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Home Escala Crítica POLÍTICOS VISTOS POR CIUDADANOS: RUTA DE LA DESCONFIANZA CRECIENTE

POLÍTICOS VISTOS POR CIUDADANOS: RUTA DE LA DESCONFIANZA CRECIENTE

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 Escala Crítica/Columna diaria

* Encuestas: utilidad y mitologías; degradación de los políticos
*Un acercamiento al pulso ciudadano: la gente no cree y rechaza
*¿Excesos?: el ISSET, de tres mil a más de 300 mil derechohabientes
Víctor M. Sámano Labastida
 
PRIMERO lo obvio: la encuesta es la técnica reina de las ciencias sociales. No hay disciplina que ignore la recopilación de percepciones que brinda una encuesta. Sociología, comunicación, mercadotecnia, educación, politología, bailan al son de la encuesta. Las ciencias sociales contemporáneas viven y mueren por la medición de percepciones, y así tratan de atrapar lo real. Las agencias encuestadoras son una industria galopante, sin importar la calidad de su servicio.
Diarios, revistas, cadenas televisoras y radiofónicas, sitios de internet, centros académicos, publican mares de encuestas que son un océano de opinión. Su utilidad no es tan visible por “la obesidad del dato” (Jean Baudrillard), mientras las mitologías crecen y engordan, como si la encuesta suplantara la realidad. 
Muchos políticos viven por y para las encuestas: afirman que son la llave de la gobernabilidad en el siglo XXI, aunque no explican si es positivo o negativo que en sus decisiones las percepciones pesen más que las realidades.  
La moda de las encuestas tiene sus extremos: el grupo terrorista ISIS anuncia una encuesta para elegir el lugar de su próximo atentado. Un despropósito escalofriante, pero que en su irracionalidad permite ver hasta dónde llega la peligrosa unanimidad de una técnica social. Su uso y abuso.
Ofrecemos al lector un comparativo histórico de encuestas nacionales con el tema “políticos vistos por ciudadanos”. Podríamos decir que la canción se llama: “Se cosecha lo que se siembra”. Y una pregunta quedará abierta: ¿escuchan los políticos estos números ciudadanos?     
 
AVENIDA PANZASO 1995
 
CONTRATÓ Banamex en 1995 a la famosa empresa Gallup y publicó una “encuesta nacional de valores democráticos”.  Participaron 3 mil ciudadanos de 20 estados de la república, quienes opinaron sobre el comportamiento público de los políticos mexicanos. Las categorías fueron 10, con los porcentajes siguientes: 
-Preparación profesional, 62%; Responsabilidad, 60%; Ética, 57%; Visión de largo plazo 40%; Honestidad, 55%; Capacidad para solucionar problemas, 61%; Nivel de argumentación, 40%; Trabajo en equipo, 63%; Ideales, 60%; Respeto por el diálogo y por el adversario, 53%.
Note el lector que, aunque fueron calificaciones bajas, 5 de ellas resultaron aprobatorias, en rubros nada despreciables. Ya verá en los números siguientes porque se recalca esto. Aquí, aunque parezca mentira, les fue bien a los políticos.    
En Febrero de 2009 hubo un ejercicio de medición pública muy parecido: la Revista Nexos mostró los resultados de la “Primera encuesta nacional sobre la discordia y la concordia entre los mexicanos”. Fue una investigación realizada por la firma Cinco S.C. (Consultores en Investigación y Comunicación), con 800 entrevistas a la población adulta a partir de un muestreo aleatorio de números telefónicos residenciales de 48 ciudades en las 32 entidades federativas. Y los políticos seguían perdiendo terreno: reprobaron de todo a todo. Se pidió a los encuestados que calificaran en escala de 1 a 10 en diversos rubros de destreza política, y no alcanzaron el 6. 
Estos fueron los resultados de los políticos vistos por los ciudadanos en 2009, en la tabla más importante del estudio publicado por Nexos: Tolerancia a las diferentes formas de pensar: 5.4; Aprobación de leyes que buscan el beneficio común: 5.3; Disposición al diálogo y la negociación: 5.2; Rectitud en el comportamiento público y privado: 4.9; Respeto a las leyes y las instituciones: 4.9; Representación de los intereses de la sociedad: 4.7; Capacidad para llegar a acuerdos en las Cámaras: 4.7; Transparencia y rendición de cuentas: 4.6; Cercanía con la gente para escuchar sus necesidades: 4.2; Congruencia entre lo que dicen y lo que hacen: 4.2
Llama la atención que sólo tres rubros estuvieron arriba del 5 de calificación, pero note el lector que las calificaciones más bajas fueron “Cercanía con la gente para escuchar sus necesidades” y “Congruencia entre lo que dicen y lo que hacen”, ambas con 4.2. Esto nos da una idea del abismo entre políticos y ciudadanos. La desconfianza creciente de la mirada ciudadana hacia sus cuadros políticos es, por cierto, casi equivalente al aumento de los porcentajes de abstencionismo.
 
AVENIDA CONSTANCIA 2015
 
EL AÑO PASADO, ‘aprovechando’ los tiempos delicados de la república, la UNAM realizó un ejercicio público de medición sobre comportamiento de los políticos. Los datos no hicieron mucho ruido, quizás porque certifican la constancia de la percepción ciudadana, que no espera mucho de sus políticos. 
He aquí los principales resultados, obtenidos en 20 grandes ciudades de la república (2 mil encuestados): Aplicación de la ley: 3; Honestidad: 4;  Preparación profesional: 4; Resolución de problemas: 2; Responsabilidad: 4; Capacidad negociadora: 4   
¿Qué piensa el lector de estas grises percepciones?, ¿se identifica o no? Políticos y ciudadanos en carriles separados. No hay nada que celebrar: una es la democracia formal y otra la real. Uno es el político que habla en los medios; otro es el político percibido por el ciudadano.
 
RESCATAR O ABANDONAR AL ISSET
 
ACUDIÓ ante los diputados el director de ISSET, Agapito Domínguez, para explicarles las reformas que se hicieron a las leyes de operación de este instituto. Fue ante 21 diputados de dos comisiones.
Como usted sabe, el ISSET es una dependencia estatal para dar seguridad social (servicio tanto médico, pensiones y créditos) a los trabajadores burócratas y a sus familias.
Según informó Domínguez Lacroix esa institución que comenzó hace unos 50 años con menos de tres mil derechohabientes en el 2010 llegó a la excesiva cifra de 304 mil 307 personas. Un dato importante es que la esperanza de vida que era de 57 años en el arranque de la institución pasó a 75 años. Los trabajadores viven actualmente en promedio casi 20 años más que cuando se fundó el ISSET.
Mucho se discute actualmente sobre si las reformas a la ley del ISSET tenían que hacerse desde hace por lo menos unos diez años. Dijo Domínguez Lacroix: “de 1986 a 2010 se realizaron ocho estudios actuariales que señalaban importantes cambios y recomendaciones, sin embargo, ninguna de estas recomendaciones fueron atendidas en su momento, llevando al ISSET a la crítica situación que enfrentaba en 2015”. Un tema que hay que abordar a profundidad, más allá de los cálculos partidistas. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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