www.ventanasur.com

*Coinciden Gaudiano, Romero, Madrigal y Contreras en mando único

*Desde botones de pánico, cámaras y empleos, hasta obsequio de patrullas

*Concentración demográfica, calidad y cantidad de agentes uniformados

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

LA SEGURIDAD pública y el combate a los delitos son asuntos cotidianos. Están en boca de todos. Pareciera que cada cual tiene una solución, hasta una varita mágica. Algunos de los protagonistas del debate parecen estar convencidos de que pueden exigir como oposición lo que no hicieron como gobierno. En las campañas de los aspirantes a la alcaldía de Centro se han esbozado algunas ideas generales en materia de policía y gobierno. La antigua discusión sobre si la capital tabasqueña necesita una policía propia quedó fuera de la agenda de todos los candidatos y sus partidos porque parecen estar convencidos de que en el futuro inmediato está la desaparición de las corporaciones municipales.

Para Villahermosa y los poblados del municipio de Centro la cuestión de la inseguridad no es nueva. El ayuntamiento llegó a contar con un lote de patrullas que tuvo que donar, allá por el trienio del 2007-2009, a la Secretaría de Seguridad Pública, porque estaban sin utilizarse, a punto de ser chatarra y porque calcularon que gastarían demasiado dinero en combustibles si decidían utilizarlas. Además de que no tenían personal. La última campaña que recuerde a una policía municipal como asunto en la agenda de los aspirantes para Centro fue en la del 2012. 

Esta cuestión quedó relegada. Y no porque hayan terminado las preocupaciones por la inseguridad. Desde finales del 2012 en un informe de la Secretaría de Gobernación, Villahermosa aparecía como una de las demarcaciones con alto riesgo de violencia. Fue incluida en el programa de la Segob para 57 municipios del país de atención prioritaria. Siete colonias de la ciudad aparecieron se incluyeron en los programas de “recuperación de espacios públicos”.

POLICÍAS Y MANDOS ÚNICOS

UNA COINCIUDENCIA que parece haber en los cuatro candidatos a la alcaldía actualmente en campaña es el llamado mando único, medida que implica la desaparición de los jefes policiacos municipales nombrados por el acalde, para ser designados con responsabilidad del Ejecutivo estatal. En Centro esto no representa mayor problema porque no existe una corporación de seguridad, como sí las hay en las otras 16 alcaldías.

Gerardo Gaudiano Rovirosa, abanderado del Partido de la Revolución Democrática –registrado también por el Partido del Trabajo- está a favor del mando único, pero sobre todo –dice-  de “un gobierno que se coordine, que no se pelee con el Ejecutivo estatal, y con el mandatario federal”. Sostiene que en su Plan de Gobierno, en el eje de seguridad, contempla la creación de comités sociales y vecinales de seguridad pública así como la instalación de botón de pánico en colonias. También refiere la integración para la capital de un grupo de treinta elementos profesionales en el combate al secuestro y la extorsión, así como más cámaras de vigilancia con recursos del SUBSEMUM.

Para Octavio Romero Oropeza, abanderado por segunda ocasión de Morena, el enfoque contra la inseguridad está en la reactivación de la economía y la creación de empleos. “No se va a disminuir (la delincuencia) con más policías y con violencia”, sostiene. Su propuesta además es apostarle a la educación de los jóvenes. Respecto al mando único, es previsible que comparta la opinión de Andrés Manuel López Obrador quien en marzo del 2012 se pronunció a favor de esa coordinación, por la profesionalización del servicio policiaco y el ataque a las finanzas de los grupos criminales. Sostiene el criterio de que todo pasa por el combate a la corrupción y el mejoramiento de los servicios.

La abanderada del PRI, Liliana Madrigal, candidata común del PVEM, por supuesto que apoya el mando único en el esquema propuesto por Enrique Peña Nieto, con la desaparición de las policías municipales. A ella correspondió una propuesta polémica: la donación de cien patrullas al Mando Único. De acuerdo a sus dichos la seguridad depende de una estrecha coordinación con el gobierno federal. “Vamos a entrarle al tema de la seguridad como no lo ha hecho ninguna administración municipal”, sostiene. También adjudica a la falta de inversiones y al desempleo el aumento de la delincuencia, lo mismo que al deterioro de los servicios. Ofrece un seguro contra robo a casas habitación “para contribuyentes cumplidos”.

Para Pedro Contreras, el candidato sin partido, la cuestión de la seguridad corresponde a los gobiernos estatal y federal; estima como un hecho el mando único, por lo que “no vamos a llegar a imponer nada”. En todo caso dice que exigirá a las autoridades que cumplan su obligación y promoverá una consulta para saber si la población quiere más cámaras, patrullas o cambios en la administración policiaca.

SON POCOS Y FALTA CAPACITACIÓN

COMO sucede prácticamente en todas las capitales, Villahermosa (Centro) no tiene una policía propia y su seguridad corresponde a la policía estatal, que tiene su sede en esta ciudad, lo mismo que otras corporaciones como la policía judicial y los diversos destacamentos federales. En algunas capitales como Chihuahua, Guadalajara, Monterrey y Puebla, donde sus corporaciones municipales compiten en capacitación y desarrollo con las corporaciones estatales. Hay casos exitosos como los de León y Querétaro. 

Un problema que deberá atenderse a nivel estatal es el de la calidad y cantidad. No puede desvincularse el tema de la seguridad con el del crecimiento demográfico. Las ciudades capitales concentran por lo general el mayor número de pobladores, por lo tanto una mayor necesidad de servicios.

Desde 2013 en el Plan Estatal de Desarrollo el diagnóstico sobre seguridad indicaba que Tabasco tenía menos policías de los que recomendaban los estándares internacionales: sólo 111 por cada cien mil habitantes, cuando tendrían que ser en promedio 400 por cien mil. Datos recientes indican que se ha logrado tener 180 agentes por cada cien mil pobladores, pero no es suficiente porque además se enfrenta a un problema de calidad: la capacitación, confianza y remuneraciones de los uniformados.

Los promedios requeridos por la ONU en la relación habitantes-policías deben contrastarse con las condiciones específicas de las ciudades y asentamientos (educación, desarrollo económico, incidencia delictiva, concentración demográfica). Se requiere un diagnóstico puntual y una labor integral de los diversos órdenes de gobierno: federal, estatal, municipal y delegacional (comunitario). ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )