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Home Escala Crítica ANTÍDOTO PARA TIEMPOS ELECTORALES: UN RECUERDO DE LA MIRADA DE ZAPATA

ANTÍDOTO PARA TIEMPOS ELECTORALES: UN RECUERDO DE LA MIRADA DE ZAPATA

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 Escala Crítica/Columna diaria                      

* 10 de  abril: 97 aniversario luctuoso; lección zapatista
* Una historia desde abajo; México y la pobreza extrema
* La migración obligada por el despojo y la discriminación
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
OBSERVE el lector los ojos de Emiliano Zapata en las fotos del histórico archivo Casasola: ojos acuosos, pero sin sentimentalismo; ojos emotivos, pero no melodramáticos; mirada gastada, pero con dignidad; ojos de justicia demorada, a la búsqueda de horizontes sin alambrados. Una imagen imborrable. 
Zapata, recio caballerango en su juventud, encarna el ideal de millones de mexicanos que lucharon por un país más parejo en la Revolución. Le acompaña Pancho Villa, que también tuvo méritos militares y mitológicos para ello.
Sin embargo, Zapata se impuso en el imaginario nacional con el Plan de Ayala y una frase demoledora por su visión de equidad: “La tierra es de quien la trabaja”. Una frase surgida de los polvos del anarquismo campesinista,
 
DEL CAMPO A LAS ESTAMPAS Y GLORIETAS
 
EMILIANO Zapata nació el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos. Fue asesinado el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos. Se  cumplen, pues, 97 años de su muerte. Presumiblemente, no habrá recordatorios cívicos multitudinarios. El gran proyecto de la reforma agraria cayó bajo la metralla de la ambición neoliberal y globalista. Un héroe nacional que resulta incómodo para el poder. De todas formas, el poder busca neutralizar mitos rebeldes. Por ello, el llamado Caudillo del Sur ha pasado a engrosar libros de texto, estatuas cívicas en glorietas, agrupaciones campesinas e incluso movimientos sociales de corte radical (EZLN). Hay Zapata en la historia de bronce (la de estampitas escolares), en los discursos de líderes políticos oportunistas que posan para la foto, y en las ansias de justicia de personas preocupadas por los abusos en el México rural, contra  herederos silenciosos del zapatismo. El zapatismo, una definición que ha trascendido las fronteras nacionales.
Queda por ver si México en el siglo XXI puede asimilar las reivindicaciones sociales que fueron centrales en la vida de Zapata y miles de campesinos del sur profundo.
    
ZAPATAIBO: HISTORIA Y NOVELA
 
EN LA NOVELA Cosa Fácil, de Paco Ignacio Taibo II, el detective Héctor Belascoarán Shayne tiene que atender tres casos a la vez. Uno de ellos es la búsqueda de Emiliano Zapata vivo, en Morelos. Se cuenta que no murió en Chinameca. El tozudo Belascoarán sigue la improbable pista en un mundo rural que hierve de historias zapatistas. Los campesinos tienen a Zapata en su memoria y eso activa la resistencia política incluso en la derrota. Permanente derrota de campesinos que luchan por sus derechos. Zapata rodea de historias a Belascoarán, espectador de varios Zapatas que multiplican prodigios y renuevan la esperanza desde abajo.
Belascoarán, al final de sus pesquisas, encuentra a un viejo que cuadra con las señas que se tienen del General de los Ejércitos del Sur. Taibo II, en calidad de novelista/historiador, desarrolla un diálogo sensible y hondo que no reproduciremos, esperando que el lector busque la novela para su disfrute. Lo que sí diremos es que el argumento de Zapata ante Belascoarán, para desaparecer, resulta impecable: no pesa lo mismo una persona que un mito.  
    
ARMAS QUE NO LLEGARON
 
EN TÉRMINOS reales hay una versión poco conocida que maneja John Womack, historiador estadounidense especializado en la Revolución y en el zapatismo. En esta, la historia de México pudo cambiar por un cargamento de armas que supuestamente envió Villa a Zapata, para enfrentar a Álvaro Obregón antes de la campaña militar de los obregonistas contra Villa en el norte. Villa necesitaba enfrentar a un ejército federal diezmado y pidió ayuda a Zapata cuando se entrevistaron en Xochimilco, el 4 de diciembre de 1914. Zapata dijo sí, pero advirtió que requería armas eficaces para no mandar al matadero a su gente. Villa tomó nota y meses después acordó en Columbus, EEUU, un envío clandestino de armas al Puerto de Veracruz. En la versión de Womack, el cargamento de armas fue confiscado por el gobierno de Venustiano Carranza, así que Zapata y su gente no pudieron enfrentarse a las huestes federales de Obregón, que llegaron frescas a batallas decisivas contra Villa. Otras versiones señalan que el cargamento no llegó siquiera a Veracruz. Sea como sea, Zapata no tuvo armas para su gente.
¿Una victoria militar de Villa sobre Obregón pudo generar otra historia de México en el siglo XX? Juzgue el lector. Lo que parece seguro en términos históricos es que Villa y Zapata no habrían muerto emboscados, con diferencia de un año, ni después sus principales lugartenientes. 
La versión de Womack parece también el motivo secreto por el cual Villa invadió territorio estadounidense, precisamente Columbus. ¿Buscó venganza por el cargamento pagado y no enviado? De otra manera no se explica ese arrebato villista: la única invasión de un ejército extranjero que registra la historia de Estados Unidos.         
MÉXICO hoy, ¿cerca de Zapata? No se conocen fotos de Otilio E. Montaño, redactor del Plan de Ayala. ¿Cómo sería la mirada de Otilio? Hoy México es un país preferentemente urbano, con 65% frente al 35% de zonas rurales, según datos del INEGI. En lugares como Tabasco y Chiapas los campos superan los promedios nacionales de habitantes. ¿Hay salida moderna, excepto la dura migración, para los campesinos? ¿Qué haría Zapata en el México del 2016? Tal vez buscar justicia social para 40 millones de mexicanos en pobreza extrema, en zonas urbanas y rurales. Mirada ética que volvería a cabalgar. 
Zapata no se sentaría en la silla presidencial que sí usó Villa. Zapata pasó de largo frente al poder. Su sombra alargada de indiferencia palaciega sigue siendo aleccionadora en tiempos electorales. Habrá discursos y oídos sordos.
 
AL MARGEN
 
INTERESANTE el debate sobre la realidad y las percepciones. Recientemente se difundieron los resultados de una encuesta del INEGI que coloca a Villahermosa como la ciudad capital en la que la mayoría de sus habitantes (89.7%) afirman sentirse inseguros. Subrayemos la diferencia entre “sentirse inseguros”, a decir “la ciudad más insegura”. La percepción de mayor riesgo coloca a Villahermosa en primer sitio, seguida de Ciudad de México, Acapulco (Guerrero); Reynosa (Tamaulipas), Zacatecas, Veracruz y Toluca (Edomex). Dijo el gobernador Arturo Núñez interrogado sobre el tema: “Siempre la percepción va más allá de la realidad, pero parte de la realidad”. Y volvió el debate. Un tema por analizar.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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