Escala Crítica/Columna diaria
*En la agenda: el narcotráfico, la violencia, la pobreza y los migrantes
*Cárceles: en cinco años, unos 300 muertos en enfrentamientos masivos
*Candidatos a Centro: conocidos por sus campañas y por su desempeño
Víctor M. Sámano Labastida
LA VISITA a México del Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, jefe de la iglesia católica, ha despertado una explicable expectativa entre los creyentes y no creyentes. Se explica porque es el líder actual de más de mil 200 millones de seguidores en unas 23 iglesias diversas y dispersas en el mundo.
El interés no sólo se debe a su indudable liderazgo y a la intensa publicidad en torno al personaje, sino en este caso porque el Papa Francisco se ha caracterizado por tener posiciones muy críticas.
En México se reunirá con grupos indígenas. Seguramente reiterará lo que dijo en Bolivia en julio pasado cuando pidió perdón por los crímenes contra los nativos durante la colonia española (y los que continúan).
Otro tema obligado será el caso de los migrantes. Tema al que ya se refirió en su visita a Estados Unidos en septiembre del 2015. El líder católico abogó por los migrantes y pidió que cesaran las agresiones contra quienes tienen que abandonar sus hogares en busca de un mejor futuro.
En Estados Unidos hay posiciones cada vez más radicales en contra de los migrantes, a pesar de que es un país surgido de la migración europea. Las madres de los migrantes centroamericanos han calificado a México como un “laberinto criminal” y calculan hasta en 120 mil a los centroamericanos desaparecidos a su paso por nuestro país desde 2006 a la fecha. (Carta al Papa Francisco, 11/II/2016).
Otro tema en la agenda del Papa Francisco es la violencia contra las mujeres, precisamente visitará una región destacada por los feminicidios, Ciudad Juárez. Pero la violencia es mucho más amplia. El jefe de la iglesia católica ya adelantó que traerá su mensaje de paz en un México de corrupción, tráfico de drogas y de los cárteles, de violencia. Los mexicanos –señaló en un mensaje desde El Vaticano- “están viviendo un pedacito de guerra”.
Las organizaciones sociales buscan colocar en la agenda del líder religioso la demanda por los desaparecidos y secuestrados (calculados oficialmente en más de 25 mil personas) y contra la impunidad (98 por ciento de los crímenes no se castigan).
Habrá que llamar la atención sobre un hecho: la disminución en su porcentaje de creyentes católicos, por lo menos en nuestro país.
El Censo de población del 2010 elaborado por el INEGI registró que en México el 84 por ciento de la población es católica; El Vaticano sostiene que 91 de cada cien mexicanos son fieles a su iglesia.
Elio Masferrer, especialista en estudio de las religiones, considera que ninguna de esas cifras es acertada. Sostiene que el porcentaje de católicos en nuestro país no puede ser más de 73 de cada cien; advierte que mientras en 1980 hubo casi 77 por ciento de matrimonios por la iglesia, en el 2008 esta cifra bajó al 53 por ciento.
Roberto Blancarte de El Colegio de México, ha dicho que en nuestro país las iglesias protestantes son ya más del 8 por ciento del total.
El jefe del Vaticano busca recuperar la presencia de la iglesia católica en México y también en Latinoamérica. Lo interesante es que no rehúye los temas polémicos de la pobreza y la violencia. No podría hacerlo si quiere conservar y aumentar su autoridad.
TRAMPAS MORTALES
LA VÍSPERA de la llegada del Papa Francisco a México estuvo marcada por una grave tragedia. Una entre otras: los enfrentamientos en el penal de Topo Chico, Nuevo León, donde fallecieron unas 49 personas.
La versión oficial es que se trató de la batalla de dos bandas para controlar el reclusorio en donde se encuentran reos comunes y también de alta peligrosidad. Si bien se trata de uno de los sucesos más violentos en los centros de reclusión, lamentablemente no es el único, además de que en las cárceles hay crímenes y agresiones cotidianas.
Todavía algunos medios de información recuerdan los motines y enfrentamientos en tres cárceles del país que reportaron en el 2012 también una alta cantidad de muertos: en Gómez Palacio, Durango; en Apodaca, Nuevo León y en Altamira, Tamaulipas. El total de muertos en estos tres penales tan sólo en ese año, 2012, fue de 99.
En los últimos cinco años, en peleas masivas e intentos de fuga en los penales del país se reconocen hasta 300 muertos. Sin contar los crímenes en solitario.
Quizá para algunos el tema no tenga relevancia porque se trata de personas que están en la cárcel. Pero resulta grave por varias razones: una porque México se empeñó en el combate a la delincuencia pero esto resulta complicado si no se cuenta con un sistema penitenciario efectivo.
Tan sólo en la capacidad física para internar a los delincuentes o presuntos culpables existe una sobrepoblación de más de 60 mil reos. Pero además se estima que el 40 por ciento de los encarcelados no tienen sentencia, lo que hace que mucho de los internos sean realmente inocentes.
Por eso le decía que la tragedia de Topo Chico rebasa la cuestión de los delincuentes peligrosos y tiene que ver también con la eficacia del sistema penal y de seguridad.
MÁS CONOCIDOS, ¿VENTAJA?
TERMINÓ la primera semana en las campañas de los aspirantes a la presidencia municipal de Centro, con sede en Villahermosa. La visita del Papa Francisco opacó en cierto sentido la propaganda de los partidos y sus candidatos; otros han retomado los temas de la agenda del líder católico para tratar de atraer el interés de los votantes. Aunque Tabasco es uno de los estados menos católicos del país.
De los aspirantes a la alcaldía de la capital tabasqueña los más visibles por los recursos, la estructura partidista y activistas disponibles son Gerardo Gaudiano, del PRD; Octavio Romero, de Morena y Liliana Madrigal del PRI. Pedro Contreras, como independiente, tiene muchas limitaciones en recursos.
Los candidatos que tienen una ventaja en el conocimiento de la gente son Gerardo Gaudiano y Octavio Romero.
Gaudiano ha participado por lo menos en dos campañas electorales una para diputado federal y otra para alcalde, además de que fue dirigente municipal del PRD.
Por su parte Romero Oropeza tiene el antecedente de tres campañas directas en las que fue candidato a diputado federal, dos veces candidato a alcalde y ex dirigente de dos partidos a nivel estatal, PRD y Morena.
Aunque Liliana Madrigal ha participado en tres campañas para diputada y también ha tenido cargos partidistas, tiene que remontar en presencia. Veremos. (
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