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*Cuando Manuel Velasco obtuvo más votos que Enrique Peña Nieto

*¿Nuevo PRI?, partido que se alimenta de las deserciones del tricolor

*Pelea por la capital tabasqueña: se retira un aspirante, hoy define PRI

Víctor M. Sámano Labastida

 

SE LE VIO VENIR pero nadie le dio mayor importancia. Prácticamente desde su fundación, el Partido Verde –surgido en 1986-, no ha tenido buena imagen entre el sector crítico de la opinión nacional. Pero es el “partido pequeño” que ha sobrevivido a la desaparición de más de una docena de institutos en estos casi treinta años. Ha recibido calificativos muy duros. Recientemente Jorge Alcocer, especialista en asuntos electorales, lo llamó “partido canalla” que se burla sistemáticamente de la ley y que –dijo- debería perder el registro.

Álvaro Delgado, de la revista Proceso, lo nombró “partido criminal”.

Ahora mismo siete institutos políticos –entre ellos el PAN con el que se pretende aliar en Tabasco-, se mantienen en rebeldía contra el Instituto Nacional Electoral porque los acusan de proteger al PVEM fundado por Jorge González Torres, un antiguo militante del PRI.

Más allá de los calificativos es importante observar qué está ocurriendo con el Partido Verde Ecologista de México.

 

ANTES Y DESPUÉS DE MADRAZO

EN TABASCO el “fenómeno verde” tiene que ser observado con atención. Aunque existe una cercanía de los dirigentes del PVEM con Roberto Madrazo desde que éste fue candidato a la Presidencia, no es sino hasta que en junio del 2014 se hizo pública la renuncia de Federico Madrazo al PRI quedó en mayor evidencia este vínculo. En entonces dirigente pevemista tabasqueño, Patricio Bosch Hernández, informó que el hijo del ex gobernador y aspirante a una diputación por el tricolor en el 2012, se había afiliado recientemente en la Ciudad de México. 

El 4 de junio del 2014, ya como militante del PVEM, Federico Madrazo acompañó a su padre Roberto Madrazo en el homenaje luctuoso a Carlos Madrazo. Fue entonces cuando sorprendió que, entre otros políticos, acompañaran a la familia Madrazo el gobernador de Chiapas y militante del Verde, Manuel Velasco, y la todavía diputada del PRD, Rosalinda López.

El orador oficial de aquel acto fue Manuel Velasco. Nada es casual. 

Este joven chiapaneco es el proyecto del PVEM y de un segmento del PRI para la contienda presidencial del 2018. No es casual tampoco que en Tabasco se pretenda reeditar una mecánica que le resultó a los pevemistas y al tricolor en el estado vecino. Un modelo que podría replicarse en otros estados.

 

CON EL PRI, CON PRD Y PAN

LOS ANTECEDENTES. En 1994 el PVEM obtuvo en Chiapas apenas el 0.4 por ciento de los votos (menos de 4 mil sufragios); para los comicios siguientes a gobernador, los dirigentes pevemistas “olfatearon” hacia dónde se inclinaría la balanza y se sumaron a una amplia coalición formada por el PRD (partido mayoritario de oposición) y PAN. En total ocho partidos para “derrotar al PRI”. Fue la primera victoria opositora a nivel de gobierno. Y ahí estuvo el verde.

En el 2006, siguiendo la pauta a nivel nacional, los verdes fueron junto al PRI. Pero esta vez no compartieron la victoria sino la derrota. Nuevamente en Chiapas una coalición encabezada por los solaztequistas y con un candidato surgido del tricolor obtuvo la gubernatura.

Pero el proyecto para que el PVEM entrara en relevo del PRI estaba en marcha. Había iniciado en el 2000 cuando un joven de 21 años, Manuel Velasco, se convirtió en diputado federal por el verde. En el 2006 Velasco llegó al Senado por una alianza con el tricolor, apoyando la candidatura presidencial de Roberto Madrazo. Aunque el tabasqueño fue derrotado, el chiapaneco se convirtió en senador con casi 500 mil votos.

Para el 2010, los verdes fueron en dos frentes en los comicios municipales: en una alianza parcial con el tricolor para ganar sólo 3 municipios y con sus propias planillas que les dieron 15 municipios. Un gran avance si tomamos en cuenta su nula presencia hacía menos de 15 años.

Este partido había encontrado su “niño verde” en Manuel Velasco de  manera que los resultados más sorprendentes ocurrieron en las elecciones homologadas del 2012. 

Mientras el candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, consiguió poco más de 934 mil votos, el abanderado de la alianza PRI-PVEM a la gubernatura, Manuel Velasco, se llevó un millón 343 mil sufragios. Esto quiere decir que se anotó más de 400 mil votos que no fueron a las urnas de Peña Nieto.

En los ayuntamientos el Verde también dio un salto importante aunque no tan espectacular como en la gubernatura: pasó de gobernar unas 18 alcaldías a un total de 47. 

Los números indicaban que los conflictos internos en el bloque de izquierda y una ruptura de las alianzas del PAN y PRD podían ser benéficos para los pevemistas. El PRI chiapaneco no había dudado en apoyar a quien aparecía como relevo de un desmantelado tricolor. No hay que olvidar que la rebelión chiapaneca de 1994 marcó el fin de la hegemonía tricolor. 

Resulta evidente que una corriente priista, ahora con el liderazgo informal asumido por Roberto Madrazo, busca construir un “corredor verde” en los estados del sureste. Puede resultar un “sueño tropical”, pero… 

En estados como Veracruz, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, el PVEM es casi inexistente. En Tabasco sólo ha conseguido una diputación plurinominal en recientes procesos.

En Veracruz los verdes ha ido junto al PRI. Sólo en 1998 hizo alianza con el Partido del Trabajo en la contienda por la gubernatura. Esa coalición apena logró el 6 por ciento de los votos y no volvió a repetirse.

En Campeche las cosas no pintan mejor. En 2009 el Verde fue con candidato propio a las elecciones y consiguió menos del uno por ciento de la votación para gobernador. Después caminó abiertamente a la sombra tricolor.

En Yucatán, los pevemistas también tiene poca presencia. En el 2001, con la euforia del resultado de su alianza con el PAN para apoyar a Vicente Fox, formó parte de un frente común también con el PRD y PT para ganar la gubernatura con un abanderado blaquiazul. Después de eso, sólo alianzas con el PRI.

La misma historia se repite en Quintana Roo. Ha estado ausente de las elecciones hasta 1999. Posteriormente sus coaliciones son con el tricolor.

Como sea, la nueva modalidad del PVEM es alimentarse de deserciones del PRI. Hasta ahora se ve como un proyecto reducido al sureste a partir de recursos provenientes de Chiapas.

 

AL MARGEN

HOY SE SABRÁ quién o quiénes pasaron el filtro del PRI para la precandidatura a la alcaldía de Centro. Evaristo Hernández se dice muy confiado en que pasará todas las pruebas. La dirigencia tricolor se apresta a ofrecer salidas negociadas a Adrián Hernández y Lorena Beaurregard. Para operar esta nueva fase llega como nuevo delegado Alberto Rébora, con quien Hernández Cruz trabajó en Chiapas. 

EL TITULAR de Sedet, David Gustavo Rodríguez dejó el camino libre a Juan Manuel Fócil y Gerardo Gaudiano en el PRD, en tanto que Octavio Romero confirmó a Manuel Rodríguez como coordinador de su campaña para Centro. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )