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Home Escala Crítica VILLAHERMOSA, ÚNICA CAPITAL PERREDISTA; COMICIOS DOMINICALES CONTRA ABSTENCIÓN

VILLAHERMOSA, ÚNICA CAPITAL PERREDISTA; COMICIOS DOMINICALES CONTRA ABSTENCIÓN

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 Escala Crítica/Columna diaria

*Aunque PRD gobierna Morelos y Michoacán, no tiene las cabeceras
*En 14 estados: PRI, voto duro, oposición fragmentada, Manlio a prueba
* PAN-PRD: alianzas forzadas; Morena: inconformidad sin estructura
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
PARA los partidos ubicados en las izquierdas ganar una alcaldía en las capitales de los estados en México no ha sido fácil. Mientras el camino hacia las gubernaturas para el Partido Acción Nacional (PAN) ha sido de las ciudades capitales hacia los municipios más pequeños, para el PRD la ruta ha sido de afuera hacia adentro: de las pequeñas alcaldías hacia las grandes urbes. La única excepción es la que continúa como su bastión cada vez más débil: la Ciudad de México.
Aunque actualmente el PRD gobierna los estados de Michoacán y Morelos, las cabeceras municipales de esas entidades están en poder de otras fuerzas políticas. En Morelos, la alcaldía de Cuernavaca la tiene el Partido Social Demócrata; en Michoacán, la alcaldía de Morelia la encabeza un “independiente”.
De ahí que tenga especial relevancia que la capital municipal tabasqueña, con sede en Villahermosa, esté ahora en poder del perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa. Sería la única cabecera de importancia bajo mandato solaztequista, aunque la administración tenga un sello plural.
 
EL ENSAYO TRICOLOR
 
LOS CAMINOS hacia las elecciones del domingo 5 de junio han sido típicas de una fase intermedia en la que todo se mueve y poco sucede: sin debates significativos, con el aluvión de spots para la danza de nombres, sin propuestas de fondo para los problemas urgentes, con ataques clonados hacia la corrupción de todos que son ninguno, la clase política dispone recursos a discreción mientras las denuncias se archivan. Tiene razón Jesús Silva-Herzog Márquez: México habita el siglo XIX en cada campaña electoral, con perdón de la generación liberal que soñó con un país realmente democrático, luchó y, tristemente, topó con el porfiriato.
Ahora bien: la coyuntura de estas elecciones arroja puntos significativos que se verán ampliados en el 2018 presidencial. El PRI busca fragmentar el voto opositor, pinchar la burbuja independiente y replegarse en su nicho de voto duro; PAN y PRD, maltrechos en votos y en credibilidad, prueban las alianzas ideológicamente incómodas que sin embargo les garantizan presencia pública y tajada presupuestal; Morena insiste con relativo éxito en su discurso de cambio y lucha contra la corrupción, aunque –como el PRI- no comulga con la burbuja independiente. 
Por otra parte, cada instituto político tiene una historia, a su pesar, y la refleja en sus acciones públicas: juega sus cartas sin olvidar su pedigrí cultural. Hay hábitos que son segunda piel. ¿Resultado? un escenario apto para producir más abstención ciudadana. Magro resultado, visto el gasto público de miles de millones de pesos destinado a elecciones.         
¿Y el poder de decisión? Se disputan mil 300 cargos públicos entre gubernaturas, alcaldías, delegaciones, diputaciones locales y federales. El lector puede seguir las peripecias en tiempo real. Mientras tanto, he aquí un resumen de las expectativas y estrategias de los cuatro partidos políticos que, con su pedigrí cultural intacto, piensan ya cómo asaltar Los Pinos.           
 
PRI: SIN BANDERA, CON VOTO DURO
 
UN PROBLEMA tiene Manlio Fabio Beltrones: encabezar un supuesto nuevo PRI que, sin agitar la agenda oficial de Peña Nieto, sea eficaz para conservar el poder. Manlio no es ‘nuevo PRI’: es un símbolo del sistema político mexicano tal y como lo padecimos antes de la transición democrática. Sus maneras vienen del pasado que es presente: autoritarismo disimulado con ropajes retóricos suaves.
En cadena nacional, Manlio prometió ganar 9 de 12 gubernaturas. El PRI sacó la maquinaria con recursos y operadores experimentados. Pero las encuestas no soplan del todo hacia el ‘nuevo PRI’. Tamaulipas, Zacatecas, Veracruz y Oaxaca son las principales preocupaciones (40% de los votos en juego) y en esos lares la moneda está en el aire. No parece casualidad que una nota roja/deportiva, el secuestro del futbolista profesional Alan Pulido en Tamaulipas, acapare la atención de una entidad maniatada por el crimen organizado. Todo fue raro, en el tono de un montaje mediático: desde la pronta liberación del futbolista hasta una conferencia de prensa atípica del gobernador.
Al PRI, sin duda, le queda el voto duro: corporaciones gremiales presionan a las bases, recursos como llave para procurar el apoyo, ‘maicear’ la pobreza  con las clásicas despensas exprés. Pero no es una política del pasado la que  construye el futuro. Cada vez más, esas tácticas (que en menor medida copian otros partidos) son vistas como una burla a los ciudadanos. Dato duro: en curso, mil 300 denuncias por el uso indebido de recursos gubernamentales destinados a propaganda política, en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE).        
 
PAN-PRD: ALIANZAS, PRESENCIA SIN ESENCIA
SE NECESITARÍA una novela escrita por Kafka y Dostoievski para describir la forma en que el PAN y el PRD han perdido su capital político. Partidos fundamentales para la transición democrática, luchan ahora por mantener su presencia electoral y pública. Han unido fuerzas en cinco entidades, pero el voto no necesariamente se suma cuando las diferencias ideológicas son irreconciliables. De cualquier modo, este clavo ardiendo de las alianzas es pragmatismo político en tiempo de crisis y permitirá a panistas y perredistas situarse con algún peso en el congreso, donde ya hacen ‘bolita’ para que los tomen en cuenta.  
En sus agendas, PAN y PRD necesitan definir candidatos fuertes para el 2018. Pero sus principales cartas, Margarita Zavala y Miguel Mancera, sondean también la opción independiente. Un misterio a resolver, mientras la presencia partidista es un Frankenstein en la plaza pública.    
De nuevo, la política de los votos sonríe a Morena, que no tiene una estructura nacional solvente. Ésta será su segunda prueba. Apuntemos que las propuestas morenistas tendrán que pasar en el Congreso por la mirada de los demás partidos, que pensarán no hacerle el caldo gordo al puntero en las encuestas presidenciales. Si Morena es un proyecto viable, entonces tiene que aparecer en el  Congreso de la Unión a todo vapor (una oportunidad que no fue bien aprovechada en el 2015). La pregunta es si, además de Andrés Manuel, hay otras figuras públicas que surgirán en Morena para alimentar el debate nacional. Ese es el reto.  ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla )
 
 

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