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Home Escala Crítica LA PLURALIDAD NO DEBE SER CAOS; RETO DE UN GOBIERNO DE ALTERNANCIA

LA PLURALIDAD NO DEBE SER CAOS; RETO DE UN GOBIERNO DE ALTERNANCIA

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Entrevista con Núñez por la radio y la TV estatales; definiciones
*Un ejercicio con los compañeros Marlene Escandón y Víctor Ortiz
 
Víctor M. Sámano Labastida
Al inicio de su administración, el gobierno que encabeza Arturo Núñez reconoció la necesidad de “cambiar el estado de cosas existente”. Estableció como compromiso iniciar una transformación profunda de la política, la economía, la sociedad y la cultura, aprovechando lo que se conoce como la alternancia partidista, esto es el cambio de la coalición política en el poder por una de signo distinto. A casi la mitad del sexenio la población y el propio gobierno están en condiciones de apreciar en qué se ha avanzado y en qué no. Es tarea de los responsables de los recursos públicos explicar una y otra circunstancia.
El lunes por la noche, para concluir una etapa de la serie de entrevistas “Tabasco en la ruta”, trasmitida por la radio y televisión estatales (antigua Corat), este columnista junto a los compañeros comunicadores Marlene Escandón y Víctor Ortiz, tuvimos oportunidad de conversar largamente con el gobernador tabasqueño. La charla pública duró más de una hora. Antes ya habíamos entrevistado a los titulares de doce dependencias estatales.
Más que cifras y datos, era necesario obtener de Aturo Núñez una explicación , contextualización, argumentos, respecto a este primer tramo de su gobierno. Una administración que llegó al poder por el triunfo en el 2012 de una coalición encabezada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) pero compuesta por numerosas fuerzas políticas y por ciudadanos de las más variadas ideologías e intereses.
Subrayo esto último porque me parece necesario entender que a las dificultades y retos de tener a una coalición distinta en el poder, se sumaba el hecho de que esta coalición era o es demasiado diversa. Y en cierto modo terminó siendo dispersa, como se concluye del hecho de que uno de sus brazos históricos –el segmento encabezado por Andrés Manuel López Obrador- se desprendió para formar un nuevo cuerpo, el partido Morena.
En sentido estricto, esa ruptura inicial de López Obrador no era con el perredismo tabasqueño, donde su liderazgo era dominante; respondía a conflictos con una corriente asentada en el Distrito Federal, la llamada Nueva Izquierda encabezada por Jesús Ortega y Zambrano, popularmente denominada Los Chuchos y cuyas raíces se ubican en el antiguo Partido Socialista de loa Trabajadores (también PFCRN) de Rafael Aguilar Talamantes. 
APOYOS Y RESISTENCIAS
Habrá oportunidad para tratar de explicarnos por qué aquella ruptura se trasladó a Tabasco, lo cierto es que tuvo un impacto innegable en la nueva coalición que debía gobernar. En lugar de convertirse en su apoyo terminó siendo su oposición.
Al mismo tiempo, el gobierno de Arturo Núñez por ser resultado de una coalición que desplazó a otra que ya tenía varias décadas en el poder era previsible que se enfrentaría muchas resistencias. Así que a las condiciones halladas al asumir el nuevo gobierno de la alternancia –unas finanzas quebradas, un desorden administrativo, “un degradación de los valores fundamentales de la ética pública”, los rezagos acumulados-, en lo político tenía que enfrentar la resistencia y en no pocas ocasiones el sabotaje. 
Resulta lógico  -aunque no es justo para la población- que los derrotados traten de hacer ver mal a quien los sustituye, como en su momento lo hizo la oposición. Dar el salto hacia una oposición que proponga no es fácil en nuestra tradición política.
Le decía entonces que tuve –tuvimos con Marlene y Ortiz- la oportunidad de conversar en público durante más de una hora con el gobernador Núñez Jiménez. En el arranque planteé al mandatario una interrogante: “A reserva de hablar de algunos logros concretos y de lo que falta por hacer, usted ha insistido en la necesidad de pasar del gobierno de la alternancia al de la construcción de una alternativa. ¿Se ha logrado esto y cómo se reflejaría en beneficio de la sociedad?”
Esto dio paso a una reflexión de Núñez sobre cómo en la primera parte de su sexenio “entre todos” hemos logrado hacer de la alternancia una oportunidad para construir un diálogo político que antes era inexistente en Tabasco. Se recordará que los dirigentes de los partidos rechazaban incluso “tomarse la foto”. Se ha documentado cómo en nuestro país y no sólo en la entidad existe tan desconfianza que cualquier pacto o acuerdo es visto como una transacción desleal.
Reconoció Núñez que el esfuerzo para superar el pesimismo y desánimo de los habitantes de Tabasco no depende de un solo hombre, sino de todo el pueblo y de un equipo. Precisamente un tema recurrente es interrogarse si el equipo que lo acompaña ha estado a la altura de las exigencias del cambio.
Como la pluralidad llegó para quedarse –comenzó en 1991 con las primeras alcaldías sin mayoría priista y se consolidó con el relevo de partido en el gobierno en el 2013-, comentamos con Núñez la importancia de que la población perciba esta pluralidad no como un sinónimo de caos y confrontación sino “de acuerdos y que la política se refleje en resultados”.
A la vista de que el año próximo no habrá una mayoría definida en el Congreso local y que en los municipios serán presidentes municipales ciudadanos procedentes de cinco partidos distintos (por lo menos en sus siglas) será necesario un efectivo e intenso diálogo, la negociación y la construcción de acuerdos. 
Hubo cifras en la entrevista con Núñez, como las hay en el informe entregado  los diputados y como las hubo en su mensaje en el Centro de Convenciones el domingo. A veces se acostumbra que los informes sean un largo catálogo de cifras, muchas veces difíciles de comprobar por parte de los ciudadanos comunes.
Aunque por fortuna ya existen ahora muchos mecanismos de transparencia, control, y supervisión. Aunque no se ha eliminado totalmente el riesgo de que las cifras no correspondan a la realidad, sí han disminuido las zonas obscuras de los gobiernos. Por eso en la entrevista que le decía realizamos gobernador Núñez en particular me interesó que explicara el sentido de sus acciones y las metas. Seguramente habrá muchas entrevistas más, muchas intervenciones del gobernante porque está obligado y necesitado de trasmitir a dónde dirige sus acciones, con qué recursos y a qué ritmo.
 
AL MARGEN
LE COMENTO que posterior a la entrevista difundida por la radio y la televisión estatales, Arturo Núñez se quedó a eso de las 22:30 horas a convivir y conversar con los trabajadores y directivos de la Corat. Con este columnista el gobernador platicó sobre los ejemplos de caudillismo que hemos tenido en México y subrayó el sentido de “autocontención” del general Lázaro Cárdenas quien habiendo tenido la posibilidad de intentar ser el nuevo “jefe máximo” optó por dar paso a un presidente civil. 
Por cierto la del martes fue una jornada larga y extenuante. Núñez había comenzado sus actividades muy temprano, a las 10:00 horas realizó una gira en Tacotalpa; a las 19:00 acudió a la entrega de los Malinalli y a las 21:15 destinó una hora para la entrevista. Era casi la medianoche cuando nos despedimos.
 
 

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