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Home Escala Crítica MÁS DEMOCRACIA, MENOS COSTOS; COMBATE AL ABSTENCIONISMO

MÁS DEMOCRACIA, MENOS COSTOS; COMBATE AL ABSTENCIONISMO

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 Escala Crítica/Columna diaria

 
*Una lección de las elecciones extraordinarias en la alcaldía de Centro
*Los recursos deben utilizarse en promover la participación ciudadana
*Focos rojos en varios estados con ausencia en urnas de hasta 70 por ciento
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
POCO ANTES de las elecciones extraordinarias del municipio de Centro en esta columna nos preguntamos si los citados comicios tenían que verse como un nuevo proceso o simplemente como la reposición de las votaciones. Me explico: ¿se tenía que rehacer el proceso completo o sólo la parte correspondiente que ameritó la invalidación? ¿Había que echar a la basura todo lo que se gastó en la primera vuelta o aprovechar parte de lo realizado?
Seguramente para algunos lectores este es un asunto sin importancia, porque los comicios ya se realizaron y sólo falta la ratificación del triunfo de Gerardo Gaudiano. Sin embargo, me parece que mucho tenemos que aprender todavía no sólo de lo sucedido sino también de contiendas anteriores. Los errores son para no repetirlos. Como expresó Aldous Huxley: “La experiencia no es lo que nos sucede, sino lo que hacemos con lo que nos sucede”.
Le comento: la elección extraordinaria del 13 de marzo tuvo un costo aproximado de 32 millones de pesos, pero acudieron a votar sólo el 35 por ciento de los inscritos en el padrón. Se abstuvieron 65 de cada cien. Hay quienes consideran que la baja votación resta legitimidad al candidato ganador –es un argumento que esgrime el PRI-, lo cual me parece que no es exacto. En todo caso restaría legitimidad a todos los participantes, incluidas las autoridades electorales.
Hoy quisiera abordar dos temas relacionados con los recientes comicios: la reposición y el abstencionismo.
 
NUEVA O REPETIDA
COMO usted sabe, los magistrados federales decidieron la anulación de las elecciones de junio del 2015 en el municipio de Centro (Tabasco) por fallas específicas en la jornada electoral desde su apertura hasta el cierre de casillas y la cadena de custodia de los paquetes electorales hasta el conteo. Esto es, no se calificó lo sucedido en la campaña, ni lo realizado por los candidatos y partidos.
Dicho de otra manera: la selección de candidatos, su inscripción para la contienda y sus campañas transcurrieron dentro de la norma legal. Por lo menos no existió pronunciamiento en contra. En estricto sentido sólo se tenía que repetir la jornada electoral. Me dicen quienes conocen de derecho electoral que el tribunal ordenó “convocar a elecciones extraordinarias”. ¿Nuevo proceso, reposición de votaciones? No es lo mismo.
Mi comentario va en el sentido de que si realmente sólo se hubiese repetido “la elección”, esto es lo relacionado a la jornada electoral y el conteo, los partidos no tenían que cambiar candidatos, ni coaliciones, ni hacer nueva campaña. El dinero destinado para esta segunda vuelta se hubiera destinado íntegramente para un propósito específico: que el mayor número de ciudadanos acudiera a votar. Una campaña que informara cuándo serían las nuevas elecciones, cómo y dónde votar. 
Después de todo, los candidatos y los partidos habían tenido 45 días en el 2015 para dar a conocer a sus candidatos y sus propuestas. 
Claro, la práctica real es que no hay reposición de elecciones sino una nueva convocatoria. ¿Se modificarán las leyes? Lo dudo.
 
UNOS CONVOCAN, OTROS NO
POCO antes de las elecciones del 2015, el consejero electoral del INE Lorenzo Córdova comentó: “Incluso si votara el 5% del listado nominal, al final del día tendremos nueve gobernadores y 641 diputados (…) Con una representación nula, pero las decisiones se van a seguir tomando” (entrevista con Carmen Aristegui). Como usted sabe, en México se califican los porcentajes de quien gana una elección a partir de considerar los votos válidos emitidos y no el padrón total de ciudadanos. Esto es, como indicó Córdova, si votara un 5 por ciento esta pequeña fracción sería considerada como el ciento por ciento a repartir. Ni siquiera sucede, como en otros países, que quien gane debe obtener el 50 por ciento más uno del total de los votos emitidos; aquí basta con lograr más que el resto.
En México nos hemos acercado peligrosamente a límites que en otras circunstancias tendrían que declarar no válidas las elecciones. Por ejemplo, el año pasado en un distritito de Tijuana (BC) sólo acudieron a votar 27 de cada cien. Se abstuvo el 73 por ciento de los empadronados.
Así que el 35 por ciento de Centro en los comicios extraordinarios de este mes no fue el registro más bajo en el país, aunque sí en el estado. Valdría la ocasión para hacer una distinción: los partidos PRD y Morena lograron mayor participación, el abstencionismo ocurrió del lado del PRI y PVEM. Si usted observa las cifras, los dos primeros partidos llevaron a las urnas más votantes ahora que en el 2015, en cambio los segundos convencieron a menos. En lo que corresponde al poder de convocatoria y a las campañas del IEPCT dejaron mucho qué desear.
Un estudio realizado por el Gabinete de Comunicación Estratégica en abril de 2015 indicaba que quienes se declaraban en abstención esgrimían las siguientes razones: un 26.5 por ciento por descontento con los partidos políticos; un 20.4 por ciento porque desconfiaba del proceso electoral; a un 11.6 por ciento no le importaba la votación y el 9.4 por ciento sostenía que no sirve de nada votar. En ese año sólo el 6.5 por ciento se declaraba en abstención por la inseguridad  y menos del 5 por ciento “por el mal gobierno”.
Claro, la encuesta era referida a los comicios federales intermedios (sólo diputados), ejercicio en el que históricamente el abstencionismo aumenta. Pero también habría que decir que geográficamente y demográficamente (distribución urbana o rural), la participación o inacción adquiere otras características, o tienen mayor impacto ciertos factores. 
Cuando se vota por Presidente de la República, Gobernador y alcaldes, la participación aumenta. Con la excepción hecha de las extraordinarias de Centro (marzo 2016), podemos asegurar que en los comicios del 2018 con elecciones concurrentes la participación tendrá que estar cercana al 70 por ciento en promedio. Pero de la misma forma, el llamado “Efecto Obrador”, si Andrés Manuel Aparece en las boletas, en el caso de Tabasco tiene un impacto relevante en los registros de menor abstención.
AL MARGEN
ESTA semana se hablará nuevamente del ISSET. Al mismo tiempo avanzan las reformas en el sistema pensionario nacional. La experiencia de las cuentas individuales de Chile, entre otros países, mostró limitaciones. Lo importante es garantizar el futuro de los trabajadores de ahora…y del futuro. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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