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*Es muy poco probable que se anulen unos comicios; sólo por excepción

*En junio de 2015 se votaron más de 2 mil cargos; sólo invalidaron siete

*Consejeros de doce estados en mira del INE; destituyeron a tres por fraude

 

Víctor M. Sámano Labastida

 

EN LOS AÑOS recientes aumentaron los reclamos en el sentido de que las elecciones no se ganan en las urnas sino en los tribunales. Se dice esto porque los candidatos y los partidos tienen la posibilidad de acudir a varias instancias legales si están inconformes con los resultados. Están las autoridades electorales, los tribunales locales, la sala regional y la sala superior del TEPJF. Hay quienes han visitado inclusive hasta organismos extranjeros como la Corte Interamericana Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En sentido estricto se puede hablar de la “judicialización” de las elecciones, pero no es tan cierto que en los resultados finales cuenten sólo la decisión de los tribunales. Hay criterios a veces opuestos, que es lo que se le reclama a los jueces, pero un principio fundamental es garantizar los derechos del votante.

Es previsible que las elecciones del domingo próximo lleven a candidatos y partidos, inconformes con los resultados, a agotar todos los recursos legales. Esto ha ocurrido en varias elecciones precedentes.

 

SÓLO CASOS EXCEPCIONALES

 

ES CIERTO que en la elección pasada en el municipio de Centro la validez de los resultados fue descalificada por un tribunal federal, pero en este caso la responsabilidad le fue adjudicada a las autoridades electorales.

Sin embargo, el riesgo de que una elección sea anulada por los tribunales es en realidad mínima. Podemos ver que en las votaciones del año pasado en todo el país estuvieron en disputa más de dos mil cargos y sólo se anularon menos de diez resultados. En el caso de Tabasco, se votó el mismo día por seis diputados federales, 35 diputados locales y 17 presidentes municipales. De estos 58 cargos principales que se votaron en Tabasco, sólo fue anulada una elección. Quizá la más importante por el número de votantes en la demarcación y la más visible. Es la segunda vez que sucede en los 15 años recientes en Tabasco y sólo se tiene como antecedente la anulación de los comicios en Cárdenas, Nacajuca y Macuspana en 1991.  

Claro que lo deseable es que no haya motivos para que se invalide un proceso que tiene costos millonarios. Pero tampoco es razón de alarmarse que los partidos y sus candidatos acudan a los tribunales. No es viable que se desconozca una elección extraordinaria.

Hasta el miércoles el Instituto Electoral recibió 27 denuncias y la Fiscalía contra delitos electorales reportaban sólo dos denuncias. Pocas quizá si tomamos en cuenta que los partidos y sus candidatos caminaron en la cuerda floja durante las recientes campañas, en lo que hace al respeto a las limitaciones electorales. No resulta extraño que en los próximos días se registre una multiplicación de denuncias y más todavía después de la jornada electoral.

Lo exigible es que tanto partidos como autoridades garanticen una elección transparente y equitativa para poder darle vuelta a la hoja de las votaciones y que los gobiernos se concentren en su labor, lo mismo que los ciudadanos. Hay mucho por hacer en un contexto de crisis.

 

EN EL BANQUILLO

COMO resultado de las anomalías registradas en los comicios de junio pasado, los consejeros del INE castigaron a tres de los siete consejeros electorales del instituto local de Chiapas. También fue desaforado el diputado del PVEM Roberto Pardo. Participaron en un fraude muy burdo, según concluyó la investigación. 

Resulta que inscribieron en el padrón de votantes en el extranjero a decenas de ciudadanos que nunca habían salido de Chiapas pero los anotaron como si vivieran en Armenia, Croacia, Liberia, Suiza y Eslovaquia. El beneficiado del fraude fue Pardo Molina quien también tuvo que abandonar no sólo la diputación sino también su partido. Se sospecha que no fue el púnico caso de alteración del padrón con ciudadanos de Chiapas.

Pero no son únicamente los consejeros chiapanecos quienes están en la mira del INE. También hay solicitudes de remoción contra los integrantes de los institutos electorales de Querétaro y Colima, que acumulan más quejas; en la lista de procedimientos abiertos se cuentan los consejeros de Edomex, Guerrero, Nuevo León, Oaxaca, Morelos, Veracruz, Tlaxcala, Sinaloa y Tabasco.

Cabe recordar que con la reforma político electoral de 2014, los consejeros locales ya no fueron designados por los diputados sino por el INE. Se supone que en este proceso nada tuvieron que ver los gobiernos estatales, porque precisamente el reclamo de la oposición fue que los gobiernos tenían injerencia indebida en las elecciones. A partir de los comicios del 2015 los árbitros electorales fueron seleccionados a nivel federal.

EL GOLPE AVISA

CADA cierto tiempo los fenómenos naturales nos recuerdan que estamos ocupados de lo inmediato y no del futuro. Los habitantes de por lo menos unos 25 estados, entre estos los de Tabasco, han sido afectados por los frentes fríos números 44, 45 y 46. Hay daños mayores en Durango, Estado de México, Ciudad de México, Oaxaca y Chiapas. Desde nevadas, tornados, hasta suspensión de servicios como la telefonía y la energía eléctrica.

Los más recientes efectos son los del frente frío 46. Para esta temporada se pronostican hasta 52 de estos fenómenos en una temporada que se extiende hasta mayo. El impacto de estos sucesos naturales derivan en desastres humanos y materiales cada vez más costosos.

El catálogo de los fenómenos climáticos que afectan a la población puede ser muy largo: inundaciones, ciclones y huracanes, sequías, tormentas, olas de frío y calor, deslizamientos de tierra y terremotos, incendios.

La mayor parte de los efectos se pueden evitar o por lo menos disminuir sus costos, sin embargo parecería que estamos empeñados en la autodestrucción.

Sin duda que habrá varias explicaciones para lo que actualmente sucede en el país y para los climas extremos que vivimos en Tabasco, pero un aspecto que no debemos ignorar es el cambio climático. No se tata, dicen los científicos sólo de que haya un poco más de calor o un poco más de lluvia.

El problema son los fenómenos extremos que a su vez generan desastres ambientales, sociales y económicos. Hay que ayudar a los afectados, pero resulta más razonable ayudar para que ni haya afectados. En esto se requieren decisiones de gobierno y acciones de la sociedad. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )