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Home Escala Crítica ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS:SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES

ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS:SIN LUGAR PARA LOS DÉBILES

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Sin estadistas en la convención; élites corporativas que mandan
*Pobre carrera: Hillary vs Trump; las rebeldías de Sanders y Cruz.
*Gaudiano, la constancia de mayoría y la formalidad de tribunales
    
Víctor M. Sámano Labastida
DONALD Trump, precandidato a la presidencia de Estados Unidos está considerado como una de las mayores amenazas  a la estabilidad mundial. Según Economist Intelligence Unit (EIU), el republicano representa una amenaza  similar a la de los grupos terroristas. Aunque las elecciones ocurren a miles de kilómetros de Tabasco, lo que suceda en el país del norte tendrá efectos en la frontera sur mexicana, considerada como “zona de amortiguamiento” para la migración centroamericana.
Las actuales campañas presidenciales en Estados Unidos son de reacomodo entre las élites, luego de la Era Obama (2009-2016). Para ello se pinta solo el tradicional modelo convención/delegados para designar candidatos demócrata y republicano. Ese modelo resulta un filtro eficaz para eliminar cualquier sorpresa entre los aspirantes a habitar La Casa Blanca. Las élites, eufemismo que designa a los dueños del poder político y financiero, mandan a trasmano en las convenciones, con votos amarrados a partir de intereses corporativos y empresariales. 
Las élites se atrincheran y definen los nombres que vendrán en las papeletas electorales. Por cierto: en Estados Unidos no existe ni la vigilancia ni la estructura electoral que tiene México, por flexibilidad y confianza entre los contendientes políticos. Se puede votar con una identificación cualquiera. Desde luego, esto no exime a los políticos de trampas, pero allá no se tiene el folclor que campea en México cuando de ilegalidades se trata. 
Veamos de cerca las actuales campañas presidenciales en Estados Unidos y tratemos de situar el interés mexicano en este reacomodo de élites.
 
MI REINO MEDIÁTICO POR UN ESTADISTA 
 
PRIMER rasgo singular: no hay estadistas en contienda. Quien más se acerca es Hillary Clinton, culta esposa del expresidente Bill. Secretaria de Estado con Obama, política desde los tiempos de su marido (1992-2000), Hillary tiene credenciales liberales, formación cultural y contexto político, pero “responde a un eje de poder que probó ser deficiente en la ejecución de su ideario/proyecto, por titubeos a la hora de tratar con los magnates”, en palabras del politólogo Noam Chomsky. Su ventaja política es, como en su momento la de Obama/afro, un factor simbólico que juega en el imaginario cultural: ser la primera mujer presidenta. 
Hillary conoce la situación latinoamericana y mexicana, pero adolece de sentido estratégico para la región. Sus baterías se enfocan en Europa y Medio Oriente, como pasa con cualquiera de los políticos que ahora tienen algún peso en la Unión Americana.  
Del republicano (es un decir) Donald Trump mencionemos que ha sido el político de mayor presencia mediática en la contienda, por sus agresivos dichos de corte conservador y xenofóbico. Felipe Calderón lo comparó con Hitler. Trump, exitoso magnate de bienes y raíces, lo ha dicho sin cortapisas: está a favor de endurecer la relación bilateral con México y cerrar la frontera. El rudo Trump, políticamente hablando, sabe llegar al corazón de los prejuicios del norteamericano anglo. Para nuestro país es el rostro más inquietante que se puede asomar a La Casa Blanca.
                          
BULLE, PERO NO PRENDE 
 
BERNIE Sanders es un político veterano (70 años) que, de forma significativa, ha desafiado en dos sentidos el sistema de élites gringo: a) criticó con dureza y buenos argumentos de diagnóstico las políticas económicas castigadoras de las clases media y baja (población trabajadora); b) desafió a los medios de comunicación en su papel de ‘gran elector’ de candidatos y les pidió no  entrometerse esta vez. En Estados Unidos los grandes medios de comunicación se pronuncian abiertamente por algún candidato y no hay restricciones éticas o legales. De cualquier modo, Sanders abogó por una cancha pareja y les reprochó “teledirigir los votos de las convenciones con voluntad manipuladora”. No le ha funcionado la estrategia, puesto que Hillary lo ha aventajado.
Muchos jóvenes simpatizan con Sanders, aunque su edad no lo ayuda. Sus ideas son audaces en economía, ubicando el problema principal en la parte de arriba de la pirámide social, lo cual es una manera de enfadar a las élites estadounidenses, que no lo quieren en la contienda final. Prefieren a Hillary. En sentido político, Sanders resulta el personaje más cercano a la izquierda mexicana que aboga por un modelo económico de un Estado atento a las políticas sociales, que no se contente sólo con regular a la iniciativa privada.    
El rival de Trump es el hispano Ted Cruz, luego de que Jeff Bush en representación de su clan no pudo subirse al tren de las convenciones y dimitió. Para Cruz, lamentablemente, los tiempos políticos no están suficientemente maduros. Es un factor cultural que pesa: los latinos son cada vez más en Estados Unidos (40 millones), pero todavía se les ve como fuereños al medirlos en la Opinión Pública. En los óscares del 2015 No fue gratuito el chiste del actor y periodista Sean Penn sobre la Green Card (tarjeta de residencia) del cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu. Hay una extensa agenda de derechos humanos y derechos laborales que Cruz puede integrar en las políticas estadounidenses, pero tendrá que negociar con cuidado y paciencia, antes de una verdadera oportunidad llegar a La Casa Blanca. A México le conviene desde cualquier ángulo. 
Así las cosas: en las elecciones estadounidenses, las élites mandan a trasmano y los débiles quedan sin lugar, aunque curiosamente las multitudes juveniles harán oír sus voces en las redes sociales por el veterano Sanders.
AL MARGEN
A MEDIA campaña con rumbo a las votaciones del 13 de marzo le preguntamos a Gerardo Gaudiano si impugnaría el resultado de las elecciones extraordinarias en caso de perder y respondió: “Estoy seguro que nuevamente obtendré la mayoría, pero si esto no sucediera acataré los resultados. Otras elecciones son un desgaste para la gente, para la acción de gobierno y un gasto de recursos”. El abanderado del PRD-PT recibió la constancia de mayoría que le acreditan 79 mil 793 votos a favor -15 mil más que en junio pasado.
Los resultados finales confirmaron el segundo sitio para Octavio Romero Oropeza, de Morena. Remontó con 17 mil 522 votos más sus registros oficiales de junio pasado para llegar a  un total de 47 mil 315 sufragios. Los morenistas rechazan estos números y acudirán a los tribunales. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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