Escala Crítica/Columna diaria
*Dos prioridades en la empresa petrolera: José Antonio, un cirujano
*En cinco años, 33 mil trabajadores menos y van por otros más
*Los impresos no desaparecen, pero están obligados a transformarse
Víctor M. Sámano Labastida
EN PEMEX viene “una cirugía mayor, una operación de caballo”, sostiene Alberto Barranco (El Universal, 10/II/2015). La llegada de José Antonio González Anaya a la dirección de la petrolera es –señala- que se tomó la decisión de poner a un financiero “forjado en los hornos de la Secretaría de Hacienda” en lugar de un ingeniero, “con la consigna de ajustar los números sin temor a la tijera”. No es la producción, son las finanzas (que no pueden estar disociadas).
Con matices, la mayoría de los comentaristas y analistas coinciden en que la salida de Emilio Lozoya es una señal de que se acelerarán los reajustes en Pemex, incluido el recorte de plazas. Sin ignorar, el debate que en algunos círculos provoca la presencia del ex director del IMSS por sus vínculos con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari: resulta que González Anaya está casado con Gabriela Gerard Rivero, hermana de Ana Paula, esposa de Salinas. También, por la vía paterna, está relacionado con las empresas petroleras. En fin.
En declaraciones al informativo Primero Noticias, el nuevo titular de Pemex dijo que “las prioridades, que son difíciles, son estabilizar la plataforma, y esto lleva tiempo”, pero también “hacer los ajustes (…) necesarios en los costos y en las prioridades de inversión en Pemex para darle la viabilidad y la rentabilidad que debe tener como el primer contribuyente del Gobierno Federal”.
Dar rentabilidad a Pemex. ¿Cómo, en una circunstancia del mercado en el tobogán?, ¿con una empresa de muy altos costos y con nuevos competidores, pero sin capacidad real para competir?
EN EL POZO PROFUNDO
EN UN REPORTE para el Financiero (09/II/2015) Karla Rodríguez nos recuerda que “la producción de Pemex cayó 11 por ciento, al pasar de 2 millones 547 mil barriles diarios en 2012 a 2 millones 266 mil barriles diarios al cierre del año pasado”. Cita a Gonzalo Monroy, de la consultora energética GMEC, quien opina que “lo más importante ahora no es la reingeniería financiera de Pemex, lo más importante es la reingeniería de largo plazo para aumentar la producción”.
Para Monroy, en la parte financiera González Anaya tendrá el apoyo del gobierno federal, pero el asunto de un aumento en la producción corresponde a la empresa. En efecto, complicado en circunstancias cada vez más críticas de agotamiento de los antiguos yacimientos y alto costo de los nuevos.
Mucho más drástico, Sergio Negrete Cárdenas apuntó: “en meses recientes se confirmó que Pemex no necesita un médico que haga milagros y cure moribundos, sino un enterrador que reconozca un cadáver, y que entre más rápido se ponga en un ataúd y bajo tierra menor es el riesgo de putrefacción, aparte del contagio presupuestal a su único dueño: el gobierno federal”.
Así, subraya, en el nuevo director “debe verse el nombramiento de un síndico que pilotará el virtual proceso de quiebra”.
RECORTE A FONDO
LO QUE VIENE en lo inmediato es una dura negociación con el sindicato petrolero, o lo que queda de éste. Por un lado el tema de las pensiones y jubilaciones, que bien conoce Sánchez Anaya por su fogueo en el IMSS, y por otro lado el de las liquidaciones.
Un cálculo extraoficial indica que del 2010 al 2015 en Pemex fueron jubilados o liquidados 32 mil 899 trabajadores, sindicalizados y de confianza. Pero a pesar de este recorte, el peso de la planta laboral ya no se corresponde con las actividades que la petrolera tendrá en el futuro.
Hasta finales del 2015 se estimaba que la antigua empresa monopólica contaba con 135 mil 228 asalariados. Para este año, conforme a lo presupuestado pretendía reducir en 10 mil 630 plazas. Todo indica que el proceso se acelerará, aunque también tendrán que revisar otro hecho: hasta el tercer trimestre del año pasado el número de jubilados equivalía al 55 por ciento de los trabajadores activos. Una medida ha sido modificar el régimen de pensiones hacia cuentas individuales, como se está haciendo prácticamente en todo el sistema laboral.
Pero lo que ocurre y ocurrirá en Pemex trasciende a la empresa. Ya veremos cómo.
DE ANIVERSARIO
HOY se cumplen 57 años de la fundación del diario Presente, un periódico establecido en febrero de 1959 por Jorge Calles Broca. Es un matutino que surgió en una época en la que las comunicaciones masivas en Tabasco eran muy limitadas, cuando apenas comenzaba en el estado el uso del teléfono, la radio y la televisión tenía un uso reducido por las dificultades técnicas y las características de la geografía y la economía local.
En estos 57 años muchas publicaciones impresas han surgido y otras tantas han desaparecido. Podría decirse que el diario Presente se coloca en la línea de la tradición en el sureste de periódicos como Diario de Yucatán en Mérida (mayo de 1925) o el diario El Dictamen de Veracruz (1898, reconocido como el decano de la prensa nacional).
Un hecho relevante es que estos periódicos han tenido que actualizarse y adecuarse a un sistema de comunicación cambiante, en el que la información por vía satelital, por las herramientas de internet, representa una enorme competencia.
La importancia de que un diario como Presente (Villahermosa, Tabasco, 1959) llegue a sus 57 años, destaca porque en varias partes del mundo grandes y poderosos periódicos impresos han desaparecido.
Sin embargo, hasta la fecha, por lo menos en México, la información impresa, la que se puede consultar en el papel, sigue teniendo mayor credibilidad –o por lo menos puede someterse a la prueba de la credibilidad- e incluso mayor valor legal.
El debate sobre el futuro de los periódicos impresos y sobre el futuro de los periodistas (y los lectores) ocupa miles de horas y las seguirá ocupando. Por ahora, me quedo con dos preguntas hechas por Diana Múgica (Diario Gestión) a Aldo van Weezel, consultor del International Institute for Media Development, y las respuestas del especialista:
PREGUNTA.- ¿Cuántas veces ha muerto el papel en las predicciones?
RESPUESTA.- Muchísimas veces, ha habido muchos vaticinios de muerte. Creo que los medios escritos no van a morir, creo que sí van a cambiar, eso no es vaticinio, es una realidad. Creo que serán más segmentados, más especializados, de nichos.
PREGUNTA.- ¿Por qué no desaparecen?
RESPUESTA.- Porque son una marca muy potente. Los lectores necesitan saber que la información que reciben es veraz, es creíble, un valor primordial para la prensa. Y eso está relacionado; eso el lector percibe que lo consigue con una marca como los diarios.
Conclusión: no van a desaparecer, van a cambiar.
Aprovecho para felicitar y agradecer a los lectores que hacen posible este intercambio. (
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