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*En Oaxaca, una batalla anticipada; en puerta las elecciones

*La coordinadora de maestros, Gordillo, PRI y opositores

*La fallida descentralización educativa; los feudos estatales

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

EN OAXACA, el gobierno de Gabino Cué decidió cerrar el Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO), fundado en 1992 para asumir las tareas de escolaridad básica y media superior que antes estaban bajo responsabilidad federal. En otras entidades lo que se crearon fueron las secretaría de educación estatales. El gobierno de Carlos de Gortari había ordenado la denominada desconcentración de la SEP. Un proceso que había iniciado desde Miguel de la Madrid en los años ochenta.

Con la desaparición del IEEEPO en Oaxaca, el gobierno de Gabino Cué también decretó la integración de otro organismo con el mismo nombre pero con una estructura diferente.

Este suceso, según estudiosos y opinadores, representa un severo golpe a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), organización opuesta al SNTE que hasta hace unos meses controlaba Elba Esther Gordillo.

 

SIN PETRÓLEO Y CION DEUDAS

DESDE la crisis petrolera de los años setenta, en la época de José López Portillo, México se enfrentó a la grave revelación de que no podía  sostener el derroche y la corrupción de la clase gobernante, al tiempo que las necesidades de la mayoría crecían. Cayeron nos precios del petróleo, bajó la producción y la respuesta del gobierno fue un brutal endeudamiento.

No era un hecho aislado: comenzaba una espiral de las grandes corporaciones para someter a países como México. El mecanismo era simple. Se había propiciado el derroche, aprovechado la voracidad de los políticos y empresarios para que hipotecaran al país. Una medida desesperada de José López Portillo (1976-1982) fue la nacionalización de la banca.

Cuando Miguel de la Madrid llegó a la Presidencia en 1982 devolvió la banca al capital privado, pero esto no salvó al país de pagar enormes indemnizaciones. Como parte de su programa de gobierno, De la Madrid impuso un severo programa de austeridad, recortó empleos y cerró oficinas. Inició lo que sería llamada la “desincorporación” de empresas públicas –la venta del patrimonio nacional en muchos casos-, y la descentralización de servicios como la educación y la saludad, antes bajo responsabilidad federal.

Con Salinas de Gortari en 1992 se continuó y concretó la “desincorporación”, así como el traslado de las responsabilidades federales a los gobiernos estatales. Hubo entidades como Tabasco que pudieron más o menos atender tanto la educación como la saluda gracias a sus ingresos por petróleo. A otros no les fue tan bien, como sucedió con Oaxaca, Guerrero y Chiapas, donde el resultado fue el incremento de la inconformidad magisterial.

Pero Salinas no sólo buscó quitarse la presión económico financiera, sino también la presión política.

Este fue el caso del poderoso sindicato de maestros SNTE, con casi un millón de afiliados en ese tiempo, y que durante mucho tiempo fue un brazo electoral de los gobiernos priistas.

FALLAS DE CÁLCULO

EN OAXACA, el entonces gobernador Heladio Ramírez (PRI), decidió en 1992 negociar con la sección estatal del sindicato de maestros. Para atender la educación pública creó el IEEPO, pero le entregó  el control a la Sección 22 del SNTE. La dirigencia sindical podía nombrar hasta el 80 por ciento de los mandos medios y superiores. Tendría, por supuesto, el control de la asignación de plazas.

Lo que no calcularon fue que en poco tiempo el control de la sección sindical dejaría de estar en manos de simpatizantes priistas para pasar al control de los opositores. La CNTE que había nacido a finales de los años ochenta en Chiapas y Tabasco se consolidó en zonas más pobres y con un magisterio más radical. Fue el caso de Oaxaca, Guerrero, Morelos y Valle de México.

En Tabasco, una hábil recisión de Enrique González Pedrero le quitó la bandera de los reclamos salariales a aquel movimiento naciente. 

Pero no sucedió lo mismo en Oaxaca. Con unos 83 mil integrantes actualmente, la Sección 22-CNTE del sindicato de maestros dio origen a un grupo de líderes que logró mantener el poder y acrecentarlo. Todos los gobiernos que siguieron en Oaxaca desde Diódoro Carrasco, pasando por José Murat y Ulises Ruiz (PRI) hasta Gabino Cué (coalición opositora), tuvieron que negociar con la CNTE. Aunque no faltaron los enfrentamientos, como aquella revuelta violenta del 2006 encabezada por la APPO.

Los pactos se redujeron a un intento de control político. Se abandonó la educación en aquel estado, los gobernantes prefirieron evadir la responsabilidad y los dirigentes de la CNTE-22 se lanzaron a buscar consolidar su fuerza en otros estados. Al final de cuentas formaban parte de un sindicato nacional y su lucha había iniciado para quitar el poder a un grupo encabezado por Elba Esther Gordillo, acusado de corrupto y antidemocrático.

No se debe ignorar que como parte de todo este proceso en el país hay una realidad: una creciente población sobre todo en extrema pobreza, la lucha por el poder político en los estados y ahora el intento del PRI –con Enrique Peña o quien sea- por recuperar el control del personal y los recursos destinados al sector educativo. A este rubro se le adjudican uno de los mayores presupuestos de la Federación y en los estados.

AL MARGEN 

UNA DE las primeras medidas de Peña Nieto fue encarcelar a Elba Esther Gordillo. Luego siguió la decisión de volver a centralizar el pago de la nómina de los maestros que hasta el 2014 estaba en manos de los gobiernos de los estados. La confrontación directa con la CNTE sólo era o es cuestión de tiempo. Recordemos además que en el 2016 habrá elecciones para gobernador en Oaxaca. Es uno de los estados clave para las votaciones presidenciales del 2018. Uno esperaría que lo más importante para los grupos en pugna fuera la educación, lamentablemente no es así. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )