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Home Escala Crítica ELECCIONES 2015 EN TABASCO: CENTRO, EN LA DINÁMICA DEL ABSTENCIONISMO

ELECCIONES 2015 EN TABASCO: CENTRO, EN LA DINÁMICA DEL ABSTENCIONISMO

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Se confirmó una resistencia a acudir a las urnas en intermedias
*Partidos, dirigentes y aspirantes tienen un desafío a vencer
*En 2003 y 2015, participación en Centro y Tabasco, muy similar
Víctor M. Sámano Labastida
 
POCO a poco van ratificándose las cifras oficiales de las elecciones del 7 de junio. En previsión de que los tribunales resuelvan las diversas impugnaciones, es posible ya obtener algunas conclusiones. En lo personal este columnista deseaba que la concurrencia de las elecciones federales y estatales permitiera en Tabasco abatir el abstencionismo de los comicios intermedios. Los números indican que hay un trecho entre lo que se desea y la realidad.
Las elecciones intermedias, siempre traen consigo una reducción en la participación ciudadana, razón por la que los partidos le apuestan a sus “estructuras” y capacidad de movilización.
Así se insistió en los días previos a las votaciones. Se dijo que los institutos mejor organizados –con representantes de casilla, promotores, presencia territorial- serían los que mejores resultados obtuvieran. Nunca se descarta una “insurgencia cívica” que, me parece, sólo sucedió en Nuevo León y Jalisco, pero con algunos matices que analizaremos en otra ocasión.  
En este 2015 –lo advertían estudiosos como Lorenzo Meyer, Denise Dresser, Armando Bartra-, estuvieron fuertemente marcadas por el desencanto que los partidos políticos y la oferta de sus candidatos provocaron en los electores. Hubo inclusive un movimiento “anulista” y, en el extremo, –como sucedió en Oaxaca y Guerrero, acciones abiertas de sabotaje.
 
APATÍA, UN FANTASMA
EN UN PROGRAMA previo a las votaciones del 7 de junio en Radio Fórmula comentamos como José Chablé Alcocer e Ignacio Rodríguez Ceballos sobre las expectativas de participación ciudadana. Aunque se preveía que la votación rondaría entre el 45 y 50 por ciento, se esperaba que la concurrencia de las elecciones federales y estatales permitieran elevar la participación. Otra novedad radicaba –este año- en la participación de tres nuevos partidos políticos, señaladamente Morena.
Los comicios de este año nos mostraron el mosaico de participación que existe en el país. Mientras hubo localidades en las que apenas acudieron a las urnas 30 de cada cien empadronados –como en Baja California y Coahuila-, otras como tuvieron un comportamiento totalmente opuesto –está el caso de Yucatán- donde 70 de cada cien sí votaron.
En Tabasco también observamos una diversidad en el desánimo o entusiasmo de los electores potenciales. Mientras el promedio estatal fue de 56 por ciento, demarcaciones como el municipio de Centro tuvieron apenas el 43 por ciento de los sufragios posibles. Esto es, 67 de cada cien prefirieron hacer otra cosa en lugar de acudir a las casillas.  
Resulta explicable que los candidatos y los partidos esperen que los electores se vuelquen a las urnas. En la lógica nadie postularía abanderados para perder, como nadie compite –por lo menos en las elecciones- sólo por el gusto de hacerlo. En un reporte que se incluye en esta edición refiero una serie de hallazgos que intentan ser un primer acercamiento a los resultados de las votaciones y al comportamiento de los electores.
Le comento que con base en la estadística de participación en la votación, tanto del Instituto Nacional Electoral (INE, antes IFE) como del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT), pude concluir que la conducta de los potenciales votantes no fue distinta a la que ha sucedido en anteriores elecciones intermedias: hay todavía un escaso interés, a diferencia de cuando se vota también por gobernador o Presidente de la República. 
Del análisis de la participación ciudadana en las elecciones de 2003, 2006, 2008, 2012 y la reciente de 2015 se puede observar que el promedio en todo el estado es del 57 por ciento del 2003 a la fecha. Resulta mayor a siete puntos porcentuales en comparación al del municipio de Centro, que se ubica en 50 por ciento. 
CENTRO, SIEMPRE ABAJO
PERO también notaremos que hay un comportamiento constante en las últimas cinco elecciones: el porcentaje de votación estatal siempre es mayor que en el municipio de Centro. Algo similar ha sucedido en otras zonas urbanas de Cárdenas y Macuspana, donde hay resistencia a votar. Resulta interesante ver que las elecciones 2003 y 2015 la diferencia entre el promedio de la votación estatal y la de Centro es de 13 puntos porcentuales. Los estudiosos podrían encontrar aquí un patrón típico para Tabasco.
Más allá de las encuestas que cada partido manejó por su cuenta, lo mismo que sucedió en el 2012, la revisión histórica de los resultados electorales muestra que es posible observar una tendencia, a menos que se presente un fenómeno extraordinario. 
Para quienes han tenido la paciencia de seguir estas columnas, habrán leído por ejemplo que mientras en el 2012 había quienes daban a Jesús Alí, candidato del PRI, una diferencia favorable de hasta 10 puntos de ventaja en la contienda por la gubernatura, aquí sostuvimos que ninguno ganaría por un margen superior a 3 o 5 puntos. Además de que existía una tendencia histórica que favorecía a la coalición encabezada por el PRD, a lo que se sumaba el factor de que López Obrador estaría en las boletas. Podría preverse que la candidatura de Arturo Núñez sumaría también el descontento de la disidencia tricolor.
En esta ocasión (2015), más bien había condiciones desfavorables para los dos partidos políticos hegemónicos: el PRI padecía el desprendimiento del PVEM, mientras que el PRD resentiría los efectos de la fractura con Morena. En el municipio de Centro, además, todos los partidos y candidatos tenían el reto de combatir la apatía mostrada en comicios intermedios anteriores. Algo que, según se ve, no sucedió y por si fuera poco el escaso pastel se repartió entre cuatro fuerzas y no dos como antes.
AL MARGEN
AGRADEZCO a Guadalupe Sánchez López, productora del programa semanal “Las mujeres contamos” que se transmite por Radio Educación (Distrito Federal) haberme invitado a colaborar en el análisis del feminicidio y del documental “Bajo Juárez”, realizado por Alejandra Sánchez y José Antonio Cordero. En esta oportunidad subrayé la importancia de evitar que la violencia del llamado crimen organizado y el combate al narcotráfico impidan ver un fenómeno que nos agravia como sociedad: la creciente violencia de género. 
Según el Observatorio Ciudadano del Feminicidio, entre cinco y seis mujeres son asesinadas en promedio por día en México. El programa se puede consultar en internet y escuchar precisamente en la página electrónica de Radio Educación (XEEP, 1060 de AM; también por Onda Corta). Una gran satisfacción colaborar con mis antiguos colegas de esa emisora cultural pionera en el país y que estableció un estilo de comunicación. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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