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Home Escala Crítica EL TRUEQUE, LA ECONOMÍA SOLIDARIA Y EL COMBATE A LA CRISIS DE VALORES

EL TRUEQUE, LA ECONOMÍA SOLIDARIA Y EL COMBATE A LA CRISIS DE VALORES

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Un modelo: intercambio de bienes y servicios por tiempo de labores
*Respuesta no sólo económica sino de gran trascendencia cultural
*¿Borrón y cuenta nueva? Necesaria explicación y aplicación efectiva 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL PASADO 3 de marzo fue presentado en Tabasco el programa estatal “Cambia tu Tiempo”, dirigido a jóvenes de entre 15 y 25 años de edad. Es un plan que tiene como antecedente los “Bancos de tiempo”, uno de cuyos modelos más exitosos se aplica en Chile. Ayer este columnista tuvo oportunidad de acudir a una amplia explicación de estas acciones en las que participan todas las dependencias gubernamentales y que son coordinadas por el DIF estatal. 
A reserva de que en una posterior colaboración me refiera específicamente al programa “Cambia tu Tiempo” – mencionamos ya algunas de sus características en otra entrega anterior-, hoy quisiera compartir con los lectores algunas reflexiones en torno a la filosofía que anima y debe animar este tipo de propuestas: la solidaridad. 
UNA HERENCIA CULTURAL
EL SISTEMA conocido como “trueque” está arraigado en nuestras comunidades originarias. Es el intercambio de bienes y servicios sin la intervención directa del dinero. Podríamos decir que es el antecedente más remoto del sistema económico: hay un excedente de productos o una disponibilidad de tiempo para intercambiar.
Los estudiosos de la organización comunitaria remontan la aparición del “trueque” al Neolítico (la Edad de Piedra Pulimentada), hace unos 10 mil años, al comienzo de la civilización y con la aparición de la agricultura. 
En nuestro país todavía podemos encontrar mecanismos de “trueque” resistiendo el avasallamiento del patrón dinero. Un caso concreto lo hallamos en el poblado de Zaachila, Oaxaca, a sólo seis kilómetros de la capital de aquella entidad: un producto a cambio de otro. Un esquema parecido es el “tequio”, pero que es trabajo comunitario sin retribución. En Tabasco se conoce la denominada “mano vuelta”, que es algo así como el intercambio de servicios: yo te ayudo, tú me ayudas.
Un mecanismo promisorio es el resurgido en Veracruz, en la región de Totonacapan, donde se creó la moneda comunitaria conocida como “túmin”, cuyo valor está respaldado por la confianza. Esta es, al fin de cuentas, la base de la economía, hasta en los más complejos sistemas: la confianza.
Podemos encontrar a lo largo y ancho del país diversos mecanismos de intercambio, ya sea de familias, grupos de trabajo o comunidades enteras. 
En la Ciudad de México existe un esfuerzo excepcional iniciado a finales de 1980. Se trata del Tianguis Cultural del Museo del Chopo (Colonia Guerrero), conocido como una de las máximas expresiones de la contracultura. Es un bazar donde se pueden encontrar mecanismos de trueque: un producto por otro, un servicio por un producto.
En los circuitos escolares ubicaríamos algunas prácticas como las estancias laborales, el “doctor sonrisas”, el servicio social semiprofesional –lamentablemente este último muchas pervertido por la explotación laboral.
Un caso histórico reciente es de Argentina donde, como resultado de la gran crisis financiera y de la depresión económica derivada de la dictadura militar, resurgieron las prácticas de “intercambio de favores y bienes”. En 1994 se ubica como el inicio de la sistematización de un esquema en el que el desempleo y la falta de dinero obligó inclusive a los profesionistas a prestar servicios a cambio de alimento u otros servicios. Ahí se llegó a constituir una red nacional de intercambio solidario. Experiencias similares se tuvieron e Chile y Uruguay. Han estado presentes en toda la historia, pero en algunas épocas su práctica compite con el mercado formal.
Otros casos notables son los intercambios de productos y servicios a nivel de países. Cito sólo dos ejemplos: el de Cuba que envió a la URSS azúcar y a Venezuela mandó médicos y educadores a cambio de petróleo; el de Uruguay que exportó carne a Irán también por hidrocarburos.
¿A qué nos lleva todo esto? A explorar las amplias posibilidades de los “bancos de tiempo”. Al fin y al cabo un recurso no renovable pero del que todos disponemos en algún momento es tiempo.
Pero como dijo el ahora ex presidente José Mujica: “con plata (dinero) no puedes ir un supermercado y decir: véndame cinco años más de vida. No se puede. No es una mercancía, entonces no hay que malgastarla, hay que tratar de usarla y gastarla en las cosas que nos motivan para vivir”. Hay que administrar el tiempo. Usarlo en cuestiones positivas.
 
LUZ Y MÁS LUZ AL ACUERDO
HABRÁ que aclarar punto por punto el nuevo convenio que firmarán –aún no lo han hecho- los gobiernos estatal y federal en relación a los adeudos de los tabasqueños con la Comisión Federal de Electricidad. El asunto central es que quienes no pagan el servicio -¿por uno, diez o quince años, o más?- comiencen a hacerlo.  Romper la inercia del No Pago. Aunque para esto se requiere de una plena confianza de las partes. Aquí la conducta clave es de los funcionarios de la CFE. 
Estamos ante un problema no sólo económico-mercantil, sino político y social. 
Ayer el ex secretario de Finanzas, Víctor Lamoyi, integrante del grupo negociador del acuerdo con la Secretaría de Hacienda y la CFE, explicaba los alcances del nuevo esquema. Para aquellos que tengan adeudos de hasta 23 mil 500 pesos comenzará un “borrón” paulatino de sus débitos. 
Sin embargo, suponiendo el máximo adeudo -23 mil 500 pesos-, los pagos bimestrales tendrían que ser de cuando menos un mil 200 pesos de consumo actual y futuro para que cumplidos los 18 bimestres del convenio (hasta octubre del 2018) se hayan eliminado 21 mil 600 pesos con la aportación de peso por peso.
Claro, son tres esquemas: el del 90 por ciento que adeudan el tope máximo establecido, el de quienes serían objeto de un estudio socioeconómico y el de quiénes (un diez por ciento) sí pueden pagar pero no quieren.  Habrá que esperar los términos del acuerdo para conocer sus verdaderos alcances.
Como era previsible, por lo pronto, el ex dirigente de Morena, Octavio Romero, sostuvo que la propuesta gubernamental no resuelve la demanda de borrón y cuenta nueva”, así como de “tarifas justas”. El criterio de este partido se apoya en otro razonamiento: no son los tabasqueños los que le deben a la CFE y al gobierno federal sino a la inversa “por el gran daño que le hicieron a Tabasco con las inundaciones”. Dos ópticas distintas: desde el gobierno y desde la oposición.
AL MARGEN
EL CONSEJO Coordinador Empresarial de Tabasco entregará hoy la Medalla al Mérito Empresarial a Ignacio Cobo González, en un evento al que ha sido invitado el gobernador Arturo Núñez. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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