Escala Crítica/Columna diaria
*Advierte el escritor la grave descomposición del Estado mexicano
*Reformas legales para el uso de las armas; el recurso de la guerra
*Mexichem: el espejo de un sistema de influencias y descuidos
Víctor M. Sámano Labastida
¿HAY ESPERANZAS para este país?, ¿para su gente? Me decía el fin de semana un ciudadano preocupado por las duras circunstancias económicas, políticas, sociales, que es necesario encontrar una salida pacífica. Nuevamente no pocos observadores ven asomarse la amenaza de una rebelión violenta y pareciera que un sector del Estado le apuesta a la descomposición social. Si en los años setenta del siglo pasado México vivió una época obscura con “guerra sucia” (¿habrá limpias?), guerrillas rurales y urbanas, desaparecidos, en la actualidad la aparición del factor narcotráfico representa un gravísimo riesgo.
Por eso quizá las palabras recientes de Fernando del Paso, al recibir el Premio Cervantes, han causado tanto interés y son oportunas. El escritor –“un novelista zurdo” aunque escribe con la mano derecha- habló en Madrid de literatura, pero también de política.
Dijo: “Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar”. Reseñó: “continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo”.
Reconoció que “criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza”, pero apuntó “me trago esa vergüenza y aprovecho este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de la bautizada como Ley Atenco, una ley opresora que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, el orden público, la integridad, la vida y los bienes, tantos públicos como de las personas. Subrayo: es a criterio de la autoridad, no necesariamente presente, que se permite tal medida extrema”.
Advirtió: “Esto pareciera tan solo el principio de un estado totalitario que no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza”.
Precisamente el año pasado, cuando en Mérida, Yucatán, recibió el Premio José Emilio Pacheco, dirigió unas palabras a su amigo ausente. Expresó entonces: “Quiero decirte (José Emilio) que yo también amé a tu manera a esa patria de los cuantos bosques y ríos y de la ciudad monstruosa que fue tu cuna y la mía. Quiero decirte lo que tú ya sabes: que hoy también me duele hasta el alma que nuestra patria chica, nuestra patria suave, parece desmoronarse y volver a ser la patria mitotera, la patria revoltosa y salvaje de los libros de historia”.
Prosiguió entonces: “Quiero decirte que a los casi ochenta años de edad me da pena aprender los nombres de los pueblos mexicanos que nunca aprendí en la escuela y que hoy me sé sólo cuando en ellos ocurre una tremenda injusticia; sólo cuando en ellos corre la sangre: Chenalhó, Ayotzinapa, Tlatlaya, Petaquillas.... ¡Qué pena, sí, qué vergüenza que sólo aprendamos su nombre cuando pasan a nuestra historia como pueblos bañados por la tragedia!”
Tiene mucha razón. Cuántos hemos buscado en el mapa del país los nombres de las poblaciones sólo porque ahí hubo descuartizados, hallaron fosas comunes, surgió una resistencia armada, y hasta porque una inundación, un terremoto, un simple olvido, las dejó en ruinas.
TENTACIÓN DE LA FUERZA
POR CIERTO, ¿qué es la Ley Atenco denunciada por Del Paso? Es una reforma legal enviada al Congreso de Edomex por el gobernador Eruviel Àvila, mediante la cual se autoriza a los policías el uso de la fuerza, las armas de control e inclusive las armas letales para reprimir manifestaciones consideradas “ilegales”. La iniciativa fue presentada en diciembre del 2015 y aprobada en marzo de este año por los diputados del PRI, PAN, PRD, Panal, PVEM y rechazada por Morena.
La Ley Atenco podría comenzar a aplicarse en junio próximo, aunque la Suprema Corte analiza su constitucionalidad. El tema está asimismo en la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Esta norma impulsada por el priista Eruviel Ávila es similar a las llamadas “Ley Bala” que habían aprobado los congresos de Puebla y Chiapas en contra de los manifestantes, pero que tuvieron que anularse ante la protesta de organismos nacionales e internacionales.
UN HOMBRE CON INFLUENCIAS
INTERESANTE y muy ilustrativo el reporte firmado por Zacarías Ramírez sobre Antonio del Valle Ruiz, propietario de Mexichem, la empresa siniestrada en el complejo Pajaritos. El texto fue publicado en marzo del 2013 (Forbes México), cuando el ex banquero estaba en espera de que “los nuevos funcionarios” de Pemex le permitieran realizar uno de sus sueños: una alianza con el emporio estatal de hidrocarburos.
Cuenta Ramírez: El 27 de noviembre, Antonio del Valle Ruiz recibía una gran noticia: Mexichem, una de sus empresas, informaba al mercado de un valioso hallazgo en una de sus minas. “Don Antonio”, como él mismo reconoce, es tocado por la suerte cada cierto tiempo. Esta vez se trataba del descubrimiento de un yacimiento de fluorita en las cercanías de una de sus minas en Coahuila, equivalente a 10 años de reservas”.
El nombre del fundador de Mexichem aparece en la lista Forbes como uno de los siete multimillonarios de México. Su firma tenía en 2013 ventas superiores a los 70 mil millones de pesos y presencia en más de 30 países.
Según el reporte de Zacarías Ramírez: “En los años 80, Del Valle fue uno de los banqueros expulsados del sistema financiero mexicano por la nacionalización de la banca, pero a diferencia de sus colegas se movió con éxito al carril empresarial y, 30 años después, es un jugador mundial en el mercado de productos petroquímicos”.
Hasta el sábado se contabilizaban 28 muertos y más de un centenar de heridos. Los familiares de los trabajadores reclamaban por los desaparecidos. Desde diversas tribunas se exigía una investigación a fondo y el castigo a los responsables de presunta negligencia.
AL MARGEN
EN OCASIÓN del Día Mundial del libro se recordó que fue fijada la conmemoración el 23 de abril en homenaje a Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Mucho se conoce de los autores de El Quijote y Romeo y Julieta, pero el peruano es prácticamente una sombra. Inca Garcilaso es calificado como el primer historiador mestizo de Nuestra América; su nombre de pila fue Gómez Suárez de Figueroa, nacido de la princesa inca Chimpu Ocllo (hija de Huallpa Túpac) y del militar español Sebastián Garcilaso de la Vega. Emparentado con Huáscar y Atahualpa, líderes del que fuera un poderoso imperio antes de invasión española. (
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