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*El cruzamiento de factores e intereses sociales, policiacos y…políticos

*SSP: No sólo un cambio de mando, sino la recuperación del mando

*La lección de Grecia: no se pueden imponer medidas contra el pueblo

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

AFIRMÓ ayer el gobernador Arturo Núñez su decisión de “dar máxima prioridad y urgencia a la prevención del delito y la lucha contra la delincuencia”. Llama la atención su señalamiento en el sentido de que los esfuerzos realizados en esta administración por gobierno y sociedad “quieren ser puestos en riesgo por personas que han decidido tomar el camino de la ilegalidad”.  Estos dichos permiten una diversidad de interpretaciones. 

La cuestión de la inseguridad en Tabasco tiene, desde la apreciación de este columnista, varios tiempos.

Uno, sin duda importante, es el rezago histórico y el acumulado de factores que hacen que una sociedad sea más o menos estable, segura, justa. Nuestra sociedad padece marginación, pobreza y falta de identidad. En esto tiene que ver en Tabasco fundamentalmente la irrupción de la economía petrolera o petrolizada. Un proceso en el que ha existido también un importante cambio demográfico y una modificación de la distribución del ingreso. 

Otro elemento es el fenómeno nacional –y sin duda mundial- de la expansión del crimen organizado y el debilitamiento de las instituciones. Lo que los especialistas llaman en este caso el repliegue del Estado de Derecho. Para los estados fronterizos como Tabasco, la migración represente un desafío adicional.

Junto con el desmantelamiento de las instituciones se observa un deterioro acelerado de los cuerpos policiacos, sea por corrupción, descuido, inercia, impotencia, etcétera. Pero también porque en esas circunstancias se hicieron propicios los acuerdos no escritos entre un sector de los encargados de combatir el delito y los delincuentes, como lo ha establecido el especialista Edgardo Buscaglia. Tabasco no es ajeno a esta dinámica que tiene décadas pero que hizo crisis a partir de las malas decisiones de Felipe Calderón.

Esto nos lleva –siempre según mi modesta apreciación- al caso tabasqueño y al caso de cualesquier otro estado que haya pasado por un proceso de alternancia en el gobierno: las viejas estructuras e intereses resisten el cambio, se rompen los pactos no escritos.

Para quienes dejan el poder, o para quienes tenían expectativas mayores o de beneficios particulares (algunos legítimos otros ilegítimos), lo primero que buscan atacar es la confianza y la credibilidad. La seguridad pública es un área sensible. Si a esto añadimos titubeos en el mando particularmente policiaco, lo que sigue es una crisis o la apariencia de una crisis.

 

REVUELTA Y ANUNCIO

 

FUE HACE casi un año, cuando se registró en el estado una revuelta policiaca y una larga huelga. No era la primera. Durante el gobierno de Roberto Madrazo, lo mismo que en las administraciones de Manuel Andrade y Andrés Granier otras movilizaciones fueron un indicador de que algo o mucho no funcionaba. Lo más grave sucedió cuando varios jefes y ex jefes policiacos fueron detenidos y procesados.

En fechas recientes -como decía de manera inusual-, se incrementaron los delitos comunes y la violencia con la que estos eran cometidos. Hubo quienes consideraron que esto no se explicaba con la lógica interna de la dinámica criminal, sino por un condicionamiento paralelo que tenía que ver con la inacción de algunos elementos policiacos. Algo así como “dejar hacer” a la delincuencia para forzar la salida del general Audomaro Martínez. Podría ser mera especulación, pero es una hipótesis que no puede descartarse.

Ahora bien con la llegada del general Sergio Martínez Luis, ayer se realizó un acto público para la presentación de una serie de acciones de prevención del delito y el combate a la delincuencia. Son acciones emergentes e inmediatas, se dijo. Sin descartar la necesidad de medidas a mediano y largo plazos.

Martínez Luis detalló algunas “líneas de acción” para una “primera estrategia” que comenzaría en el municipio de Centro para luego extenderse a todo el estado. Un hecho relevante es la manera como se presentaron las medidas tanto de la Secretaría de Seguridad Pública como de la Fiscalía General. Podría decirse que se decidió atender a la percepción de la gente, mandar el mensaje de que comienza una nueva etapa. 

Como le decía en otra ocasión, la percepción se nutre de los hechos (en el caso que pretende atenderse, los hechos delictivos) pero también de lo que se denomina la “narrativa mediática” de los asuntos de seguridad. Esto es, la forma de presentar los éxitos y los fracasos, las acciones y las omisiones. 

Uno de los aspectos más importantes de la seguridad es la percepción que la población tenga de la eficacia y de la presencia de la policía. Transmitir confianza, dar seguridad, rescatar los lugares tomados por la delincuencia, ofrecer una presencia oportuna de la autoridad, son fundamentales para combatir al delito.

Hay también circunstancia sociales, pero me parece que en el caso de Tabasco no podemos ignorar los aspectos políticos. Un cambio en el viejo sistema de control, muchas veces basado en la corrupción y el burocratismo, debilitó el mando en toda la estructura gubernamental. Pero sus efectos son más sensibles, mucho más visibles, en la seguridad de las personas.

Podría decirse que no se trata sólo de un cambio en los mandos sino sobre todo en una recuperación del mando. Si hay un área que requiere disciplina y eficacia es precisamente la policía.

 

EL “NO”, EN GRIEGO

 

LOS GOBIERNOS se resisten a someter a referéndum sus decisiones. Mucho menos cuando estas tienen que ver con “los ingresos” y el presupuesto. Así lo establece específicamente, por ejemplo, la Suprema Corte en México con su argumentación para rechazar la consulta en materia energética. Recordemos que eso sucedió hace unos meses.

En Grecia por el contrario, el gobierno de la coalición Syriza consultó sobre nuevas medidas de austeridad que le exigían los gobiernos y bancos europeos obligándolo a pagar créditos que esos mismos gobiernos otorgaron irresponsablemente. Te presto para embargarte, una mecánica simple y depredadora.

Sesenta de cada cien griego dijeron “No” a las condiciones impuestas desde el exterior. Alemania y Francia tuvieron que reconocer que estaban ante un mandato democrático. 

Paul Krugman, el polémico premio Nobel de Economía publicó en El País (Madrid): “acabamos de ver a Grecia levantarse contra una campaña de acoso e intimidación..” Los bancos y gobiernos no sólo quisieron poner de rodillas a Grecia sino deshacerse de su gobierno, apuntó. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )