Escala Crítica/Columna diaria
*Necesario evitar la quiebra de los sistemas de seguridad social
*Sin sobresaltos, la rectoría en la UJAT; continuidad de Piña
*Solaztequistas y morenistas, estructuras electorales débiles
Víctor M Sámano Labastida
EL SISTEMA de pensiones está en riesgo. Se podría decir que todo el esquema conocido de seguridad social entró en crisis. Un tanto por la aplicación de las llamadas “políticas neoliberales”, basadas en la ordeña al máximo del trabajo asalariado y el desmantelamiento del antiguo “Estado benefactor”, otro tanto por la voracidad de las élites gobernantes y por un problema estructural de un esquema que se mordió la cola: cada vez menos trabajadores cotizan y cada vez más retirados cobran. Esto sucede en México y en el mundo.
En una colaboración anterior (“¿México quebrado?, la papa caliente de las pensiones”, Escala Crítica 11/I/2016), referí una serie de datos extraídos de estudios financieros publicados entre 2013 y 2015 por el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), The Wall Street Journal (WSJ) y la revista Forbes (RF). La advertencia es preocupante: en un plazo de cinco años el sistema de pensiones puede llegar a la quiebra. Nada para los trabajadores, una jubilación incierta.
Recogí el dato de que para tapar el agujero en las finanzas estatales, “cada año el gobierno mexicano toma 528 mil millones de pesos equivalentes a 3.8% del PIB, del dinero que debería ir a dependencias federales, como las secretarías de estado”. Este es un asunto que debe ser abordado con seriedad.
En Tabasco, el ISSET tiene que atender actualmente a unos 82 mil asegurados. Esto significa para el sistema dar servicio a unas 250 mil personas.
Si bien es cierto que desde el principio de esta administración se anunció que era urgente una reforma al ISSET, es ahora cuando el debate sale a la calle. La nueva Ley fue aprobada el pasado 23 de diciembre; los trabajadores la comenzaron experimentar en la primera quincena de enero.
Los empleados públicos inconformes y sus dirigentes se quejan de descuentos excesivos y por la ampliación de las condiciones de retiro; el director del ISSET, Agapito Domínguez, y el secretario de Finanzas Amet Ramos, aseguran que esa institución se recibió prácticamente quebrada. Cuando inició la actual administración ya no existía el fondo de pensiones y se le tuvieron que destinar 800 millones de pesos anuales. Esto significa que en tres años el sistema absorbió unos 2 mil 400 millones de pesos.
Los diputados Marcos Rosendo Medina y Juan Manuel Fócil propusieron una revisión de la ley y un diálogo intenso con los trabajadores y sus representantes. El diputado Manuel Andrade propuso la comparecencia en comisiones de los titulares del ISSET y de Finanzas.
Un tema que tiene varias aristas. Obliga pensar en lo inmediato, pero sobre todo en el futuro. Valdría retomar un dato escalofriante ya referido en esta columna: “Quienes hoy tienen entre 25 o 35 años en México serán adultos mayores en 2050, y para entonces habrá 13 mexicanos en edad de recibir una pensión por cada 10 jóvenes laboralmente activos y aportantes al sistema. O dicho de otra manera: por cada pensionado habrá sólo tres trabajadores activos” (WSJ/2014). En Tabasco, con una de las mayores burocracias del país, el destino fue rebasado.
NO HUBO SORPRESAS
COMO se había previsto el rector José Manuel Piña Gutiérrez fue designado para un nuevo periodo al frente de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT). Estará en el cargo hasta enero del 2020, fecha en que legalmente concluirá esta nueva etapa de cuatro años.
La Junta de Gobierno de la UJAT confirmó que entre la terna integrada por Roberto Flores Bello, Carlos Álvarez González y Piña Gutiérrez, este último obtuvo el mayor respaldo para continuar en el cargo. Puede afirmarse que no es una sorpresa la reelección de Piña Gutiérrez quien desde su informe el pasado 6 de enero obtuvo el reconocimiento público del representante de la secretaría de educación federal. Así como del gobernador Arturo Núñez.
Habrá que recordar que entre los últimos siete rectores, cuatro han sido reelectos en el cargo. Por dos periodos consecutivos estuvieron Josué Vera Granados, Fernando Rabelo, Candita Gil y ahora Piña Gutiérrez.
Como usted sabe la universidad estatal, la UJAT, cuenta con la mayor matrícula concentrada de jóvenes y adultos estudiantes de educación superior. Tiene una población estudiantil de 55 mil estudiantes. Integra 59 licenciaturas, 30 maestrías y 10 doctorados.
Su reto es fortalecer la modernización ante la creciente exigencia en la calidad educativa y la competencia profesional. Pero al mismo tiempo, la sociedad, los empresarios, el impulso a las inversiones y al empleo tienen que ofrecer oportunidades de desarrollo digno a los egresados.
Para que esto ocurra la enseñanza que ofrezca la universidad y todas las instituciones de educación superior debe mejorar constantemente. Si bien es cierto que la UJAT deberá transformar su sistema de elección del rectorado, también es importante que la ratificación o renovación de las autoridades se realice en un ambiente de estabilidad.
ELECCIONES Y LECCIONES
LOS RESULTADOS de la elección extraordinaria en Colima deberán servir para que los partidos saquen lecciones esclarecedoras con miras no sólo a las doce contiendas para gobernador este año, también para sus aspiraciones en el 2018. El PRI construyó una coalición con el PVEM, partido que históricamente ha sido su socio, a la que sumó al Panal –que en Tabasco fue en alianza con el PRD en el 2015- y agregó al Partido del Trabajo, que en los comicios pasados en Colima sólo obtuvo el 1.71% de los votos pero que buscaba desesperadamente asegurar su registro.
El PAN quedó en segundo sitio, sin coalición alguna, a unos cinco puntos de distancia del vencedor. Este partido logró mantener en lo general sus simpatías electorales, aunque fue rebasado por la maquinaria tricolor. El Movimiento Ciudadano (PMC), se mantuvo en segundo lugar con un 12 por ciento, similar al proceso pasado; pero rebasó a otra franja de izquierdas que antes llevaba la delantera.
El PRD y Morena deberán registrar esta dura experiencia electoral. Los solaztequistas obtuvieron en las extraordinarias de Colima casi el mismo porcentaje que en el 2015, menos del dos por ciento (1.90%), en tanto que el lopezobradorismo no logró ni el uno por ciento, a pesar de que en junio pasado consiguió 1.27%. Puede existir una operación “desde el poder” para obstaculizar a la oposición, pero algo no está funcionando en la estructura electoral de estos partidos. (
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