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Home Escala Crítica EN TABASCO, UNA SOPA DE ALIANZAS; ADVERSARIOS AYER, ASOCIADOS MAÑANA

EN TABASCO, UNA SOPA DE ALIANZAS; ADVERSARIOS AYER, ASOCIADOS MAÑANA

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Laboratorio de pactos en busca de votos, experimentos partidistas
*Las segundas vueltas eliminan a partidos sin representatividad
*Poco tiempo para los reacomodos; contra la confusión del electorado
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
¿ES LA AGENDA de los ciudadanos la misma que la de los gobernantes y la de los políticos? Vivimos tiempos que para algunos son de definiciones y para otros de confusiones. Hay quienes han encontrado una nueva veta en la crítica a los partidos, pero para proponerse como una alternativa “independiente”. Pero no necesariamente es una crítica auténtica sino otra puerta para tratar de ganar elecciones, aunque no
 ganen el poder.
 
Le comenté en este espacio que en un sentido de principios las alianzas político partidistas deberían ser resultado de una reflexión sobre las posibilidades de un objetivo: el cumplimiento del proyecto de un partido, una alianza de clases, una definición programática. El análisis de las posibilidades tendría que ser de preferencia colectivo, producto de una discusión interna y no de una decisión cupular. Sobre todo para los que se reclaman como demócratas.
 
UNA DIVERSIDAD FICTICIA
EN EL AÑO 2000 hubo en la arena de la contienda electoral once partidos políticos. Como se trataba en realidad de una diversidad ficticia, estas organizaciones se agruparon básicamente en torno a tres candidatos presidenciales: PAN y Partido Verde con Vicente Fox, PRI con Francisco Labastida y PRD, PT-Convergencia-PAS y PSN con Cuauhtémoc Cárdenas. Cinco de los once partidos o proyectos de partido no sobrevivieron. 
En Tabasco se dio el exceso de que en ese mismo año se inscribieron ¡once candidatos a la gubernatura! El resultado fue que siete de esos partidos no consiguieron ni el 0.5 por ciento de la votación, otro más apenas si llegó al uno por ciento. Electoralmente ocho partidos simplemente no existían.
En aquel año sucedió lo que ahora: hubo necesidad de una segunda vuelta por la anulación de las elecciones. Aquella fue por la gubernatura, la del 2015 por la alcaldía de Centro.
En la segunda vuelta para el gobierno de Tabasco en el 2001 se reagruparon los partidos y se presentaron dos bloques competitivos: uno encabezado por el PRI y otro por el PRD. El PAN entonces apenas si registró un dos por ciento de la votación total.
Este 2016, en lo que sería la segunda vuelta por la alcaldía podemos observar la presentación de tres bloques competitivos, por lo menos si consideramos en parte los resultados de junio del 2015 (anulados)  y las tendencias históricas del electorado. Un bloque encabezado por el PRI, otro por el PRD y uno más por Morena.
Ocurre sin embargo algo que marca la tendencia de los años recientes: una serie de alianzas que los ciudadanos comunes no asimilan fácilmente. El desconcierto se convierte en la marca de la contienda.
 
LO INUSUAL ES LA REGLA
LE COMENTÉ en este espacio y en mis colaboraciones de Radio Fórmula (11/II/2016) que para las elecciones extraordinarias observamos alianzas y coaliciones, acuerdos y pactos que en otros tiempos resultarían inexplicables.
Son convenios partidistas difíciles de aceptar entre los ciudadanos a quienes los partidos y candidatos convencen o tratan de convencer que los malos de la película están en el otro lado. En sólo siete meses cambiaron totalmente las tendencias y afinidades.
Sólo el partido Morena fundado por Andrés Manuel López Obrador mantiene su línea política de ir sin aliados formales entre los partidos. Se explica porque la ley le obliga a acudir a lo que estrictamente es su primera elección por su cuenta y riesgo, pero también porque busca forjarse un perfil. Pero en sentido estricto Morena y su candidato Octavio Romero sí acuden con una alianza. Se trata de la acordada con un sector disidente del PRI que encabeza Evaristo Hernández y que en junio pasado fue adversario. Es una asociación polémica que en todo caso se explica como una medida pragmática de sumas y restas.
La diputada federal con licencia Liliana Madrigal como se sabe va en una candidatura común entre el PRI, Partido Verde y Panal. Los dos primeros Son dos partidos que históricamente se han asociado –salvo en el 2000 que el Verde hizo alianza con el PAN y que repitió en el 20015 en Tabasco. 
En junio pasado, el PVEM enfrentó duramente al PRI de tal forma que creció a expensas del tricolor y con la inclusión de Rosalinda López, una ex militante del PRD, como candidata. No se ignora que la mayor parte de los votos que perdieron el tricolor y su candidato Hernández Cruz fueron a parar al Verde. Un partido que pasó de 9 mil 863 votos en el 2012 a 38 mil 593 en el 2015. Una multiplicación extraordinaria que podría desinflarse en marzo próximo.
Aunque el PAN y PVEM integraron una coalición en las presidenciales del 2000 y han ido del brazo en otros estados, los “verdes” son socios históricos del PRI por eso el pacto electoral de junio pasado resultó tan insólito como temporal.
Otro actor menor en la candidatura común de Madrigal Méndez es el Panal, que hace siete meses apoyó a Gerardo Gaudiano. Es un partido que en todo el país se caracteriza por las más sorprendentes alianzas coyunturales. Según para dónde crean que sopla el viento.
Hay otra alianza “de facto”, esto es en los hechos, entre el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que postula a Gerardo Gaudiano y el Partido Acción Nacional. Es algo que no se pudo haber imaginado en Tabasco por lo menos hasta hace unas semanas, porque el PRD y el PAN no sólo se combatieron entre sí, también en junio pasado como le decía el PAN fue en coalición con el Partido Verde.
Aunque no es la primera alianza del PRD y el PAN en el país. Fueron juntos en el 2010 en tres estados lo que les representó ganar las elecciones pero no el poder: Oaxaca, Puebla y Sinaloa. Este año probarán suerte en Oaxaca, Veracruz, Zacatecas y Durango, con un mismo candidato a gobernador.
A Gaudiano lo tienen como candidato común PRD y Partido del Trabajo; anunciaron su respaldo las dirigencias del PAN y Movimiento Ciudadano, aunque no estarán en las boletas, otra medida inexplicable porque están en juego recursos y votos. 
Al comentario de que Tabasco es una especie de laboratorio electoral no faltó quien respondiera que es en realidad tan sólo una cocina electoral.
AL MARGEN
ANDRÉS MANUEL López Obrador cumplió ayer su primera jornada de apoyo a la candidatura de Octavio Romero en campaña. Su apuesta es alta: demostrar que Tabasco es territorio de Morena. Su partido debe resolver el reto de la estructura electoral, como sucedió con el PRD en el 2006. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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