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*Desaparecen programas, se recorta el gasto, se sacrifican servicios

*Medidas drásticas ante derroche y la caída del precio del petróleo 

*También aquí hablamos del Zabludovsky vivo; sobran homenajes 

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

El 2016 “será un año de mayor austeridad”, afirman los diputados federales. Para el mexicano común no parece haber diferencia porque desde hace varias décadas se implantó la política de “apretar el cinturón” en las finanzas públicas. Entre broma y en serio se dice que el cinturón del gobierno llega al cuello del pueblo; a uno lo aprieta y al otro lo ahorca. Como sea, oficialmente fue enviado a los diputados un proyecto de egresos con el signo de “base cero”.

Se trata, dicen los especialistas, de romper la “inercia presupuestal”. Esa que hacía mantener altos los presupuestos con base en lo ejercido con anterioridad y sólo agregarle la inflación. Esto es, que los recursos destinados a financiar al aparato gubernamental, las obras y los servicios, siempre iban hacia arriba. 

Eso se terminó, asegura Luis Videgaray, secretario de Hacienda. Afirma que ahora la metodología de “Presupuesto Base Cero”, obligará a que cada uno de los programas muestre sus resultados para contar con recursos. Pero, cuidado, un mal cálculo social puede llevar a un callejón sin salida.

 

EL TSUNAMI ECONÓMICO

RECIENTEMENTE el gobernador Arturo Núñez dijo que se apoyará en los tabasqueños diputados federales electos –más allá de sus siglas partidistas- para hacer un frente común que batalle por lograr un mejor presupuesto. No es fácil. Si bien puede presumir que logró estabilizar las finanzas tabasqueñas y no se aumentó la deuda pública, el costo ha sido un freno en la actividad económica. No es, por supuesto, resultado sólo de la política estatal sino que se padece sobre todo del impacto por los procesos nacionales y mundiales: la caída en el precio del petróleo y su privatización, la modificación de las reglas de participación, 

El gobernador tabasqueño reconoció que el próximo será un año complejo, porque al tiempo que se prevén recortes presupuestales, en la entidad se requiere impulsar la creación de empleos. Inclusive descartó la posibilidad de hacer ajustes a la planta laboral de la burocracia, aunque estudia “medidas alternas”.

A decir de Núñez, “algunos de los beneficios fiscales de la Reforma Energética se empieza a apreciar, como el impuesto predial petrolero”. Pero a todas luces resultará insuficiente en un contexto en el que se plantean recortes drásticos.

Precisamente en estos días, el Instituto de Administración Pública (IAP) que dirige Ángel Solís, realizo taller para orientar sobre la nueva realidad presupuestal ante la disminución de excedentes petroleros, el recorte de los recursos, la compactación y desaparición de programas federales. El especialista José Manuel Flores Ramos adiestró a los funcionarios estatales sobre la mayor eficiencia y eficacia de los recursos.

En forma simple se puede decir que el famoso “presupuesto base cero” parte del hecho de que ya no habrá recursos pre asignados. Cuando escuchamos que se requerirán “mayores sacrificios en todos los sectores y actividades” ya sabemos de qué se habla en un país con más del 50 por ciento de pobres. 

Este año por la falta de ingresos petroleros se tiene un ajuste presupuestal de 124 mil millones de pesos. Y se espera otro de 135 mil millones de pesos.

Según dijo uno de los diputados, la finalidad del nuevo presupuesto “es el análisis de cada uno de los programas de gobierno para su plena justificación, reagrupación o eliminación de aquellos que no se justifican o que no han cumplido su propósito”.

UN HOMBRE QUE FUE

A PROPÓSITO del fallecimiento de Jacobo Zabludovsky, me fue solicitada una opinión por parte de Román de la Cruz para Radio Capital. Esto fue parte de lo que dije: 

No voy a hablar de un hombre fallecido, sino del periodista vivo. De lo que hizo y fue Jacobo Zabludovsky. Como bien dijo alguna vez Nelson Mandela: perdonen, pero no olviden.

Así diría yo en esta ocasión. Me parece que Jacobo Zabludovsky siempre fue un hombre del sistema. Fue un portavoz de un sistema autoritario en los años sesentas y setentas, se convirtió a la pluralidad cuando el sistema cambió, o entró en proceso de cambio. Este personaje se acomodó a los tiempos, no se transformó.

Durante el final de los sesentas y en los años setentas fue un instrumento fundamental en el engranaje del sistema no sólo autoritario sino brutalmente represivo.  Hay quienes justifican que no había otra opción, pero existen muchos ejemplos valiosos de personas que construyeron un país más abierto sin ser famosos, ni recibir premios.

Como bien escribió Vicente Leñero, “aunque hoy parece olvidarlo todo nuestra sociedad sin memoria, existen testigos que conservan esa imagen de Jacobo Zabludovsky en las viejas pantallotas de sus televisores”.

Pero, recordó Leñero, a Jacobo Zabludovsky “se le tenía desconfianza y hasta temor por la manera de tergiversar los hechos haciendo creer a su audiencia que la realidad era así como él —“objetivo y veraz”— la transmitía a diario”.

Me parece que el país cambió y está cambiando precisamente porque hubo y hay periodistas distintos, opuestos, a lo que fue aquel personaje estrella de la televisión mexicana definida por sus propios dueños como una televisión que era soldado del PRI.

Todavía recuerdo el papel que jugó en tiempos fundamentales para el país como la masacre del 1968, la matanza de estudiantes del 10 de junio de 1971, aún durante la ruptura del sistema en 1988.

Recibió más de 40 premios, y seguramente recibirá más de manera póstuma en un país y en una sociedad que aplaude el olvido, que está construida sobre el arrepentimiento tardío. 

Lamento su muerte como lamento la de un ser humano, cualquiera que sea su condición, pero prefiero la acción oportuna, en el momento más vital de la existencia, que un arrepentimiento tardío.

 

En el año 2010 la revista Gatopardo, una de las más ameritadas de nuestro continente, lo definió como “el legendario conductor del noticiero 24 horas de Televisa y representante del tipo de periodismo solemne, oficial y siempre en línea directa con el gobierno”.

 

AL MARGEN

MUCHAS son las expectativas por la designación de un nuevo secretario de Seguridad Pública. Hay que colocarlas en su contexto. El general Sergio Martínez Luis tendrá, en principio, que hacer perceptible el cambio: no puede desaparecer el delito, pero sí disminuir la impunidad. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )