciones así como pueden convertirse en un detonador de un escenario impensable, pueden ser, y es una convicción que tenemos en el instituto, una manera de encausar pacíficamente nuestras diferencias y la legítima inconformidad social”.
Hay, eso sí, una evidente molestia social. Corresponde a los partidos, candidatos y autoridades, al igual que a las propias organizaciones civiles, evitar una ruptura. ¿Tendrán la capacidad y el compromiso?, lo veremos.
DEBUTA MORENA; APUESTA
DE PARTIDOS EN ALCALDÍAS
EN UNA ANTERIOR entrega este columnista buscó plantear un acercamiento a una cara de la complejidad de las elecciones del 2015, partiendo de la experiencia tabasqueña. Le comenté aquí cómo en los seis distritos electorales federales, hasta el 2012 resultaba evidente la competencia entre el PRI y el PRD. Pero un PRD con las huestes lopezobradoristas en su seno. Las circunstancias han cambiado y no resulta fácil predecir lo que sucederá, aunque resulta evidente que los partidos deberán cuidar sus candidaturas, su estructura y sus campañas. Nadie puede dar por ganado o perdido nada de antemano.
Para Tabasco, en el caso de los seis distritos electorales federales, por lo menos en el papel y de acuerdo a las tendencias de los últimos 14 años, son las demarcaciones cuatro –de Villahermosa y poblados de Centro-, y seis -que abarca parte de Cárdenas, todo Comalcalco y todo Cunduacán-, donde el escenario aparece más complejo. En estas dos regiones el PRD lopezobradorista ganó cuatro de cinco procesos federales recientes. El PRI sólo obtuvo el triunfo durante su último “carro completo” en el 2003.
Un factor importante que hay que considerar en los comicios del 2015 es el “Efecto Obrador” –el ex candidato presidencial hará campaña en la entidad porque sabe que aquí se juega el futuro de su partido- y la importancia de las elecciones para la presidencia municipal. ¿La razón?, porque tradicionalmente es la disputa por las alcaldías la que tiene una mayor cercanía con la gente.
Para el caso de Morena, corriente lopezobradorista que tendrá su primera participación independiente como partido, habrá que hacer notar que sus dos dirigentes, Octavio Romero y Javier May, se lanzan a competir precisamente en los municipios que abarcan los distritos cuatro (Centro) y tres (Comalcalco).
En Centro, hasta hace poco una plaza donde aparecía imbatible el PRI –aunque cada vez con menor margen-, se inauguró la alternancia en el 2012.
En el distrito tres los casos de Cunduacán y Comalcalco muestran características especiales. En la llamada “Atenas de la Chontalpa”, tras el triunfo del PRD en el 2000 la plaza fue recuperada por el PRI en el 2003y la retuvo en el 2006 por una apretada diferencia de 697 votos. En las recientes dos elecciones, la del 2009 y 2012, la alcaldía ha sido para el PRD.
Allá en Cunduacán, Morena lanzará al ex alcalde y ex diputado federal, César Burelo, mientras que el PRI parece decidirse por Isaías Yánez, de un listado que incluía a Francisco Custodio, e inclusive a Aracely Quevedo del Panal. En el PRD la moneda sigue en el aire.
En Comalcalco, la batalla cerrada que han mantenido el PRI y el PRD en los últimos años ha dado como resultado que el tricolor mantuviera la alcaldía en 1997, 2003 y 2009, pero la perdió en el 2000, 2006 y 2012 frente a los solaztequistas.
En esa plaza, el nuevo partido Morena lanzará como candidato a su dirigente y ex alcalde Javier May. En tanto que el PRD decidirá si apuesta por Alipio Ovando o Neyda García, el primero adversario histórico de May estando los dos en el solaztquista.
Por parte del PRI todo indica que en la recta final quedaron cuatro aspirantes: Laurence Rodríguez, Manuel Granier Burelo, David Méndez de la Cruz y Jaime Hernández Córdova. El tricolor tendrá que decidirse por el que tenga menos rechazo y por quien garantice la unidad partidista.
Este mismo factor, el de la unidad partidista o la ruptura, es el fantasma que acecha que a todos los institutos. Pero también el del espinoso asunto de los filtros para evitar que se repitan casos como el de Iguala, Guerrero. (
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